5 maneras de ayudar a las personas a comer menos carne

Tradicionalmente, la carne siempre ha sido el centro de la fiesta. Pero hoy en día, más personas están abandonando la carne por alternativas a base de plantas, ¡y los platos de carne parecen estar empezando a pasar de moda! Ya en 2017, alrededor del 29 % de las cenas no contenían carne ni pescado, según Market Research del Reino Unido.

La razón más común para reducir el consumo de carne es la salud. Los estudios muestran que comer carnes rojas y procesadas está asociado con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2 y cáncer de intestino.

La segunda razón es que la cría de animales es perjudicial para el medio ambiente. La industria cárnica conduce a la deforestación, la contaminación del agua y emite gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. Estos impactos ambientales también tienen implicaciones para la salud humana; por ejemplo, un clima más cálido permite que los mosquitos que transmiten la malaria se muevan más.

Finalmente, no nos olvidaremos de las razones éticas. ¡Miles de animales sufren y mueren para que la gente tenga carne en su plato!

Pero a pesar de la creciente tendencia a evitar la carne, los científicos continúan instando a las personas a reducir su consumo de carne, ya que este es un paso fundamental para lograr los objetivos de proteger el medio ambiente y prevenir el cambio climático.

Cómo reducir el consumo de carne

Podrías pensar que convencer a la gente de que coma menos carne es simple: parecería que simplemente proporcionando información sobre las consecuencias de comer carne, la gente inmediatamente comenzará a comer menos carne. Pero los estudios han demostrado que no hay evidencia de que simplemente proporcionar información sobre los efectos en la salud o el medio ambiente de comer carne conduzca a menos carne en los platos de las personas.

Esto puede deberse al hecho de que nuestras elecciones diarias de alimentos rara vez están determinadas por lo que podría llamarse el "sistema cerebral de Einstein" que nos hace comportarnos de manera racional y de acuerdo con lo que sabemos sobre los pros y los contras de esto o aquello. comportamiento. El cerebro humano no está diseñado para hacer juicios racionales cada vez que elegimos qué comer. Entonces, cuando se trata de elegir entre un sándwich de jamón o hummus, es probable que nuestra decisión no se base en la información que acabamos de leer en el último informe sobre el cambio climático.

En cambio, las elecciones habituales de alimentos suelen estar determinadas por lo que podría llamarse el "sistema cerebral de Homer Simpson", un personaje de dibujos animados conocido por tomar decisiones impulsivas. Este sistema está diseñado para ahorrar espacio en el cerebro al permitir que lo que vemos y sentimos sea una guía de lo que comemos.

Los investigadores buscan comprender cómo se pueden cambiar las condiciones en las que las personas suelen comer o comprar alimentos de manera que se reduzca el consumo de carne. Estos estudios aún se encuentran en sus primeras etapas, pero ya hay algunos resultados interesantes que indican qué técnicas podrían funcionar.

1. Reducir el tamaño de las porciones

Simplemente reducir el tamaño de la porción de carne en su plato ya es un gran paso adelante. Un estudio mostró que, como resultado de la reducción del tamaño de la porción de los platos de carne en los restaurantes, cada visitante consumió un promedio de 28 g menos de carne y la evaluación de los platos y el servicio no cambió.

Otro estudio encontró que agregar salchichas más pequeñas a los estantes de los supermercados se asoció con una reducción del 13 % en las compras de carne. Así que simplemente ofrecer porciones más pequeñas de carne en los supermercados también puede ayudar a las personas a reducir su consumo de carne.

2. Menús basados ​​en plantas

También importa cómo se presentan los platos en el menú de un restaurante. La investigación ha demostrado que crear una sección vegetariana exclusiva al final del menú en realidad hace que las personas sean menos propensas a probar comidas a base de plantas.

En cambio, un estudio realizado en una cantina simulada encontró que presentar las opciones de carne en una sección separada y mantener las opciones basadas en plantas en el menú principal aumentó la probabilidad de que las personas prefirieran la opción sin carne.

3. Coloca la carne fuera de la vista

Los estudios han demostrado que colocar opciones vegetarianas de manera más prominente en el mostrador que las opciones de carne aumenta la probabilidad de que las personas elijan opciones vegetarianas en un 6%.

En el diseño del buffet, coloque opciones con carne al final del pasillo. Un pequeño estudio encontró que tal esquema podría reducir el consumo de carne de las personas en un 20%. Pero dado el pequeño tamaño de las muestras, se necesita más investigación para confirmar esta conclusión.

4. Ayuda a las personas a hacer una conexión obvia

Recordar a las personas cómo se produce realmente la carne también puede marcar una gran diferencia en la cantidad de carne que consumen. La investigación muestra, por ejemplo, que ver un cerdo asado al revés aumenta el deseo de las personas de optar por una alternativa a la carne basada en plantas.

5. Desarrolla deliciosas alternativas a base de plantas

Finalmente, no hace falta decir que los deliciosos platos vegetarianos pueden competir con los productos cárnicos. Y un estudio reciente descubrió que mejorar la apariencia de las comidas sin carne en el menú de una cafetería universitaria simulada duplicó el número de personas que eligieron comidas sin carne en lugar de platos tradicionales de carne.

Por supuesto, se necesita investigar mucho más para entender cómo alentar a las personas a comer menos carne, pero en última instancia, hacer que las opciones sin carne sean más atractivas que las opciones a base de carne es la clave para reducir el consumo de carne a largo plazo.

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