8 formas de mejorar tu memoria

Sin embargo, la buena noticia es que muchos de estos tipos de lapsos de memoria no son necesariamente signos de demencia o enfermedades cerebrales como el Alzheimer. Aún más buenas noticias: hay maneras de mejorar su memoria diaria. Estos métodos serán útiles tanto para mayores de 50 años como para menores, porque nada mejor que inculcar buenos hábitos con antelación.

cerebro envejecido

Muchas personas notan tales lapsos de memoria a partir de los 50 años. Esto es cuando comienzan los cambios químicos y estructurales relacionados con la edad en áreas del cerebro asociadas con el procesamiento de la memoria, como el hipocampo o los lóbulos frontales, dice el Dr. Salinas.

“Debido a que es más difícil para las células cerebrales funcionar, las redes de las que forman parte también son más difíciles de trabajar si no hay otras células listas para servir como repuestos. Imagina, por ejemplo, un gran coro. Si un tenor pierde la voz, es posible que el público no note la diferencia. Pero estarás en problemas si la mayoría de los tenores pierden sus votos y no hay suplentes en su lugar”, dice.

Estos cambios cerebrales pueden disminuir la velocidad a la que se procesa la información, lo que a veces dificulta recordar nombres familiares, palabras o información nueva.

Sin embargo, la edad no siempre es la única culpable. La memoria es susceptible a la depresión, la ansiedad, el estrés, los efectos secundarios de los medicamentos y la falta de sueño, por lo que es importante hablar con su médico para determinar si alguno de estos podría estar relacionado con sus lapsos de memoria.

¿Qué se puede hacer?

Si bien no puede revertir los efectos del envejecimiento, existen formas de agudizar su memoria cotidiana y ayudar a su cerebro a adquirir y retener información. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar.

Organizar. Si pierde artículos regularmente, guárdelos en un lugar determinado. Por ejemplo, coloque todos sus artículos cotidianos como anteojos, llaves y billetera en un contenedor y colóquelo en un lugar que esté siempre visible. “Tener estos elementos en el mismo lugar facilita que su cerebro aprenda el patrón y cree un hábito que se convierte en una segunda naturaleza para usted”, dice el Dr. Salinas.

Seguir aprendiendo. Crea situaciones para ti mismo en las que tengas que aprender y recordar constantemente nueva información. Toma clases en una universidad local, aprende a tocar un instrumento, toma una clase de arte, juega al ajedrez o únete a un club de lectura. Retarte a ti mismo.

Establecer recordatorios. Escribe notas y déjalas donde las veas. Por ejemplo, escriba una nota en el espejo de su baño para recordarle que debe ir a una reunión o tomar su medicamento. También puedes usar la alarma de tu teléfono móvil o pedirle a un amigo que te llame. Otra opción es enviarse recordatorios por correo electrónico.

Dividir tareas. Si tiene problemas para recordar la secuencia completa de pasos necesarios para completar una tarea, divídala en partes más pequeñas y hágalas una a la vez. Por ejemplo, recuerde los primeros tres dígitos de un número de teléfono, luego tres, luego cuatro. “Es más fácil para el cerebro prestar atención a fragmentos pequeños y rápidos de información que a cadenas de información largas y difíciles de manejar, especialmente si esa información no sigue una secuencia lógica”, dice el Dr. Salinas.

Crear asociaciones. Tome imágenes mentales de lo que quiere recordar y combínelas, exagere o distorsione para que se destaquen y sean recordadas. Por ejemplo, si estaciona su automóvil en el espacio 3B, imagine tres enormes gigantes protegiendo su automóvil. Si se te ocurre una imagen extraña o emotiva, es más probable que la recuerdes.

Repite, repite, repite. La repetición aumenta la probabilidad de que escriba información y pueda recuperarla más tarde. Repite en voz alta lo que has oído, leído o pensado. Cuando conozcas a alguien por primera vez, repite su nombre dos veces. Por ejemplo, diga: “Marca…. ¡Encantado de conocerte, Marcos! Cuando alguien te dé instrucciones, repítelas paso a paso. Después de una conversación importante, como con un médico, repite en voz alta una y otra vez lo que se dijo durante la cita de camino a casa.

Representar. Reproducir la acción en tu mente puede ayudarte a recordar cómo hacerlo. Por ejemplo, cuando necesite comprar plátanos de camino a casa, recree la actividad en su mente con detalles vívidos. Imagina que entras en una tienda, vas a la sección de frutas, eliges plátanos y luego los pagas, y mentalmente repites esta secuencia una y otra vez. Puede parecer incómodo al principio, pero se ha demostrado que esta técnica ayuda a mejorar la memoria prospectiva, la capacidad de recordar para completar una acción planificada, incluso entre personas con deterioro cognitivo leve.

Mantente en contacto. La investigación ha demostrado que la interacción social regular proporciona estimulación mental. Hablar, escuchar y recordar información puede ayudar a mejorar su memoria. Algunas investigaciones han demostrado que solo 10 minutos de conversación pueden ser efectivos. “En general, las personas que están socialmente más integradas también tienen más probabilidades de tener un funcionamiento cerebral más saludable y un menor riesgo de enfermedades cerebrales relacionadas con la edad, como derrames cerebrales o demencia”, dice el Dr. Salinas.

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