Una mano amiga para el bebé

¡Pase el testigo!

Es normal e incluso imprescindible pedir ayuda si tu acompañante no puede liberarse. Entre la compra, el cuidado, la limpieza, la cocina, las llamadas telefónicas… tienes la impresión de que no tienes el control.

No entre en pánico, en su lugar, pídale ayuda a su mamá, hermana o un amigo. Pero ojo, es fundamental que esta persona sea positiva y respete tus elecciones, especialmente en cuanto a la lactancia materna.

Elija a alguien que conozca bien su hogar para que no tenga que contarle todo y que se sienta cómodo allí.

Por último, evite a los miembros de la familia con quienes hay tensión para conseguir una mano amiga ... este seguramente no es el momento para resolver viejas disputas familiares.

¡No demasiadas visitas!

La tentación es grande de invitar a amigos y familiares a inclinarse sobre la cuna para ver lo maravilloso que es tu angelito. Pero es importante, durante unas semanas, poner al hola en las visitas.

De hecho, está entrando en un período que los psicólogos llaman "anidamiento". Este es un retiro muy único que le permite recuperar fuerzas y construir el famoso trío “papá, mamá, bebé”. No hay forma de aislarse del mundo exterior, sino limitar las visitas a una por día al principio.

Algunas precauciones

no despiertes a tu bebé para mostrárselo al tío Ernesto que está de paso,

no la pases de brazo en brazo,

evite hacer demasiado ruido y pida que las personas no fumen en su presencia.

Nada te impide ir a ver a tus amigos siempre que sigas estas mismas reglas. Es muy posible que un niño pequeño salga al regresar de la maternidad. Incluso es esencial, necesita un poco de aire fresco a menos que las temperaturas sean extremas. Por otro lado, no se trata de llevarla de viaje antes del mes de edad.

Tener un regreso a casa exitoso se trata de darse cuenta de que no se puede hacer todo al máximo. Convertirse en madre requiere una nueva percepción del tiempo: ya no es solo tuyo. ¡Pero también a tu bebé!

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