Una mirada a la vida: en lugar de metas, crea temas

¿Has notado por ti mismo que cuando te visita un sentimiento de insatisfacción con tu vida, llegas a la conclusión de que simplemente estableces las metas equivocadas? Tal vez eran demasiado grandes o demasiado pequeños. Tal vez no sea lo suficientemente específico o haya comenzado a hacerlo demasiado pronto. O no eran tan significativos, por lo que perdiste la concentración.

Pero las metas no te ayudarán a crear felicidad a largo plazo, ¡y mucho menos a mantenerla!

Desde un punto de vista racional, el establecimiento de metas parece una buena manera de obtener lo que desea. Son tangibles, trazables y limitados en el tiempo. Te dan un punto al que moverte y un empujón para ayudarte a llegar allí.

Pero en la vida cotidiana, las metas a menudo se convierten en preocupación, ansiedad y arrepentimiento, en lugar de orgullo y satisfacción como resultado de su logro. Las metas nos presionan cuando tratamos de alcanzarlas. Y lo que es peor, cuando finalmente los alcanzamos, desaparecen inmediatamente. El destello de alivio es fugaz y pensamos que eso es felicidad. Y luego nos fijamos un nuevo gran objetivo. Y de nuevo, parece fuera de alcance. El ciclo continúa. El investigador Tal Ben-Shahar de la Universidad de Harvard llama a esto la “falacia de llegada”, la ilusión de que “llegar a algún punto en el futuro traerá felicidad”.

Al final de cada día, queremos sentirnos felices. Pero la felicidad es indefinida, difícil de medir, un subproducto espontáneo del momento. No hay un camino claro para ello. Aunque las metas pueden hacerte avanzar, nunca podrán hacerte disfrutar de este movimiento.

El empresario y autor de best-sellers James Altucher ha encontrado su camino: vive por temas, no por objetivos. Según Altucher, su satisfacción general con la vida no está determinada por eventos individuales; lo que realmente importa es cómo te sientes al final de cada día.

Los investigadores enfatizan la importancia del significado, no del placer. Uno viene de tus acciones, el otro de sus resultados. Es la diferencia entre pasión y propósito, entre buscar y encontrar. La emoción del éxito pronto desaparece y una actitud concienzuda te hace sentir satisfecho la mayor parte del tiempo.

Los temas de Altucher son los ideales que utiliza para guiar sus decisiones. El tema puede ser una palabra: un verbo, un sustantivo o un adjetivo. “Corrección”, “crecimiento” y “saludable” son temas candentes. Además de “invertir”, “ayudar”, “amabilidad” y “gratitud”.

Si quieres ser amable, sé amable hoy. Si quieres ser rico, da un paso hacia ello hoy. Si quieres estar sano, elige la salud hoy. Si quieres estar agradecido, di “gracias” hoy.

Los temas no causan ansiedad sobre el mañana. No están conectados con arrepentimientos de ayer. Todo lo que importa es lo que haces hoy, quién eres en este segundo, cómo eliges vivir en este momento. Con un tema, la felicidad se convierte en cómo te comportas, no en lo que logras. La vida no es una serie de victorias y derrotas. Si bien nuestros altibajos pueden impactarnos, conmovernos y dar forma a nuestros recuerdos, no nos definen. La mayor parte de la vida sucede en el medio, y lo que queremos de la vida se encuentra allí.

Los temas hacen que tus objetivos sean un subproducto de tu felicidad y evitan que tu felicidad se convierta en un subproducto de tus objetivos. El target pregunta “qué quiero” y el topic pregunta “quién soy yo”.

El objetivo necesita una visualización constante para su implementación. Un tema puede interiorizarse cada vez que la vida te incita a pensar en él.

El propósito separa tus acciones en buenas y malas. El tema hace que cada acción sea parte de una obra maestra.

El objetivo es una constante externa sobre la que no tienes control. El tema es una variable interna que puedes controlar.

Una meta te obliga a pensar a dónde quieres llegar. El tema sigue centrándote en dónde estás.

Las metas te ponen frente a una elección: racionalizar el caos en tu vida o ser un perdedor. El tema encuentra un lugar para el éxito en el caos.

El objetivo niega las posibilidades del momento actual a favor del éxito en un futuro lejano. El tema es buscar oportunidades en el presente.

El objetivo pregunta: "¿Dónde estamos hoy?" El sujeto pregunta: "¿Qué estuvo bien hoy?"

Los objetivos se ahogan como una armadura voluminosa y pesada. El tema es fluido, se funde con tu vida, convirtiéndose en parte de lo que eres.

Cuando utilizamos las metas como nuestro principal medio para lograr la felicidad, cambiamos la satisfacción de vida a largo plazo por la motivación y la confianza a corto plazo. El tema le brinda un estándar real y alcanzable al que puede referirse no de vez en cuando, sino todos los días.

No esperes más por algo, simplemente decide quién quieres ser y conviértete en esa persona.

El tema traerá a tu vida lo que ninguna meta puede dar: un sentido de quién eres hoy, justo y allí, y que esto es suficiente.

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