Un enfoque natural para el apetito de un niño

 

¿Es siempre necesario hacer un esfuerzo para mantener limpio el plato de un niño?  

1. El bebé también puede “no estar de humor”

En primer lugar, presta atención a ti mismo. A veces, cuando se tiene mucha hambre, se come todo lo que se prepara con mucho apetito. Y hay momentos en los que simplemente no hay ganas de comer, y esto se aplicará a cualquier plato propuesto. 

2. ¿Has comido o no?

Al nacer, un niño sano entiende perfectamente cuándo y cuánto quiere comer (en este caso, estamos considerando un niño sano, porque la presencia de determinada patología hace sus propios ajustes en la nutrición del bebé). Es completamente inútil preocuparse de que el niño no haya terminado 10-20-30 ml de la mezcla en una comida. Y no es necesario obligar a un bebé adulto y sano a “comer otra cucharada por mamá y papá”. Si el niño no quiere comer, lo llamaron a la mesa demasiado pronto. Tendrá hambre hasta la próxima comida, o terminará sus 20 ml por encima de lo normal después de la actividad física que tiene planificada antes del almuerzo.  

3. “¡La guerra es la guerra, pero el almuerzo está programado!” 

Lo principal que mamá debe seguir claramente es el momento de comer. Es más fácil y más fisiológico para el funcionamiento del aparato digestivo tener un horario claro, que consiste en fijar una hora determinada para comer. "¡La guerra es la guerra, pero el almuerzo está programado!" – esta cita refleja bastante claramente la fisiología de la digestión. 

4. Solo un caramelo...

Otro punto muy importante para los adultos a los que les encanta mimar a sus hijos con todo tipo de dulces entre tomas. ¡La ausencia de tales refrigerios entre el desayuno, el almuerzo, el té de la tarde y la cena es la clave para un buen apetito para su bebé o un niño ya adulto!

5. “No te levantarás de la mesa…” 

Cuando obligas a un niño a terminar de comer, aumentas la cantidad de comida que realmente necesita. Con el tiempo, esto conduce a un aumento de peso no deseado. Es más difícil para el niño moverse, la actividad cae, el apetito crece. ¡Círculo vicioso! Y sobrepeso en la vejez y la adolescencia. 

Enséñele a su hijo a rechazar cortésmente la comida si está lleno o no quiere probar el plato que le ofrecen. Permita que su hijo determine el tamaño de su propia porción. Preguntar si es suficiente? Ponga una porción más pequeña y asegúrese de recordarle que puede pedir un suplemento. 

Podemos decir con seguridad que cuando un niño tiene hambre, comerá todo lo que le ofrezcas. Nunca tendrás una pregunta sobre qué cocinar hoy. ¡Tu bebé resultará ser prácticamente omnívoro ("prácticamente" dejémoslo a la intolerancia individual y las afirmaciones de sabor)! 

 

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