Ventosa china: ¿cómo usarla?

Ventosa china: ¿cómo usarla?

Es una de las herramientas más utilizadas por la medicina tradicional china tanto para drenar como para relajar el cuerpo. La técnica de ventosas, también llamada "ventosas", consiste en colocar estas herramientas en forma de campana en diferentes partes del cuerpo para estimular la circulación sanguínea y linfática. Una forma eficiente de hacer circular la energía.

¿Qué es un tonto chino?

Es un objeto de bienestar ancestral y todavía popular en la medicina tradicional china, pero que también fue utilizado por los romanos y los egipcios hace varios milenios. Hechas de arcilla, bronce, cuerno de vaca o bambú, las ventosas que usamos hoy en día están hechas principalmente de vidrio o plástico.

Estas pequeñas herramientas en forma de campana se colocan en zonas específicas del cuerpo humano - puntos de acupuntura y lugares dolorosos - para actuar sobre la circulación gracias a la succión que ejercen. También se pueden utilizar en movimiento sobre pieles grasas.

¿Una aspiración liberadora?

La ventosa no está destinada a curar sino a aliviar el dolor. Ejerce presión mediante un efecto de succión sobre la piel y el músculo que provoca la descongestión liberando la circulación. Aparecerá un torrente de sangre en la superficie de la piel, debajo de la ventosa. El área generalmente se vuelve rojiza a violácea, por lo general dejando marcas como chupetones incluso después de que se han quitado las ventosas.

La edición de 1751 del diccionario de la Academia Francesa explica entonces que la finalidad de este objeto de bienestar es “atraer con violencia los estados de ánimo de dentro hacia fuera”. La edición de 1832 agrega que las ventosas permiten “crear un vacío mediante fuego, o una bomba de succión, para levantar la piel y producir irritación local”.

Según la medicina tradicional china, la ventosa es el medio para liberar un órgano doloroso de sus bloqueos.

¿Cómo usar una ventosa china?

Según la técnica tradicional, la ventosa se utiliza caliente. Se acerca una llama a la campana para vaciarla de su aire gracias a la combustión del oxígeno antes de colocarla sobre la espalda de la persona.

Más comúnmente, el médico utiliza una ventosa con una bomba manual que, mediante un efecto de succión, vaciará el aire presente en la campana.

Las ventosas chinas se utilizan tanto en puntos fijos sobre los que se colocarán durante varios minutos -de 2 a 20 minutos según las partes del cuerpo- como en masajes para mejorar la circulación sanguínea.

Para la segunda opción, comenzamos aplicando aceite en la zona elegida antes de colocar la ventosa y ejerciendo una ligera presión. Basta entonces con deslizarlo de abajo hacia arriba para respetar la circulación sanguínea y la circulación linfática.

¿En que casos utilizar ventosas chinas?

Las indicaciones aclamadas son tan numerosas como las posibles áreas de aplicación:

  • recuperación deportiva;
  • dolor de espalda
  • dolor en las articulaciones;
  • problemas digestivos
  • tensiones en el cuello o trapecio;
  • migrañas, etc.

Resultados controvertidos

Los profesionales recomiendan de una a tres sesiones espaciadas con varios días de diferencia para obtener resultados duraderos. Se utilizan para aliviar el dolor pero no curan una enfermedad. Se pueden utilizar en cualquier momento del día para aliviar la tensión o aliviar el dolor.

Los beneficios de las ventosas chinas, sin embargo, siguen siendo controvertidos para los científicos. En un estudio chino publicado en la revista PLOS en 2012, los investigadores recomendaron "Esperar una investigación más rigurosa para sacar conclusiones" en cuanto a los posibles resultados de estos objetos de bienestar.

Contraindicaciones de las ventosas chinas

El uso de ventosas chinas requiere tomar las precauciones habituales. Se recomienda no utilizarlos en caso de:

  • herida abierta o sin cicatrizar;
  • ardor de la piel;
  • embarazo (durante el primer trimestre);
  • patologías cardíacas;
  • venas varicosas.

Tampoco se recomienda el uso de ventosas chinas en niños menores de 5 años. En caso de duda, hable con un profesional sanitario.

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