Antojos excesivos de comida y por qué sucede

Cada uno de nosotros conoce perfectamente el sentimiento de un deseo inexorable de comer algo dulce, salado, comida rápida. Según los estudios, el 100 % de las mujeres experimentan antojos de carbohidratos (incluso cuando están llenas), mientras que los hombres tienen un 70 % de antojos. En esta situación, la mayoría de las personas satisfacen su inexplicable pero abrumadora necesidad simplemente comiendo lo que quieren. Esto es comprensible, porque tal ansia activa la hormona dopamina y los receptores opioides en el cerebro, lo que obliga a una persona a satisfacer el deseo a toda costa. En cierto modo, los antojos de comida son similares a la adicción a las drogas. Si eres un ávido bebedor de café, imagina cómo te sentirías sin beber las 2 o 3 tazas habituales al día. Es posible que no entendamos completamente por qué ocurre la adicción a la comida, pero debemos saber que es causada por una combinación de causas físicas, emocionales e incluso sociales.

  • Falta de sodio, niveles bajos de azúcar u otros minerales en la sangre
  • es un factor poderoso. En tu subconsciente, cualquier producto (chocolate, golosinas, un bocadillo con leche condensada, etc.) se asocia con buen humor, satisfacción y una sensación de armonía una vez obtenido después de su consumo. Es importante entender esta trampa.
  • Con el uso frecuente del producto no más útil en grandes cantidades, el cuerpo debilita la producción de enzimas para su digestión. Con el tiempo, esto puede provocar que las proteínas no digeridas entren en el torrente sanguíneo y una respuesta inmune inflamatoria. Paradójicamente, el cuerpo anhela, por así decirlo, aquello a lo que se ha vuelto sensible.
  • Los niveles bajos de serotonina pueden ser los culpables de los antojos de comida. La serotonina es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el sueño y el centro del apetito en el cerebro. La serotonina baja activa el centro, provocando antojos de ciertos alimentos, que estimulan la síntesis de serotonina. Las mujeres experimentan niveles más bajos de serotonina antes de la menstruación, lo que explica sus antojos de chocolate y dulces.
  • Estrés de “comer”. Los cambios de humor y factores como el estrés, la agresión, la tristeza y la depresión pueden actuar como desencadenantes de los antojos excesivos de alimentos. El cortisol, que se libera durante situaciones estresantes, provoca el antojo de ciertos alimentos, especialmente los alimentos grasos. Así, el estrés crónico puede ser la causa de antojos poco saludables de dulces, que literalmente nos llevan a una trampa, estimulando la producción de serotonina.

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