Cómo cultivar el optimismo en tus hijos

La mayoría de los padres estarían de acuerdo en que el bienestar de sus hijos es extremadamente importante para nosotros. Una de las mejores formas de influir en esto es enseñarles a ser optimistas. Se podría pensar que “enseñar optimismo” es ponerse unas gafas color de rosa y dejar de ver la realidad tal y como es. Sin embargo, este no es el caso en absoluto. Investigaciones recientes muestran que inculcar una mentalidad positiva en los niños los protege de la depresión y la ansiedad, y los ayuda a lograr el éxito en el futuro. Sin embargo, una actitud positiva en la vida no es una sonrisa artificialmente feliz mientras estás hasta el cuello en problemas. Se trata de trabajar en tu estilo de pensamiento y cambiarlo a tu favor. Echemos un vistazo a algunas de las formas en que los padres y los maestros pueden ayudar a formar el pensamiento positivo en sus hijos. Sea un ejemplo de un pensador positivo ¿Cómo reaccionamos ante situaciones estresantes? Qué decimos en voz alta cuando sucede algo desagradable: por ejemplo, llega una factura para pagar; caemos bajo la mano caliente de alguien; corriendo en la rudeza? Es importante aprender a atrapar el pensamiento negativo "Nunca tenemos suficiente dinero" e inmediatamente reemplazarlo con "Tenemos suficiente dinero para pagar las cuentas". Así, con nuestro propio ejemplo, mostramos a los niños cómo responder a varios factores desagradables. “La mejor versión de ti mismo” Hable con sus hijos sobre lo que les gustaría ser/convertirse. Puede realizar esto tanto en el formato de una discusión oral como arreglarlo por escrito (tal vez la segunda opción sea aún más efectiva). Ayuda a tu hijo a comprender y ver la mejor versión de sí mismo en diferentes áreas de la vida: en la escuela, en el entrenamiento, en casa, con amigos, etc. Compartir emociones positivas En muchas escuelas hay un tiempo especialmente asignado, la llamada “hora de clase”. Durante esta sesión, se recomienda discutir los momentos alegres y educativos que les sucedieron a los estudiantes en este o el día anterior, así como las fortalezas de su carácter que mostraron. A través de tales discusiones, desarrollamos en los niños el hábito de enfocarse en los aspectos positivos de sus vidas y desarrollar sus fortalezas. Recuerda:

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