CONSEJO 1
Sigue moviéndote después de tu entrenamiento
Después de terminar su entrenamiento, no se esfuerce por descansar, por un libro en el sofá. Si sigue moviéndose, su metabolismo seguirá siendo alto. Cualquier tipo de actividad es adecuada: un paseo con un perro, juegos al aire libre con niños, etc. ¡No se recueste!
CONSEJO 2
Desarrollar masa muscular
La energía se quema en los músculos, respectivamente, cuanto más músculos, más intensa es la quema de calorías. Complemente el ejercicio cardiovascular con entrenamiento de fuerza, coma alimentos con proteínas: debe obtener al menos 1,2 - 1,5 g de proteína por día por cada kilogramo de su peso.
CONSEJO 3
No elijas una pista suave
La energía se consume de forma más activa si no se limita a entrenar en un cómodo gimnasio. Sal a correr por el parque, corre cuesta arriba, salta sobre bancos, esquiva entre arbustos y farolas. Es bastante difícil, pero el cuerpo recibe un impulso adicional y el proceso de quemar grasa se acelera aún más.
CONSEJO 4
Come inmediatamente después del ejercicio.
Inmediatamente después del entrenamiento, come un plátano, un plato de pasta de trigo duro con un trozo de carne y bebe un vaso de leche. Esto le ayudará a recuperar fuerza y desarrollar músculo. Una mala opción es comer carbohidratos “rápidos” como chocolates, papas fritas y similares.
CONSEJO 5
Aumenta la intensidad
Aumente gradualmente la intensidad del entrenamiento, agregue nuevos ejercicios: el cuerpo se acostumbra rápidamente al estrés y, para inducirlo a gastar más energía, debe cargar más.
CONSEJO 6
¡Pero sin fanatismo!
¡El ejercicio no debería agotarte física y mentalmente! Establezca metas realistas, asuma una carga que pueda manejar. La grasa se quema mejor no cuando está "al límite", sino cuando hace ejercicio a una intensidad moderada. En esta situación, el cuerpo consume principalmente grasas.
CONSEJO 7
La competencia amistosa no hará daño
La emoción acelera el metabolismo. Por lo tanto, haga una apuesta con un amigo y compita.
CONSEJO 8
Sea claro acerca de su objetivo
Cuando una persona tiene un objetivo, entonces no hay problemas de motivación. Y si hay un motivo, entonces el trabajo está a medio hacer. Piense en la aptitud física no como una medida temporal, sino como una inversión a largo plazo en su futuro. De hecho, así es.