Cómo afecta lo que comemos a nuestro estado de ánimo

Y no se trata solo de la reacción emocional instantánea a los alimentos que comemos, a largo plazo, nuestra dieta determina nuestra salud mental. De hecho, tenemos dos cerebros, uno en la cabeza y otro en el intestino, y cuando estamos en el útero, ambos están formados por los mismos tejidos. Y estos dos sistemas están conectados por el nervio vago (el décimo par de nervios craneales), que se extiende desde el bulbo raquídeo hasta la mitad del tracto gastrointestinal. Los científicos han descubierto que es a través del nervio vago que las bacterias de los intestinos pueden enviar señales al cerebro. Entonces nuestro estado mental depende directamente del trabajo de los intestinos. Desafortunadamente, la “dieta occidental” solo empeora nuestro estado de ánimo. He aquí algunas pruebas de esta triste afirmación: Los alimentos genéticamente modificados modifican significativamente la composición de la flora intestinal, estimulando el crecimiento de bacterias patógenas e inhibiendo el crecimiento de bacterias beneficiosas necesarias para nuestra salud mental y física. El glifosato es el control de malezas más común utilizado en los cultivos alimentarios (más de 1 billón de libras de este herbicida se utilizan anualmente en todo el mundo). Una vez en el cuerpo, provoca deficiencias nutricionales (especialmente minerales necesarios para el funcionamiento normal del cerebro) y conduce a la formación de toxinas. Un estudio reciente demostró que el glifosato es tan tóxico que la concentración de carcinógenos que contiene supera todos los umbrales imaginables. Los alimentos ricos en fructosa también alimentan a los microbios patógenos en el intestino, lo que les permite evitar que las bacterias beneficiosas se multipliquen. Además, el azúcar suprime la actividad del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína que juega un papel clave en la función cerebral. En la depresión y la esquizofrenia, los niveles de BDNF son críticamente bajos. El consumo excesivo de azúcar desencadena una cascada de reacciones químicas en el cuerpo que conducen a una inflamación crónica, también conocida como inflamación latente. Con el tiempo, la inflamación afecta a todo el cuerpo, lo que incluye la interrupción del funcionamiento normal del sistema inmunitario y la función cerebral.   

– Los aditivos alimentarios artificiales, especialmente el aspartamo sustituto del azúcar (E-951), afectan negativamente al cerebro. La depresión y los ataques de pánico son efectos secundarios del consumo de aspartamo. Otros aditivos, como colorantes alimentarios, afectan negativamente el estado de ánimo.

Entonces, la salud intestinal está directamente relacionada con el buen humor. En el próximo artículo hablaré de qué alimentos te levantan el ánimo. Fuente: articulos.mercola.com Traducción: Lakshmi

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