Cómo lucha Zambia contra la caza furtiva

El ecosistema de Luangwa alberga casi dos tercios de la población de elefantes de Zambia. Previamente, la población de elefantes en Zambia alcanzó los 250 mil individuos. Pero desde la década de 1950, debido a la caza furtiva, la cantidad de elefantes en el país ha disminuido drásticamente. En la década de 1980, solo quedaban 18 elefantes en Zambia. Sin embargo, la cooperación de los activistas por los derechos de los animales y las comunidades locales interrumpió esta tendencia. En 2018, no hubo casos de caza furtiva de elefantes en el Parque Nacional North Luangwa, y en las áreas vecinas, el número de casos de caza furtiva se redujo en más de la mitad. 

El Programa de Conservación de Northern Luangwa, desarrollado conjuntamente con la Sociedad Zoológica de Frankfurt, ayudó a lograr tales resultados. Este programa se basa en la ayuda de las comunidades locales para ayudar a combatir la caza furtiva. Ed Sayer, jefe del Programa de Conservación de North Luangwa, dice que las comunidades locales han hecho la vista gorda ante los cazadores furtivos en el pasado. Anteriormente, las comunidades locales recibían pocos o ningún ingreso del turismo y, en algunos casos, los propios lugareños se dedicaban a la caza de elefantes y no tenían ningún incentivo para detener esta actividad.

Sayer dijo que la organización trabajó con el gobierno local para lograr una política de reparto de ingresos más equitativa. A las personas también se les mostraron varias alternativas financieras a la caza furtiva, como el desarrollo de la silvicultura. “Si realmente queremos proteger este territorio, debemos garantizar la plena participación de la comunidad, incluso en términos de distribución de ingresos”, dice Sayer. 

El fin de la caza furtiva

El fin de la caza furtiva se puede acercar gracias a las nuevas tecnologías y la financiación inteligente.

El David Sheldrick Wildlife Trust en Kenia lleva a cabo patrullas aéreas y terrestres contra la caza furtiva, preserva los hábitats e involucra a las comunidades locales. Una reserva de caza de Sudáfrica utiliza una combinación de CCTV, sensores, biometría y Wi-Fi para rastrear a los cazadores furtivos. Gracias a ello, la caza furtiva en la zona ha disminuido un 96%. Actualmente existe una demanda de conservación integrada en India y Nueva Zelanda, donde los tigres y la vida marina están siendo cazados furtivamente.

La financiación de proyectos destinados a detener la caza furtiva está aumentando. En julio pasado, el gobierno del Reino Unido comprometió £44,5 millones a iniciativas para luchar contra el comercio de vida silvestre en todo el mundo. Michael Gove, Secretario de Medio Ambiente del Reino Unido, dijo que “los problemas ambientales no conocen fronteras y requieren una acción internacional coordinada”.

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