Yorkshire Terrier

Yorkshire Terrier

Características físicas

El Yorkshire Terrier es un perro con un pelaje largo y recto, distribuido uniformemente a ambos lados del cuerpo desde la nariz hasta la punta de la cola. Su pelo es de color azul acero oscuro desde la base del cráneo hasta la base de la cola. Su cabeza y pecho son leonados. Existen otros colores, pero no son reconocidos por el estándar de la raza. Es un perro pequeño que puede pesar un máximo de hasta 3,2 kg. (1)

La Federación Citológica Internacional lo clasifica entre los Terriers de Aprobación (Grupo 3 Sección 4)

Orígenes e historia

Como la mayoría de los terriers, el Yorkshire Terrier se originó en Gran Bretaña, donde se utilizó para controlar el crecimiento excesivo de ratas o conejos. La observación más antigua de esta raza se remonta a mediados del siglo 1870. Toma su nombre del condado de Yorkshire en el norte de Inglaterra y finalmente fue adoptado en XNUMX.


Parece que el Yorkshire terrier se originó a partir de una mezcla entre perros escoceses, traídos por sus amos en busca de trabajo en Yorkshires y perros de esta región. (2)

Carácter y comportamiento

Según la clasificación de Hart y Hart, el Yorkshire terrier se clasifica entre los perros con alta reactividad, agresividad media, baja capacidad de aprendizaje. Según esta clasificación, es el único terrier que no está en la categoría de perros muy agresivos y reactivos cuyo adiestramiento no es ni fácil ni difícil. (2)

Patologías y enfermedades comunes de Yorkshire

Como muchas razas de perros de raza pura, los Yorkshire Terriers tienen muchos problemas de salud. Entre las más frecuentes se encuentran las derivaciones portosistémicas, la bronquitis, la linfangiectasia, las cataratas y la queratoconjuntvitis seca. Sin embargo, las enfermedades bucodentales representan el primer motivo de consulta veterinaria de todas las edades. (4)

La higiene bucal es, por tanto, una prioridad para el Yorkshire terrier. Cepillarse los dientes es la medida preventiva clásica para una buena higiene bucal, pero no es el acto más fácil de realizar para el propietario. Por lo tanto, existen medios alternativos, incluidos los huesos de masticación (a base de colágeno), alimenticios o no alimenticios, así como alimentos específicos. En cualquier caso, conviene vigilar la aparición de una placa de sarro porque puede llegar hasta la gingivitis o el aflojamiento.

Derivaciones portosistémicas


la derivación portosistémica es una anomalía hereditaria de la vena porta (la que lleva sangre al hígado). Por lo tanto, parte de la sangre del perro pasa por alto el hígado y no se filtra. Las toxinas como el amoníaco, por ejemplo, no son eliminadas por el hígado y el perro corre el riesgo de intoxicación. Muy a menudo, las derivaciones de conexión son extrahepáticas de la vena porta o una vena gástrica izquierda hacia la vena cava caudal. (5)


El diagnóstico se realiza en particular mediante un análisis de sangre que revela niveles elevados de enzimas hepáticas, ácidos biliares y amoníaco. Sin embargo, la derivación solo se puede encontrar con el uso de técnicas avanzadas como la gammagrafía, la ecografía, la portografía, la resonancia magnética médica (MRI) o incluso la cirugía exploratoria.

La mayoría de los perros pueden controlarse con el control de la dieta y la medicación para controlar la producción de toxinas del cuerpo. En particular, es necesario limitar la ingesta de proteínas y un laxante y antibióticos. Si el perro responde bien al tratamiento farmacológico, se puede considerar la cirugía para intentar la derivación y redirigir el flujo sanguíneo al hígado. El pronóstico de esta enfermedad suele ser bastante sombrío. (6)


Linfangiectasia

La linfangiectasia es una distensión anormal de los vasos linfáticos. En Yorkie, es congénito y afecta particularmente a los vasos de la pared intestinal.

La diarrea, la pérdida de peso y el derrame de líquidos en el abdomen en una raza predispuesta como el Yorkshire Terrier son los primeros signos de la enfermedad. El diagnóstico debe realizarse mediante un examen bioquímico de la sangre y un hemograma. También son necesarios exámenes radiográficos o ecográficos para descartar otras enfermedades. Finalmente, se debe realizar una biopsia intestinal para un diagnóstico completo, pero a menudo se evita debido a la salud del animal. (7)


Al principio, los síntomas como diarrea, vómitos o edema abdominal se pueden tratar con medicamentos. Entonces, el objetivo del tratamiento es principalmente permitir que el perro recupere una ingesta normal de proteínas. En algunos casos, la modificación de la dieta es suficiente, pero en otros, será necesario un tratamiento farmacológico. Por tanto, una dieta equilibrada, muy digestible y baja en grasas puede ser un primer paso para mejorar la salud animal.

Consulta las patologías comunes a todas las razas de perros.

 

Condiciones de vida y consejos

La vida útil del Yorkshire terrier es de unos 12 años, ¡pero puede llegar a los 17! Tenga cuidado, por lo tanto, cuando participe en la adopción de este perro que los angloparlantes llaman Yorkie.

Tendrás que disfrutar de la preparación si adoptas un Yorkshire terrier. De hecho, deben peinarse todos los días, a menos que se corten los pelos. También tenga cuidado ya que su fina capa no brinda mucha protección contra el frío y puede ser necesaria una pequeña capa. El cuidado dental regular también es imprescindible, ya que esta raza está en riesgo de pérdida prematura de dientes. (2 y 3)


Además de los problemas dentales, los Yorkshire terriers suelen tener un sistema digestivo delicado, con vómitos o diarrea. Por lo tanto, se debe prestar especial atención a su dieta.


Estos perros tienen una fuerte tendencia a ladrar, lo que los convierte en un excelente cuidador para su hogar o apartamento. Y si los ladridos le molestan, solo se puede abordar mediante la educación.

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