Ladrido

Ladrido

El perro que ladra, ¿es eso normal?

Los ladridos son un modo innato de comunicación en los perros. El perro que ladra quiere, entre otras cosas, interactuar con sus congéneres y otras especies. Los ladridos son variables en frecuencia, entonación y potencia dependiendo del mensaje que el perro quiera transmitir. Puede ser un invitación a jugar, a defender el territorio, a llamar la atención…. y también la exteriorización de una emoción o un estrés.

Ciertas razas de perros ladran más naturalmente. Por ejemplo, los terriers seleccionados para la caza son perros que ladran mucho por naturaleza. Esta habilidad se usó al cazar. Estos perros ahora son muy apreciados como perros de compañía y, por lo tanto, pueden causar problemas de ladridos molestos. Los estudios han demostrado que, por tanto, existen razas de perros que ladran más o menos. El jack russel terrier y el cocker spaniel, por ejemplo, ladran fácilmente, tanto que los basenji y los perros nórdicos ladran mucho. Sin embargo, a estas tendencias se suma el temperamento de cada perro.

Uno de los roles más antiguos del perro era advertir a sus dueños de una posible intrusión en el territorio. Por tanto, es normal que nuestros compañeros ladren cuando detectan a un extraño cerca. En el campo, no hay problema, las casas están espaciadas y la gente rara vez se estaciona frente a la puerta. En la ciudad, donde los jardines están pegados entre sí, donde los pasillos frente a las vallas son repetitivos, donde podemos escuchar a nuestros vecinos discutir, caminar por encima de nuestras cabezas, los sentidos del perro están constantemente en alerta y las ganas de ladrar. advertirnos y defender su territorio son múltiples.

El perro que ladra también puede sufrir ansiedad: estrés puede hacer que ladre irracionalmente. Su umbral de estimulación se baja y ante el menor estímulo, el perro comienza a vocalizar para pedir el regreso de su amo. Este suele ser el caso de los problemas de conducta relacionados con la separación del maestro, durante el síndrome de hiperactividad, pero también simplemente cuando no se satisfacen las necesidades de actividad física, exploración y juego del perro.

Durante los ladridos excesivos, debe tratar de identificar cuál es el motivo de estos ladridos y encontrar soluciones. Por ejemplo, durante la defensa del territorio, evitaremos dejar al perro detrás de la verja del jardín o animarlo a ladrar gritándonos. Durante la falta de actividad, multiplicaremos los ejercicios físicos y la exploración. Pero, como también pueden ser trastornos del comportamiento como la ansiedad, si se le suma el ladrido de otros daños u otros síntomas, es necesario solicita consejo a su veterinario y en ocasiones incluso consultar.

¿Cómo enseñarle a tu perro a no ladrar con demasiada frecuencia?

Para evitar tener un perro ladrando, comienza la educación tras la adopción. Cuando le da la bienvenida al cachorro a casa y lo deja solo en una habitación o en casa, no es necesario especialmente no responda a las solicitudes vocales del cachorro. No vuelvas a él hasta que esté tranquilo y haya estado en silencio. De lo contrario, el cachorro adquirirá el hábito de ladrar para llamarte incluso en tu ausencia. (lea el artículo sobre el perro llorando y aullando).

Durante la educación, hay ciertas reglas a seguir para no exacerbar la necesidad del perro de usar su voz. Sin siquiera darte cuenta, desarrollas ladridos en tu perro. De hecho, al gritarle que se calle, podemos darle al perro la impresión de que estamos ladrando con él, lo que refuerza su comportamiento.

Por tanto, para enseñar al perro a no ladrar, es necesario comando corto y agudo como "STOP" o "CHUT". Si esto no es suficiente, podemos actuar inicialmente para detener físicamente los ladridos cerrando el boca con la mano suavemente. También puedes crear un desviación para redirigir la atención del perro, por ejemplo, lanzando una lata llena de monedas o algo similar cerca. Este desvío o la parada de la secuencia siempre irá acompañado del mando “STOP” que al final será suficiente. También es preferible al principio llamar al perro para sí y ponerlo en la canasta para cortar la secuencia. Recuerde felicitarlos cuando adopten el comportamiento correcto.

Al ladrar de emoción o si el perro pide su atención, simplemente ignóralo. Dale la espalda, ve a otra habitación y vuelve con él una vez que se haya calmado.

También puede hacer que su perro se acostumbre a un sonido o una situación que lo haga ladrar, por y desensibilizante. El principio es reducir los estímulos que desencadenan los ladridos, como los timbres o el sonido de alguien en la puerta, y ordenar silencio si el perro reacciona. Poco a poco, la intensidad y la frecuencia se van incrementando hasta que el perro deja de prestarle atención y pierde interés en él.

Et el collar de corteza? Todos los collares apuntan a crear una distracción instantánea cuando el perro ladra y así detenerlo en acción. Los collares eléctricos producen una descarga eléctrica y por tanto una sanción física. Este tipo de collar no se recomienda para perros con ansiedad ya que puede empeorarla. El collar de corteza de citronela es más suave. Tiene la ventaja de ayudarte a saber si el perro ha ladrado mucho en tu ausencia, ya que dejará un olor en la casa. Podemos evaluar el desarrollo de su perro y no existe ningún castigo físico. Cada collar tiene sus ventajas e inconvenientes, pero el más recomendado actualmente es sin duda el de limoncillo. Algunos estudios muestran que son más efectivos si el problema es reciente.

Gestión de ladridos

El manejo de los ladridos en los perros comienza tan pronto como llegan a casa. Sobre todo, se debe tener cuidado de no incitar a su perro a ladrar a pesar suyo. La desensibilización, la orden de "alto" o "silencio", la recompensa por la buena conducta, la distracción son todos métodos que permiten detener o reducir los ladridos. Sin embargo, ten en cuenta que este es un medio natural de comunicación y que el perro siempre ladrará un poco ...

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