Psicología

"El conocimiento es poder". «Quien es dueño de la información, es dueño del mundo». Citas célebres dicen: necesitas saber tanto como sea posible. Pero los psicólogos dicen que hay cuatro razones por las que preferimos permanecer en la feliz ignorancia.

No queremos saber que la vecina compró exactamente el mismo vestido por la mitad del precio. Tenemos miedo de pararnos en la balanza después de las vacaciones de Año Nuevo. Evitamos ver al médico si tenemos miedo de un diagnóstico terrible, o posponemos una prueba de embarazo si no estamos preparados para ello. Un grupo de psicólogos de la Universidad de Florida y California1 establecido: las personas tienden a evitar la información si:

te hace cambiar tu forma de ver la vida. La desilusión con las propias creencias y convicciones es un proceso doloroso.

requiere una mala acción. Un diagnóstico médico, que implica procedimientos dolorosos, no complacerá a nadie. Es más fácil permanecer en la oscuridad y evitar manipulaciones desagradables.

evoca emociones negativas. Evitamos información que pueda molestar. Suba a la balanza después de las vacaciones de Año Nuevo: provoque un sentimiento de culpa, descubra la infidelidad de una pareja, provoque vergüenza e ira.

Cuantos más roles y actividades sociales tengamos, más fácil será lidiar con las malas noticias.

Sin embargo, en condiciones similares, algunas personas prefieren enfrentarse a la verdad, mientras que otras prefieren permanecer en la oscuridad.

Los autores del estudio identificaron cuatro factores que nos hacen evitar las malas noticias.

Control sobre las consecuencias

Cuanto menos podamos controlar las consecuencias de las malas noticias, más probable es que tratemos de nunca saberlo. Por el contrario, si las personas piensan que la información ayudará a mejorar la situación, no la ignorarán.

En 2006, los psicólogos dirigidos por James A. Shepperd realizaron un experimento en Londres. Los participantes se dividieron en dos grupos: a cada uno se le informó sobre una enfermedad grave y se ofreció a hacerse pruebas para diagnosticarla. Al primer grupo se le dijo que la enfermedad era curable y accedió a hacerse la prueba. Al segundo grupo se le dijo que la enfermedad era incurable y optó por no hacerse la prueba.

De manera similar, las mujeres están más dispuestas a conocer su predisposición al cáncer de mama después de revisar la literatura sobre reducción del riesgo. Después de leer artículos sobre las consecuencias irreversibles de la enfermedad, el deseo de conocer su grupo de riesgo en las mujeres disminuye.

Fuerza para hacer frente

Nos preguntamos: ¿puedo manejar esta información en este momento? Si una persona entiende que no tiene la fuerza para sobrevivir, prefiere permanecer en la oscuridad.

Si posponemos la revisión de un lunar sospechoso, justificándonos con la falta de tiempo, simplemente tenemos miedo de encontrar un diagnóstico terrible.

La fuerza para sobrellevar las noticias difíciles proviene del apoyo de familiares y amigos, así como del bienestar en otras áreas de la vida. Cuantos más roles y actividades sociales tengamos, más fácil será lidiar con las malas noticias. El estrés, incluidos los positivos (el nacimiento de un hijo, una boda), afecta negativamente la experiencia de la información traumática.2.

Disponibilidad de información

El tercer factor que influye en la protección de la información es la dificultad de obtenerla o interpretarla. Si la información proviene de una fuente en la que es difícil confiar o demasiado difícil de interpretar, tratamos de evitarla.

Psicólogos de la Universidad de Missouri (EE. UU.) realizaron un experimento en 2004 y descubrieron que no queremos saber sobre la salud sexual de nuestras parejas si no estamos seguros de la precisión y exhaustividad de la información.

La dificultad de obtener información se convierte en una cómoda excusa para no aprender lo que no se quiere saber. Si posponemos la revisión de un lunar sospechoso, justificándonos con la falta de tiempo, simplemente tenemos miedo de encontrar un diagnóstico terrible.

Expectativas potenciales

El último factor son las expectativas sobre el contenido de la información.. Evaluamos la probabilidad de que la información sea negativa o positiva. Sin embargo, el mecanismo de acción de las expectativas es ambiguo. Por un lado, buscamos información si creemos que será positiva. Esto es lógico. Por otro lado, muchas veces queremos saber información precisamente por la alta probabilidad de que sea negativa.

En la misma Universidad de Missouri (EE. UU.), los psicólogos descubrieron que estamos más dispuestos a escuchar comentarios sobre nuestra relación si esperamos comentarios positivos, y tratamos de evitar los comentarios si asumimos que serán desagradables para nosotros.

Los estudios muestran que la creencia en un alto riesgo de enfermedades genéticas hace que las personas se hagan pruebas. El papel de las expectativas es complejo y se manifiesta en combinación con otros factores. Si no nos sentimos lo suficientemente fuertes para hacer frente a las malas noticias, evitaremos la información negativa esperada.

nos atrevemos a descubrir

A veces evitamos la información sobre cuestiones triviales: no queremos saber sobre el peso ganado o sobrepago por la compra. Pero también ignoramos las noticias en áreas vitales: sobre nuestra salud, trabajo o seres queridos. Al permanecer en la oscuridad, perdemos tiempo que podría dedicarse a corregir la situación. Por lo tanto, no importa cuán aterrador sea, es mejor recomponerse y descubrir la verdad.

Desarrolle un plan. Piensa en lo que harás en el peor de los casos. Un plan le ayudará a sentirse en control de la situación.

Obtenga el apoyo de sus seres queridos. La ayuda de familiares y amigos se convertirá en un apoyo y te dará fuerzas para sobrevivir a las malas noticias.

Deja las excusas. A menudo no tenemos suficiente tiempo para las cosas más importantes, pero la procrastinación puede ser costosa.


1 K. Sweeny et al. «Evitación de la información: quién, qué, cuándo y por qué», Revista de Psicología General, 2010, vol. 14, № 4.

2 K. Fountoulakis et al. «Eventos vitales y subtipos clínicos de depresión mayor: un estudio transversal», Psychiatry Research, 2006, vol. 143.

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