Mi hijo dice malas palabras

Como muchos padres, uno se pregunta cuál es la actitud correcta a adoptar ante la “caca de pis” del hermano pequeño o las palabras vulgares del mayor. Antes de actuar, tómese el tiempo para comprender cómo estas palabras llegaron al vocabulario de su hijo. ¿Se han escuchado en casa, en la escuela, como parte de actividades extracurriculares? Una vez aclarada esta cuestión, puede comenzar la operación “detener las malas palabras”.

Centrarse en el diálogo

A partir de los 4 años hace su aparición la “caca de morcilla” y sus derivados. Están vinculados al desarrollo del niño, que corresponde a la fase de adquisición final de la limpieza. Lo que está en el fondo de la olla o en el inodoro, le gustaría tocarlo, pero está prohibido. Luego rompe esta barrera con palabras. Se hablan por diversión y para poner a prueba los límites impuestos por los adultos. Depende de ti, en este punto, explicar que estas expresiones “intercambiadas entre amigos” no tienen cabida en casa. Pero no te preocupes, la famosa "caca de morcilla" está teniendo su día y desapareciendo.

Sin embargo, corren el riesgo de ser reemplazados por palabras más toscas. La mayoría de las veces, el niño no conoce el significado. “Tienes que decirle al niño qué significan las palabrotas y qué consecuencias dolorosas pueden tener. El castigo no es la solución. ", dice Elise Machut, educadora de niños pequeños.

También les toca a ustedes, padres, liderar la investigación: ¿dijo esas malas palabras para “copiar a alguien”, es una necesidad de rebeldía o una forma de expresar su agresividad?  “En los más pequeños, la presencia de blasfemias suele estar ligada al contexto familiar. Tienes que admitir tus errores y ser un ejemplo para tu hijo. Si también dice malas palabras en la escuela, hágale responsable. Anímelo a convertirse en el “buen ejemplo” entre sus amigos ”, subraya Elise Machut.

Considere establecer con él un código para usar palabras vulgares  :

> lo prohibido. No puedes hablar con gente así, de lo contrario se convierte en un insulto y puede doler mucho.

> que es menos grave. La mala palabra que se escapa en una situación molesta. Estas palabrotas no muy bonitas que lastiman tus oídos y que tienes que aprender a controlar.

En cualquier caso, la actitud correcta a adoptar es reaccionar de inmediato y pedirle al niño que se disculpe. También debe ser uno de tus reflejos si una maldición escapó de tu boca, bajo pena de perder toda credibilidad con tus niños pequeños.

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