12 pequeños placeres "egoístas" de las madres

Estos pequeños placeres indescriptibles de las madres

A veces se necesita poco para hacernos felices. La primera carcajada, la primera sonrisa, la primera vela ... la maternidad son todos esos pequeños momentos de asombro que hacen que nuestro amor crezca un poco más cada día. Pero cuando son padres, también saben que los momentos de respiro son raros y preciosos. Y en determinadas situaciones, tenemos que admitirlo, nos complace ser un poco egoístas ...

Pensamos en nosotros mismos ...

1. Cuando acabemos el pack de pequeños escolares a las 18 horas cuando le habíamos dicho a nuestro hijo que no quedaban más. Por todas esas veces en las que picó nuestro plato.

2. Cuando echamos la siesta a los niños y nos acomodamos (finalmente) en el sofá.

Momento de calma y máxima felicidad, rápidamente superado por el "Debo ordenar la cocina, encender una máquina, prepararme ..."

3. Cuando vuelva a dormir a su bebé los fines de semana después del biberón de las 7 am. La esperanza de una mañana soñolienta que aparece.

4. Cuando, después de un día agotador de actividades familiares, acordamos montar una pequeña caricatura a las 18h.

Y colapsamos con nuestro hijo frente a la pequeña pantalla como si de repente también estuviéramos fascinados por Sam el bombero.

5. Cuando nuestro mayor cumple años el fin de semana.

E imagina las mil una cosas que podremos hacer durante estas 3 horas con un solo niño pequeño.

6. Cuando duerma con su hijo excepcionalmente.

Porque estamos solos esta noche y no hay nada mejor en el mundo que acurrucarse contra ese cuerpecito caliente. Y que de todas formas, el papá lo pondrá en su cama cuando llegue a casa.

7. Cuando llegamos al colegio un poco temprano y tomamos un cafecito tranquilo en la terraza.

8. Cuando nos pusimos un RTT, pero les dijimos a nuestros hijos que estábamos trabajando. Porque descansar solo, ir a almorzar con una novia de vez en cuando, también hace mucho bien la moral.

9. Cuando, de milagro, los niños se quedan dormidos en nuestros brazos en el tren.

Porque cada minuto ahorrado y uno menos en el trayecto.

10. Cuando decimos "esta noche, ¡bajamos a comer pizza!" "

Porque nos alegramos de no tener que preparar las comidas y menos aún de ordenar la cocina. Lástima para las plantas.

11. Cuando nos salteamos el baño.

12. Cuando consigues leer una revista en una tumbona de vacaciones. A los niños les encanta estar en el agua, ¡pero ese es el trabajo de papá!

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