Úlcera corneal

¿Un ojo rojo y dolorido? Es posible que tenga una úlcera corneal, una lesión abrasiva en la superficie del ojo causada por un traumatismo o una infección. Es mejor consultar rápidamente a un oftalmólogo porque esta afección, generalmente benigna, puede ocasionar complicaciones y provocar una pérdida irreversible de la agudeza visual, o incluso ceguera en los casos más graves.

¿Qué es una úlcera corneal?

Definición

Las úlceras oculares son úlceras corneales o úlceras corneales. Son el resultado de una lesión con pérdida de sustancia, o ulceración, que ahueca más o menos profundamente esta delgada membrana transparente que recubre la pupila y el iris. La inflamación subyacente puede ser muy dolorosa.

Causas

Una úlcera corneal puede aparecer tras un traumatismo ocular (un simple rasguño, un rasguño de gato, una rama en el ojo…) o una infección.  

Diferentes agentes microbianos pueden causar ulceraciones de diversa gravedad. Los virus como el virus del herpes están bastante implicados en las úlceras crónicas. La inflamación de la córnea (queratitis) también puede ser causada por bacterias (PseudomonasEstafilococo aureusChlamydia trachomatis, o un estreptococo, un neumococo ...), un hongo o una ameba.

La presencia de un cuerpo extraño en el ojo, el roce de una pestaña encarnada (triquiasis) o la proyección de sustancias químicas también pueden causar ulceración.

En los países en desarrollo, las úlceras causadas por la deficiencia de vitamina A son una de las principales causas de ceguera.

La gente interesada

Las úlceras corneales son patologías frecuentes a cualquier edad. 

Tracoma, una infección ocular con bacterias, Chlamydia trachomatis, es un verdadero problema de salud pública en los países en desarrollo. De hecho, las infecciones repetidas causan úlceras corneales con graves consecuencias. Según la OMS, el tracoma es responsable de la ceguera y la discapacidad visual, que afectó a alrededor de 1,9 millones de personas en 2016.

Los factores de riesgo

El uso de lentillas aumenta el riesgo de infección, especialmente cuando no se respetan las normas de uso e higiene: uso prolongado más allá del tiempo prescrito, desinfección insuficiente… La contaminación por amebas en piscinas puede ser la causa. causa de úlceras.

Las irritaciones por sequedad ocular o por no cerrar el párpado (especialmente en el caso de girar el párpado hacia el ojo, o entropión) también pueden progresar a una úlcera corneal.

Las actividades que exponen a proyecciones de productos o partículas corrosivas, o incluso la soldadura, son otros factores de riesgo.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en exámenes realizados por el oftalmólogo. El examen de referencia se realiza con un biomicroscopio o lámpara de hendidura. Para valorar el daño de la córnea se realiza con luz azul, tras instilación de un colirio que contiene un colorante, la fluoresceína, que se une a las ulceraciones y las hace ver de color verde.

Se deben tomar muestras para identificar el agente microbiano involucrado en las úlceras infecciosas.

Los síntomas de la úlcera corneal.

Cuanto más profunda se vuelve la úlcera, más graves son los síntomas. El ojo ulcerado está enrojecido y dolorido, y la lesión también hace que se sienta como si hubiera un cuerpo extraño en el ojo. 

Con frecuencia se asocian otros síntomas:

  • excesiva sensibilidad a la luz o fotofobia,
  • Lágrimas
  • visión deteriorada con agudeza visual reducida,
  • en formas más graves, acumulación de pus detrás de la córnea (hipopión).

Evolución

Suele ser favorable cuando la ulceración es superficial, pero el ojo puede permanecer parcialmente nublado después de la cicatrización. Una mancha opaca, o funda de almohada, no causa molestias visuales si es pequeño y periférico. Cuando es más grande y más central, provoca una disminución de la agudeza visual. 

Una posible complicación es la propagación de la infección a las profundidades. En los casos más graves, la córnea se perfora y el tejido ocular se destruye. Por tanto, una úlcera corneal no tratada puede provocar ceguera.

Tratamientos de úlceras corneales

El tratamiento de una úlcera corneal aguda debe iniciarse lo antes posible. Dependiendo de su gravedad, el oftalomogue juzgará si es necesaria la hospitalización.

Gotas para los ojos

Como tratamiento de ataque, deben instilarse gotas oftálmicas antisépticas en el ojo con mucha frecuencia, a veces cada hora durante las primeras 24 horas.

Se pueden administrar colirios antibióticos de amplio espectro como primera línea, siempre que no se haya identificado el organismo causante. Luego, el oftalmólogo prescribirá gotas oftálmicas antibióticas, antivirales o antifúngicas más específicas.

Las gotas para los ojos como la atropina o la escopolamina, que dilatan la pupila, pueden ayudar a aliviar el dolor.

Por lo general, deberá continuar administrándose gotas en el ojo como tratamiento de mantenimiento hasta que la úlcera haya cicatrizado por completo.

Injertos

En casos más graves, puede ser necesario un trasplante de córnea, especialmente cuando la córnea está perforada. En ocasiones está indicado un trasplante de membrana amniótica (que recubre la placenta y el feto en mujeres embarazadas), siendo esta membrana muy rica en sustancias cicatrizantes.

Prevenir la úlcera corneal

¡Unas pocas precauciones sencillas pueden prevenir muchas úlceras! En el día a día, se trata sobre todo de respetar las instrucciones de mantenimiento de las lentillas, proteger los ojos de las agresiones (sol, humo, polvo, aire acondicionado, viento, etc.) susceptibles de debilitarlos, eventualmente mediante lágrimas artificiales, etc. .

Se debe respetar el uso de anteojos o incluso una máscara protectora para actividades que expongan el ojo a proyecciones o radiaciones.

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