Embarazo: actualización sobre la toxemia del embarazo

¿Qué es la toxemia del embarazo?

Se dice que una futura madre tiene toxemia del embarazo, o preeclampsia, cuando tiene hipertensión (su presión arterial es 14/9 o más) y se encuentra albúmina en la orina. Estos signos casi siempre van acompañados de hinchazón de la cara, manos o tobillos, y ocurren a partir del quinto mes de embarazo. Aunque estos signos aún no son visibles, la toxemia del embarazo comienza tan pronto como se forma la placenta. La causa: mala vascularización de la placenta que segrega sustancias nocivas para los vasos sanguíneos. Esto explica por qué durante el embarazo la toxemia pueden aparecer complicaciones en varios órganos (riñones, pulmones, hígado, sistema nervioso) de la madre.

En los bebés, el intercambio entre el útero y la placenta se reduce y puede producirse un retraso en el crecimiento.

¿Cuáles son los síntomas de la toxemia del embarazo?

Ciertos signos pueden alertar a la futura madre y aparecer de forma gradual o más repentina. Tiene la cara, las manos o los tobillos hinchados y gana mucho peso en poco tiempo (por ejemplo, más de un kilo en una semana). Pueden aparecer dolores de cabeza, así como alteraciones visuales o aumento de la sensibilidad a la luz. A veces se siente un zumbido en los oídos. En el consultorio del médico, la presión arterial excede 14/9 y en el examen de la orina, la albúmina se indica por la aparición de una o dos cruces en la tira. Ante estos signos, la hospitalización es necesaria para una evaluación completa de la madre y el bebé.

Toxemia del embarazo: ¿quiénes son las mujeres en riesgo?

Se mencionan muchos factores para explicar la aparición de la toxemia del embarazo. Algunos están relacionados con enfermedades de la madre, como la obesidad, la diabetes o la hipertensión arterial conocida antes del embarazo. Otros pueden estar relacionados con el embarazo o la edad. De hecho, las toxemias son más numerosas en las madres que esperan gemelos y en las mayores de 40 años o menores de 18 años. Esta enfermedad también es más importante si se trata de un primer embarazo. Los investigadores están buscando la detección temprana, en mujeres embarazadas, de ciertas sustancias responsables de la hipertensión.

Toxemia del embarazo: ¿cuáles son las consecuencias para la mamá y el bebé?

La toxemia del embarazo interrumpe los intercambios entre la madre y el feto: se reduce el suministro de nutrientes y oxígeno. Esta situación puede provocar un retraso en el crecimiento (hipotrofia) y angustia del bebé. Para las madres, los riesgos están relacionados, en primer lugar, con la importancia de la hipertensión. Si es moderado y atendido rápidamente, las consecuencias son limitadas. Si no se detecta a tiempo o reacciona mal al tratamiento, puede complicarse de dos formas diferentes: eclampsia y hematoma retroplacentario. La eclampsia es la aparición de convulsiones con alteraciones a veces de la conciencia en la madre. El hematoma retroplacentario es un sangrado entre la placenta y el útero. El sangrado hace que parte de la placenta se desprenda de la pared uterina. La toxemia del embarazo también puede provocar disfunción renal o hepática.

Toxemia del embarazo: manejo específico

La hospitalización y el reposo absoluto son fundamentales cuando se detecta la toxemia del embarazo. Se controla la presión arterial, se analiza la orina y se solicita un análisis de sangre completo. Se recetan medicamentos antihipertensivos para evitar complicaciones. A nivel fetal, las ecografías y los dopplers permiten evaluar el impacto en el crecimiento del bebé. El bienestar fetal se verifica mediante el seguimiento. Si la toxemia es grave o precoz, la madre es trasladada a un hospital de maternidad de nivel III. El ginecólogo puede decidir entonces inducir el parto o realizar una cesárea. Los trastornos de la toxemia desaparecerán unos días o semanas después del nacimiento.

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