7 señales de que eres una pareja emocionalmente madura

Ser la pareja perfecta no es fácil. ¡Pero esto no es obligatorio! Todos somos imperfectos, y la tarea es más bien crecer y “bombear” tu inteligencia emocional: la capacidad de comunicarte, construir relaciones y resolver conflictos emergentes. Aquí hay una prueba de que eres bueno en eso.

Muchas parejas hablan con otras parejas en el consultorio de su terapeuta sobre lo cansados ​​que están de conflictos interminables, de la ansiedad que nunca los abandona y del escalofrío que irradia la brecha que crece entre ellos. La psicóloga clínica Karen Nimmo argumenta que este suele ser el caso en familias donde ninguno de los miembros de la pareja está dotado de una alta inteligencia emocional.

Sin embargo, “dotado” no es del todo correcto. Por supuesto, el temperamento innato y la experiencia de vivir en la familia de los padres son extremadamente importantes, pero puedes sacar a relucir las cualidades necesarias en ti mismo, dice Karen Nimmo. Pero, ¿cómo sabes en qué concentrarte? ¿Y cómo determinar que ya eres un socio bastante maduro?

1. Eres emocionalmente disponible y no te escondes en un agujero

No hay duda: la mayoría de nosotros a veces necesitamos estar solos para recuperarnos, recuperarnos, ordenar nuestros pensamientos. Y en tales casos, es bastante normal alejarse de su pareja por un tiempo. Sin embargo, no huyes, te escondes y dejas a tu pareja preguntándose qué pasó. Al contrario, hablas abiertamente de tu necesidad de soledad. Y el resto del tiempo, cuando hay un recurso, estás abierto, listo para comunicarte y ayudar a tu pareja si necesita apoyo.

2. Te entiendes a ti mismo

Incluso si estás abrumado por las emociones y reaccionas a la situación de una forma u otra, sigues siendo consciente de lo que está sucediendo. Conoces tus propios desencadenantes, vulnerabilidades, debilidades. En otras palabras, no hay ningún «cerdo en un golpe» dentro de ti. Sabes quién eres y te aceptas a ti mismo.

3. Tienes un rico rango emocional.

Distintas situaciones y acontecimientos evocan en ti sentimientos y reacciones adecuadas a las que no tienes miedo y no dudas en expresar, aunque sea tristeza, frustración o miedo. Sabes ser feliz y disfrutar de la vida.

4. Eres capaz de mirar la situación a través de los ojos de otro

¿Cómo lo haces? Escuchas atentamente, profundizando en el significado de lo que escuchas y sin distraerte con factores extraños. No tiene prisa con los juicios; es mucho más importante para usted comprender al interlocutor y sus sentimientos sobre lo que sucedió. Recuerdas que todos somos diferentes y aceptas a tu pareja tal como es, con sus reacciones y puntos de vista, aunque sean fundamentalmente diferentes a los tuyos.

5. Pelear no te destruye a ti ni a tu relación.

En primer lugar, porque «peleas» con honestidad y no te metes en lo personal. No lanzas acusaciones ni tomas las críticas adecuadamente, sin ponerte inmediatamente a la defensiva y negarlo todo. Y si te das cuenta de que te equivocaste, discúlpate sinceramente y hazlo de inmediato. Una pelea para ti no es motivo para pensar que todo ha terminado, tienes que dispersarte y a tu lado simplemente no es la persona adecuada. Eres capaz de dialogar y de encontrar vías sanas para resolver la situación.

6. Eres consistente en tus reacciones.

Tu pareja no está obligada a adivinar todas las noches a quién verá hoy en la puerta y se adaptará a ti y a tu estado de ánimo. Si está enojado o molesto, siempre hay una buena razón para ello, pero su ser querido no tiene miedo de sus emociones, por ejemplo, la ira.

7. Tú mismo crees que eres una buena persona y pareja.

Estás sinceramente convencido de que lo eres y de que mereces que te traten bien. Quizás, sin esto, es imposible crear una relación sana.

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