Un parto en casa, ¿cómo va?

Parto en casa en la práctica

Da a luz en casa, en completa intimidación, con tu partera y por supuesto con el papá. Eso es todo. Esta idea atrae a muchas futuras madres. Para tomar esta decisión informada, primero necesita saber cómo va un parto en casa.

Ambos futuros padres deben estar motivados y convencidos. Entonces, es mejor hablar de ello de antemano con el cónyuge, para considerar este parto juntos. Al ser consciente de que quizás una, en un momento u otro, todavía esté obligada a ir a dar a luz en una maternidad. Lo primero: encontrar cerca de casa a LA partera liberal o al médico que da a luz en casa, y quién ha contratado el seguro necesario. En algunas regiones, esto puede ser una gran hazaña. La estrategia más eficaz: el boca a boca… También puede ponerse en contacto con una partera liberal. Puede derivarnos a una de sus hermanas, o un médico, que se encarga de los partos en casa.

Para llevar a cabo este proyecto y que este parto se produzca en las mejores condiciones, la partera elegida debe inspirar total confianza, es fundamental. Sobre todo porque no tendremos anestesia epidural. Por su parte, el profesional debe sentir el apoyo de la pareja y escucharlos.

Seguimiento médico de un parto domiciliario

Desde la primera entrevista, la partera debe informar a los futuros padres todas las circunstancias que harán imposible dar a luz en casa. De hecho, debe descartarse en caso de embarazo gemelar, presentación de nalgas, amenaza de parto prematuro, antecedentes de cesárea, hipertensión o diabetes de la madre. En este caso, la mujer y su bebé necesitan una supervisión médica más intensiva y cuidados especiales que se deben brindar en el hospital. Al igual que en la sala de maternidad, la futura madre tiene derecho a una consulta mensual, de una hora aproximadamente, y al menos a tres ecografías. También está sujeto a exámenes de detección obligatorios y comprobados: toxoplasmosis, rubéola, grupo sanguíneo, marcadores séricos… Por otro lado, sin sobremedicación ni sobreoferta en los exámenes. En cuanto a la preparación para el parto, puedes optar por realizarla con otra matrona si lo deseas.

El día del parto en casa

Preparamos todo en casa. A su llegada, la partera necesitará un colchón de plástico, toallas de felpa y un lavabo. Por lo demás, no nos preocupamos por nada. Tan pronto como llamemos, se unirá a nosotros con su propio equipo, incluido el monitoreo para escuchar los latidos del corazón del bebé. Estamos en casa, por lo que podemos elegir la habitación y la posición en la que queremos dar a luz. La matrona está a nuestro lado para apoyarnos, asesorarnos y acompañarnos, a la vez que vela por el buen desarrollo del parto. También puede, en caso de complicación, solicitar nuestro traslado a una maternidad. Por nuestra parte, podemos cambiar de opinión hasta el último minuto.

Para que el parto pueda tener lugar de forma continua incluso en caso de complicaciones, y garantizar nuestra salud y la de nuestro hijo, la comadrona en general un acuerdo con un hospital de maternidad cercano. Esto es fundamental para que podamos ser recibidos en las mejores condiciones en caso de que el parto finalmente no se pueda realizar en casa.

Los días posteriores al parto

No es porque estemos en casa que reanudaremos inmediatamente nuestras actividades. El papá debe planear estar en casa por lo menos una semana para “reemplazarnos” y hacerse cargo de las tareas del hogar. La partera nos dio su número de teléfono, podemos llamarla si hay algún problema. Ella también vendrá a visitarnos todos los días durante 3 o 4 días., luego cada dos o tres días a partir de entonces, para asegurarnos de que todo esté bien, tanto para el bebé como para nosotros.

Parto en casa: ¿cuánto cuesta?

Un parto en casa te cuestan poco más caro que dar a luz en una maternidad públicae, pero menos que en el sector privado. Algunas parteras adaptan sus tarifas a los ingresos de la pareja. En general, hay entre 750 y 1200 euros por parto, de los cuales 313 euros están cubiertos por la Seguridad Social. Consulte con su mutua de seguros, que sin duda cubre las tarifas en exceso.

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