Hepatitis alcohólica: ¿que es?

Hepatitis alcohólica: ¿que es?

La hepatitis alcohólica es una enfermedad inflamatoria muy grave del hígado causada por el consumo excesivo de alcohol. A menudo asintomático, puede tener graves consecuencias.

¿Qué es la hepatitis alcohólica?

La hepatitis es una enfermedad hepática inflamatoria que implica un daño severo al hígado. Se caracteriza por el desarrollo de lesiones asociadas a la muerte de las células hepáticas que alteran su funcionamiento y sus parámetros biológicos. Hay varias formas. La hepatitis puede ser causada por un virus, como la hepatitis A, B y C, por ejemplo. También puede tener otras causas como la acumulación de grasa en las células hepáticas ajenas al alcohol (hablamos de hepatitis esteatótica no alcohólica) o el consumo de alcohol. Es de esto último de lo que estamos hablando aquí.

Hay dos formas de hepatitis alcohólica:

  • hepatitis aguda y repentina inmediatamente después de una intoxicación alcohólica masiva. Muy a menudo sintomático, puede ser extremadamente grave. Esta forma de hepatitis es muy rara en Francia;
  • hepatitis crónica que aparece con el tiempo con un consumo excesivo y regular de alcohol. Puede estar marcado por episodios más agudos. Luego, la hepatitis puede convertirse en cirrosis y asociarse con un riesgo de mortalidad a corto plazo. Es la forma más frecuente en Francia.

Dado que la hepatitis alcohólica suele ser asintomática, es difícil evaluar su prevalencia. Se cree que afecta a 1 de cada 5 bebedores empedernidos. Está asociado con insuficiencia hepática y una alta tasa de mortalidad.

¿Cuáles son las causas de la hepatitis alcohólica?

La causa más común de hepatitis es el abuso de alcohol. Hay una buena razón para beber alcohol con moderación por una buena razón. De hecho, el alcohol es un veneno para el cuerpo. En pequeñas dosis, es filtrado por el hígado y evacuado. En dosis elevadas, el alcohol daña varios órganos: el tracto digestivo que lo absorbe, el riñón que filtra una pequeña parte del mismo y lo evacua en la orina, el pulmón que evacua una pequeña parte del aire exhalado y finalmente el hígado que filtra el aire. gran mayoría (90%) del alcohol absorbido. El hígado se cansa y eventualmente puede enfermarse y no poder realizar sus funciones correctamente. La toxicidad del alcohol en el hígado puede ocurrir en dosis que pueden parecer bajas: 20 a 40 gramos de alcohol por día, o 2 a 4 bebidas en mujeres y 40 a 60 gramos de alcohol por día, o 4 a 6 vasos en humanos.

Las consecuencias para el hígado son las siguientes, en orden de gravedad:

  • esteatosis o hepatitis alcohólica: la grasa se deposita en las células del hígado;
  • hepatomegalia: aumenta el volumen del hígado enfermo;
  • fibrosis: la inflamación del hígado conduce a la formación de tejido cicatricial;
  • cirrosis: el tejido del hígado continúa cambiando y se vuelve duro;
  • cáncer de hígado.

Estos cuatro tipos de lesiones se pueden observar de forma simultánea o aislada. La esteatosis y la hepatomegalia pueden ser reversibles si deja de beber alcohol inmediatamente.

El riesgo de desarrollar hepatitis alcohólica es mayor en mujeres que en hombres. Este riesgo aumenta en caso de sobrepeso u obesidad. También existe una predisposición genética.

¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis alcohólica?

La hepatitis alcohólica puede ser asintomática durante mucho tiempo y solo manifestarse en una etapa avanzada. Cuando aparecen los síntomas, pueden ser:

  • ictericia o ictericia: coloración amarillenta de la piel, los ojos y determinadas membranas mucosas debido a la acumulación de bilirrubina (producto de la degradación de los glóbulos rojos normalmente filtrados por el hígado y evacuados por la orina, de la que es responsable del color);
  • ascitis: agrandamiento del abdomen debido a la hipertensión en las venas que irrigan el hígado;
  • encefalopatía hepática: trastornos neurológicos debidos a daño cerebral secundario a disfunción hepática.

¿Cómo tratar la hepatitis alcohólica?

El primer paso del tratamiento es reducir o incluso detener por completo el consumo de alcohol. En caso de dependencia, se puede establecer un seguimiento en un servicio de adicciones y / o por un psicólogo. Existen tratamientos farmacológicos que acompañan a la abstinencia.

La abstinencia puede ir acompañada de un tratamiento diurético si es necesario. El paciente también puede recibir un suplemento vitamínico. El tratamiento con corticosteroides se puede utilizar para reducir la inflamación.

Después del destete y el tratamiento, en caso de daño irreparable infligido al hígado, es posible considerar un trasplante. Los pacientes con derecho al trasplante son seleccionados de forma rigurosa y la ausencia de consumo de alcohol es condición imprescindible.

La tasa de mortalidad por hepatitis alcohólica sigue siendo alta. De hecho, las alternativas terapéuticas no son numerosas. La enfermedad suele ir acompañada de infecciones graves y desnutrición. El riesgo de recaída en caso de adicción también sigue siendo alto.

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