Malos consejos para los padres: cómo criar a un niño ansioso

La forma en que crece un niño, feliz, confiado en sí mismo y en quienes lo rodean, o ansioso, esperando ansiosamente el día que viene, depende en gran medida de los padres. Shari Stynes ​​”cuenta” cómo hacer todo lo posible para que el niño esté preocupado por cualquier motivo y no espere nada bueno de la vida.

Como padres, tenemos mucho poder sobre nuestros hijos. Podemos ayudar a su hijo a aprender a hacer frente a los desafíos de la vida. Mamá y papá muestran a los niños con el ejemplo cómo relacionarse con los demás y resolver problemas.

Además, el niño “absorbe” el ambiente familiar. Al ver que lo tratas a él y a otras personas con amor y respeto, aprenderá a apreciarse a sí mismo y a los demás. Si tiene que observar y experimentar la actitud grosera e irrespetuosa de sus padres, comenzará a sentirse insignificante e impotente, la tristeza se instalará en su alma. Si está nervioso todo el tiempo y actúa como si esperara un desastre en cualquier momento, entonces enséñele a su hijo a estar ansioso.

Las personas ansiosas a menudo se ven atormentadas por una premonición irrazonable de un desastre inminente. No dejan ansiedad. Las raíces del problema por lo general se encuentran en las experiencias de la infancia. La ansiedad es simultáneamente “aprendida” y “contagiada” con ella. Al observar las reacciones de sus padres, los niños aprenden a preocuparse. Están “contagiados” de ansiedad porque no se sienten seguros, no se sienten apreciados y comprendidos.

Para ilustrar cómo sucede esto, la psicoterapeuta Shari Stynes ​​ofrece algunos malos consejos para padres.

1. Convierte cualquier dificultad en una crisis

Nunca resuelva los problemas con calma. Si quiere que su hijo esté constantemente nervioso, grite en voz alta y muestre su disgusto cada vez que algo salga mal, aunque sea un poco. Por ejemplo, si usted o su pequeño accidentalmente golpean, dejan caer o derraman algo, conviértalo en un gran problema. Olvídate de frases como “cualquier cosa pasa, está bien” o “está bien, lo arreglamos todo”.

2. Amenaza constantemente al niño

Si desea infundir ansiedad crónica en su bebé hasta ataques de pánico, amenácelo constantemente. Amenazar con graves consecuencias en caso de desobediencia. Haga esto regularmente y lo más probable es que provoque en él un embotamiento de emociones, disociación y síntomas psicosomáticos.

3. Amenazar a otros frente a un niño

Esto no solo le demostrará a tu bebé que es mejor no hacer nada contra ti, sino que también hará que se preocupe por la persona a la que estás amenazando. Esto conducirá al hecho de que el bebé se sentirá inferior, culpable y profundamente responsable de lo que en realidad está fuera de su control durante toda su vida.

4. Cambia brusca y repentinamente tu estado emocional

Deje que el niño observe regularmente cómo se enfurece por razones inadecuadas, aunque hace un segundo estaba completamente tranquilo. Esta es una excelente manera de crear el llamado "vínculo traumático" entre ustedes: el bebé intentará constantemente complacerlo, "andar de puntillas" en su presencia e intentará de cualquier manera evitar sus arrebatos de ira. No desarrollará un sentido claro de su propio "yo", sino que confiará en ti y en otras personas para descubrir cómo comportarse.

5. Nunca le dé a su hijo consejos y explicaciones claros.

Deja que adivine cómo resolver los problemas de la manera correcta y, para asustarlo aún más, enojate con él por cada error. Los niños se sienten especialmente vulnerables cuando tienen que cuidar de sí mismos.

No le muestres con tu propio ejemplo cómo se comporta un adulto, no le enseñes cómo hacer frente a las dificultades de la vida. Estando constantemente en confusión, el niño comenzará a sentirse inferior. Además, como no le explicas nada, también se sentirá innecesario. Después de todo, si lo apreciara, probablemente estaría listo para dedicar tiempo y esfuerzo a darle importantes lecciones de vida.

6. Pase lo que pase, reacciona de manera inapropiada

Este método funciona perfectamente. Si todos los días le demuestras a tu hijo que tus reacciones ante lo que sucede son completamente impredecibles, comenzará a creer que la vida es como caminar por un campo minado. Cuando sea adulto, esta creencia estará profundamente arraigada en su psique.

7. Castíguelo severamente por cualquier falla.

Es importante enseñarle al niño que su valor depende directamente de su éxito. Por lo tanto, por cualquier descuido, mala evaluación, falla o cualquier otra falla, asegúrese de hacer un escándalo e inspírele que ha ocurrido un desastre. Condénalo por cualquier error o falla, incluso si no tiene la culpa, y castígalo más a menudo.

8. Gritarle al niño

Entonces definitivamente no extrañará sus palabras, especialmente si otros métodos no ayudan bien. Al gritarle al bebé, le enseña una actitud irrespetuosa hacia los demás y deja en claro que necesita descargar su ira y otras emociones fuertes sobre los demás. El niño también aprenderá otras lecciones importantes: por ejemplo, que él no es lo suficientemente importante para ti, de lo contrario tratarías de no lastimarlo. Todo esto socava la autoestima del bebé y aumenta su ansiedad.

9. Aislar al niño del mundo exterior

Así podrás mantener en secreto tu situación familiar, y el niño no verá otros ejemplos de relaciones entre personas. El aislamiento es una gran herramienta para controlar al bebé. Si no tiene dónde obtener apoyo excepto en la familia (con todo su ambiente poco saludable), creerá incondicionalmente todo lo que diga y aprenderá a imitarlo.

10. Enséñele a esperar siempre problemas en el futuro.

La mejor manera de infundir ansiedad en un niño es enseñarle a esperar siempre lo peor. Nunca intentes infundirle esperanza y optimismo, no le asegures que todo estará bien. Hable solo sobre problemas y desastres futuros, cree un sentimiento de desesperanza. Deje que las nubes de tormenta se arremolinen constantemente sobre su cabeza. Si te esfuerzas, nunca podrá deshacerse de ellos.


Sobre el autor: Shari Stynes ​​​​es una psicoterapeuta especializada en el tratamiento de los trastornos de personalidad y los efectos del trauma psicológico.

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