Carl Rogers, el hombre que puede oír

Conocer a Carl Rogers es el punto de inflexión de toda mi vida. No hay otro acontecimiento en él que haya influido de manera tan fuerte y clara en mi destino personal y profesional. En el otoño de 1986, junto con 40 colegas, participé en un grupo intensivo de comunicación dirigido en Moscú por el principal representante de la psicología humanista, Carl Rogers. El seminario duró varios días, pero me cambió a mí, a mis ideas, apegos, actitudes. Trabajó con el grupo y al mismo tiempo estuvo conmigo, me escuchó y me vio, me dio la oportunidad de ser yo mismo.

Carl Rogers creía que toda persona merece atención, respeto y aceptación. Estos principios de Rogers se convirtieron en la base de su terapia, su “enfoque centrado en la persona” en general. Por su trabajo basado en estas ideas aparentemente extremadamente simples, Carl Rogers fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en 1987. La noticia le llegó cuando estaba en coma mortal.

El mayor mérito humano de Carl Rogers, en mi opinión, radica en el hecho de que fue capaz de hacer con su personalidad el complejo trabajo interior de convertirse en homo humanus, una persona humana. Así, abrió para muchas personas el “laboratorio del humanismo”, a través del cual pasa todo aquel que busca establecer primero en sí mismo, y luego en las relaciones con otras personas, la pax humana – el mundo humano.

sus fechas

  • 1902: Nace en los suburbios de Chicago.
  • 1924-1931: Educación agrícola y teológica, luego – MS, Ph.D. en psicología de Teachers College, Universidad de Columbia.
  • 1931: Psicólogo clínico en el Children's Help Center (Rochester).
  • 1940-1957: Profesor en la Universidad Estatal de Ohio, luego en la Universidad de Chicago.
  • 1946-1947: Presidente de la Asociación Americana de Psicología.
  • 1956-1958: Presidente de la Academia Estadounidense de Psicoterapeutas.
  • 1961: Uno de los fundadores de la Asociación Estadounidense de Psicología Humanística.
  • 1968: Abre el Centro para el Estudio del Hombre en La Jolla, California. 1969: Su documental Journey into Self, sobre el trabajo de un grupo de psicoterapia, gana un Oscar.
  • 1986: Dirige grupos intensivos de comunicación con psicólogos en Moscú y Tbilisi.
  • 14 de febrero de 1987: muere en La Jolla, California.

Cinco claves para entender:

Todo el mundo tiene potencial

“Todas las personas tienen la capacidad de construir su vida de tal manera que les brinde satisfacción personal y al mismo tiempo sea constructiva en términos sociales”. Las personas tienden a desarrollarse en una dirección positiva. Esto no quiere decir que vaya a ser así, pero todo el mundo nace con ese potencial. Cuando era niño, Rogers observó mucha vida natural, en particular, el desarrollo de las mariposas. Quizás, gracias a las reflexiones sobre su transformación, nació su hipótesis sobre el potencial humano, sustentada luego por la práctica psicoterapéutica y la investigación científica.

escucha escuchar

“No importa cuán profundo o superficial sea lo que está hablando una persona, la escucho con toda la atención, la diligencia de la que soy capaz”. Hablamos mucho, pero no nos escuchamos ni nos escuchamos. Pero el sentimiento del valor de uno, la importancia surge en respuesta a la atención de otra persona hacia nosotros. Cuando somos escuchados, se eliminan las barreras: culturales, religiosas, raciales; hay un encuentro de hombre con hombre.

Comprender a la otra persona

“Mi principal descubrimiento lo formularía de la siguiente manera: me di cuenta del enorme valor de permitirme comprender a otra persona”. La primera reacción hacia las personas es el deseo de evaluarlas. Muy pocas veces nos permitimos comprender qué significan para él las palabras, los sentimientos, las creencias de otra persona. Pero es precisamente esta actitud la que ayuda a otro a aceptarse a sí mismo y sus sentimientos, nos cambia a nosotros mismos, revelando algo que antes se nos había escapado. Esto también es cierto en la relación psicoterapéutica: no son las técnicas psicológicas especiales las que son decisivas, sino la aceptación positiva, la empatía sin prejuicios y la autoexpresión genuina del terapeuta y su cliente.

La apertura es un requisito previo para las relaciones.

“De mi experiencia con otros, he llegado a la conclusión de que en una relación a largo plazo no tiene sentido pretender ser alguien que no soy”. No tiene sentido fingir que amas si eres hostil, parecer tranquilo si estás irritado y crítico. Las relaciones se vuelven auténticas, llenas de vida y de sentido cuando nos escuchamos, nos abrimos a nosotros mismos y, por tanto, a la pareja. La calidad de las relaciones humanas depende de nuestra capacidad de ver quiénes somos, de aceptarnos a nosotros mismos, sin escondernos detrás de una máscara, de nosotros mismos y de los demás.

Ayudar a otros a mejorar

Crear un ambiente en el que puedas expresarte abiertamente, tus sentimientos, es decir, favorable para el desarrollo humano, es una tarea no solo de los psicólogos. Debe ser atendida por todos aquellos que conocen las profesiones sociales, debe ser promovida por personas, familias, profesionales, en una palabra, cualquier relación humana. Cada uno de nosotros puede ayudar a mejorar a la otra persona de acuerdo con sus propias intenciones y objetivos.

Libros y artículos de Carl Rogers:

  • Una mirada a la psicoterapia. La Formación del Hombre” (Progreso, Univers, 1994);
  • “Consejería y psicoterapia” (Eksmo, 2000);
  • “Libertad para aprender” (Sense, 2002);
  • “Enfoque centrado en el cliente en psicoterapia” (Cuestiones de Psicología, 2001, No. 2).

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