Escuelas bilingües

Escuelas bilingües: sus particularidades

Este nombre cubre realidades muy diversas, ya sea en términos de horarios o métodos. Sin embargo, podemos distinguir dos tipos de establecimientos. Por un lado, las escuelas bilingües en sentido estricto: los dos idiomas se utilizan en pie de igualdad. Esta es la fórmula que ofrecen algunas escuelas públicas en Alsacia y Moselle. Por otro lado, las estructuras privadas organizan actividades en un idioma extranjero, durante seis horas a la semana.

¿A partir de que edad podemos dar de alta?

La mayoría de estas escuelas abren desde la sección de jardín de infantes. Es mejor empezar temprano: antes de los 6 años, el lenguaje del niño está en pleno desarrollo. La iniciación toma la forma de un baño lingüístico: como parte de las actividades divertidas, se le habla al niño en otro idioma. Dibujando o retocando, descubre así otras formas de designar las cosas. Un escenario que enfatiza la utilidad de nuevas palabras, sin romper el programa del día.

¿Qué tan rápido progresará?

La duración de la exposición diaria es fundamental, pero la eficacia de la enseñanza también depende de un seguimiento durante varios años. Si el niño solo participa en seis horas de talleres a la semana, cuente una escolaridad completa hasta el bac para que se vuelva bilingüe. ¿La enseñanza es más regular? En este caso, progresará más rápido. Pero no espere resultados inmediatos de todos modos: le toma al menos dos años absorber el vocabulario y una nueva gramática.

¿Qué papel juegan los padres en este aprendizaje?

Algunos niños pasan varios años en un curso bilingüe sin llegar a serlo: no responden preguntas, ni discuten en francés con sus compañeros. En efecto, la duración de la iniciación no es la única garantía de un aprendizaje efectivo: también interviene la dimensión afectiva. Para que el niño se adhiera a este nuevo sistema, es importante que perciba en sus padres un interés por otros idiomas. No se trata en absoluto de hablarle en inglés si uno no es bilingüe: el niño siente que no se expresa espontáneamente. Pero puedes mostrar tu franqueza viendo películas en un idioma extranjero ...

¿No corre el niño el riesgo de mezclar los dos idiomas?

Algunos padres temen que su hijo no domine bien el francés después. Falso: si el contacto con el profesor es positivo, no hay motivo de confusión. Cuanto más aprenda el niño, más perspectiva tendrá sobre su propio idioma. Recorta las palabras, entiende que una idea se puede expresar con diferentes matices. Quizás no se vuelva bilingüe después de unos años de educación bilingüe. Pero eso no habrá dañado su lengua materna. Todo lo contrario.

¿Con qué criterio debes elegir tu escuela?

Infórmate sobre el proyecto de la escuela y la formación del profesorado: ¿es su lengua materna? ¿Se enseña el segundo idioma a través del juego?

Conoce el programa: el aprendizaje no debe ser académico, ni debe reducirse a sesiones de dibujos animados.

Otra pregunta: el contexto familiar. Si ya habla ambos idiomas en casa, una hora de taller al día no le enseñará nada más. ¿Es entonces realmente necesario?

Por último, recuerda que la mayoría de estas escuelas son privadas, por lo que el precio es bastante elevado.

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