Cenestesia: definición de trastornos cenestésicos

Cenestesia: definición de trastornos cenestésicos

La cenestesia, o sensibilidad interna, designa la vaga sensación que cada individuo tiene de todo o parte de su cuerpo, independientemente de la ayuda de los órganos de los sentidos. Cuando se altera esta cenestesia, se habla de cenestopatía o trastornos de cenestesia que consisten en una percepción dolorosa que no puede explicarse por ninguna lesión anatómica del sistema nervioso central y otros órganos. Se caracterizan por una sensación anormal del cuerpo con una desagradable sensación de malestar, malestar, sin dolor real.

El manejo de la cenestopatía se basa en la prescripción de antidepresivos y / o antipsicóticos, así como en opciones de tratamiento no farmacológico como la terapia electroconvulsivante y la psicoterapia.

¿Qué es la cenestesia?

La cenestesia, o sensibilidad interna, es la vaga sensación que cada individuo tiene de todo o parte de su cuerpo, independientemente de la ayuda de los órganos de los sentidos.

Nuestra sensibilidad sensorial se dirige hacia afuera. Se ejerce en la superficie de nuestro organismo y nos aporta información que nos brindan nuestros cinco sentidos que son la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Calificada de objetiva, depende de nuestro sistema nervioso cerebroespinal, es decir de nuestro cerebro, de nuestra médula y de los nervios que de él provienen.

Por el contrario, nuestra sensibilidad extrasensorial, llamada interna y esencialmente subjetiva, nos da una forma de conocernos a nosotros mismos. Nos enseña cambios más o menos profundos que ocurren dentro de nuestro ser físico así como en la privacidad de nuestro ser moral. Depende de nuestro sistema nervioso autónomo, es decir de nuestro simpático, sus ganglios y sus plexos. La cenestesia reúne así nuestras sensaciones internas que nos hacen percibirnos como un todo orgánico, un individuo vivo, una “persona” física y moral. Actúa sobre nuestro estado de ánimo, nuestro bienestar o nuestro malestar, nuestra alegría o nuestra tristeza.

Cuando se altera esta cenestesia, hablamos de cenestopatía o trastornos cenestésicos, que consisten en una sensación de dolor, malestar o malestar sin causa orgánica, que en ocasiones se asemeja a una alucinación de sensibilidad profunda.

¿Cuáles son las causas de los trastornos cenestésicos?

A nivel psicopatológico, el origen de todos los trastornos cenestésicos es un trastorno de la sensibilidad interna, es decir, de la capacidad del cerebro para poder percibir o trabajar todas las sensaciones provenientes de todos los puntos del cuerpo.

En el estado normal, esta sensibilidad interna no se impone a nuestra atención por ningún carácter en particular. El estado patológico se caracteriza por la conciencia de esta función singular o más bien de la alteración de su funcionamiento normal. Es solo secundariamente a estos trastornos de la cenestesia, que se desarrollarán fenómenos patológicos de naturaleza emocional o motora, dando al paciente la apariencia de un ansioso, obsesionado, hipocondríaco o hipocondríaco. un delirio.

¿Cuáles son los síntomas de los trastornos cenestésicos?

Los trastornos de la cenestesia afectan el sentido de la personalidad. El paciente se cree transformado en su ser físico o moral, muchas veces en ambos a la vez. Por ejemplo, el paciente puede sentirse tan ligero como una pluma, sentirse más alto que la habitación en la que se encuentra o incluso pensar que puede flotar en el aire. Otros pacientes pierden el sentido de la existencia, declarando estar muertos, inmateriales o incluso inmortales. 

En el caso de las alucinaciones cenestésicas, el paciente tiene la impresión de que ya no es él mismo, que parte o todo su cuerpo se ha desmaterializado o que está poseído por una fuerza externa que le provoca sensaciones extrañas. corporales, como la presencia de una cresta atascada en la parte posterior de la garganta (que no existe o ya no existe), o una parte del pulmón engrosada e impermeable que no es apta para respirar. Estas sensaciones son generalmente insoportables y más embarazosas y angustiantes que dolorosas.

La zoopatía interna es uno de los trastornos cenestésicos locales. En este caso, el paciente está convencido de que su cuerpo está habitado por un animal como:

  • una rata, araña o chafer en el cerebro; 
  • una víbora, una serpiente, un lagarto o un sapo en el intestino.

También existen los llamados trastornos de cenestesia externa. En este caso, por ejemplo, el paciente tiene la impresión de que todo, aparte de él, es extraño y amenazante. Ya no percibe los objetos excepto a través de un velo, ya no experimenta su contacto auténtico, la realidad habitual y la familiaridad tranquilizadora. 

¿Cómo tratar los trastornos cenestésicos?

El tratamiento de la cenestopatía se basa en la prescripción:

  • antidepresivos como amitriptilina, milnaciprán, paroxetina y mianserina;
  • antipsicóticos tales como haloperidol, pimozida, tiaprida, sulpirida, risperidona, perospirona y aripiprazol;
  • medicamentos como carbonato de litio (regulador del estado de ánimo) y donepezilo.

Las opciones de tratamiento no farmacológico, como la terapia electroconvulsivante y la psicoterapia, pueden complementar el tratamiento.

Finalmente, el tratamiento homeopático con Sabadilla puede reducir los estados de ansiedad y los trastornos de sensibilidad que acompañan a la cenestopatía.

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