Parto: ¿cómo ocurre una inducción?

¿A qué plazo podemos inducir el parto?

En cualquier momento, explica el obstetra Dr. Le Ray. Antes de término, se propone cuando dejar que el embarazo continúe presenta un peligro mayor que detenerlo, para la madre o su bebé. A largo plazo, además de un problema materno o fetal, se induce el parto si se supera el plazo. El tenedor ? Entre 41 y 42 semanas de amenorrea (SA). Otra razón: cuando la bolsa de agua se rompe antes del trabajo de parto, por el riesgo de infección. Por otras razones, como la diabetes materna o un bebé grande, se analiza caso por caso.

¿Cómo hacemos para inducir el parto?

Todo depende del cuello uterino. Si es “favorable”, es decir ablandado, acortado y / o ya ligeramente abierto, la matrona rompe la bolsa de agua para iniciar las contracciones. En el caso de que la bolsa de agua ya esté rota, las contracciones se producen al colocar una infusión intravenosa de oxitocina. Si el cuello del útero es “desfavorable”, primero experimenta una maduración gracias a hormonas, prostaglandinas, que se introducen en forma de gel o tampón en la vagina. Otro método utilizado: el balón, introducido en el cuello uterino y luego inflado para dilatarlo.

 

¿Podemos inducir el parto sin una razón médica?

Sí, es muy posible organizar a la madre en la organización de su familia, o si vive lejos del hospital de maternidad. Por otro lado, es imperativo que el término sea mayor de 39 semanas, que el bebé esté al revés y que el cuello uterino ya esté bien abierto y acortado. Asimismo, la madre no debe haber tenido una cesárea durante un embarazo anterior. Esto podría debilitar aún más el útero.

Activación: ¿duele?

El desencadenante provoca contracciones que con el tiempo puede volverse doloroso. Pero ten la seguridad de que existen diferentes métodos para reducir el dolor: caminar, hincharse, bañarse… y si eso no es suficiente, analgésicos o la instalación de una epidural.

 

Inducción del parto: ¿existen riesgos?

“No existe el riesgo cero, subraya el Dr. Le Ray, pero siguiendo las recomendaciones, tratamos de evitarlas tanto como sea posible. ¿El principal riesgo? Que la inducción no “funciona” y termina con una cesárea: cuanto más desfavorable es el cuello uterino, mayor es el riesgo. Otro riesgo: trabajo inusualmente largo lo que aumenta la posibilidad de aparición de sangrado inmediatamente después del parto. Finalmente, una complicación, que afortunadamente ocurre muy pocas veces, pero que puede ocurrir si la madre ya ha tenido una cesárea: la rotura uterina. 

 

 

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