Pesadillas infantiles y terrores nocturnos: ¿cuáles son las diferencias?

Pesadillas infantiles y terrores nocturnos: ¿cuáles son las diferencias?

El sueño de un niño puede verse afectado por las pesadillas. Hay que saber distinguirlos de los terrores nocturnos y encontrar su origen para poder reaccionar de forma adecuada y adecuada.

¿Cómo se manifiestan las pesadillas de los niños?

Le pesadilla es la manifestación paroxística de ansiedad. Ocurre durante la fase paradójica del sueño, con mayor frecuencia al final de la noche, durante la cual el cerebro está en plena actividad. El niño se despierta, llora, grita y parece aterrorizado. Es importante tranquilizarlo, abrazarlo y quedarse con él hasta que esté totalmente tranquilo. Ayudarlo a volver a estar en contacto con la realidad lo ayuda a volver a dormirse. Más tarde en el día, debes tomarte el tiempo para contarle sobre tu pesadilla. Esto le permite al niño exteriorizar su miedo, que es más fácil cuando se siente comprendido. Por lo tanto, los padres deben ayudarlo a restar importancia sin nunca burlarse de él o regañarlo por ello.

¿Qué hacer en caso de pesadillas de un niño?

Las pesadillas no revelan nada de qué preocuparse cuando ocurren ocasionalmente. Incluso son la manifestación más normal del aprendizaje. Todos los días el niño aprende, experimenta emociones muy fuertes y las pesadillas son la expresión de una conciencia del concepto de peligro. A lo largo de sus lecturas, los dibujos animados que ve en la televisión, sus juegos, el niño se enfrenta a personajes que no siempre son muy agradables. Así aprende qué es la maldad, la frustración o incluso el miedo, la tristeza, la angustia. Todos estos son sentimientos que expresan las pesadillas. Por eso es mejor hablar de cada uno de sus sueños ansiosos durante el día siguiente.

Cuando las pesadillas son frecuentes, deben alertar a los padres. Este es también el caso de la pesadilla postraumática, es decir, que ocurre después de un evento extremadamente traumático. Es fundamental que el niño sea atendido sin demora por un especialista.

Consejos para evitar las pesadillas de los niños

Para el pesadillas En los niños no se multiplican, los padres deben tener cuidado de filtrar las imágenes que ven, especialmente en la televisión, en los ordenadores o en las tabletas. Asimismo, los libros a disposición de los niños deben adaptarse a su edad y / o su capacidad de comprensión. Cualquier situación angustiosa debe ser explicada al niño, lo que tiene el efecto de tranquilizarlo tan pronto como es capaz de comprender lo que ve o escucha.

Finalmente, a la hora de acostarse, se deben evitar las emociones que son demasiado fuertes y que pueden generar miedo. En algunos niños, el miedo a la oscuridad puede provocar pesadillas. Una pequeña lamparita suele ser suficiente para tranquilizarlo por completo y permitirle encontrar un sueño sin pesadillas.

Cualquiera que sea el origen de las pesadillas, no es deseable que el niño termine su noche en la cama de sus padres. Al contrario, hay que dejar que vuelva a dormir en su propia habitación. Debe comprender que hay tanta seguridad como en la cama de los padres. Es un proceso de aprendizaje más o menos largo, pero que es importante para la construcción del niño.

Distinguir entre las pesadillas de los niños y los terrores nocturnos.

Las pesadillas y los terrores nocturnos a menudo se confunden cuando en realidad son bastante diferentes. Más raro que las pesadillas terrores nocturnos - que afectan a los niños con más frecuencia que a las niñas - aparecen durante la fase de sueño profundo.

El niño parece estar despierto pero no es consciente de su entorno, ni de la presencia de sus padres que han venido a calmarlo. Entonces está totalmente desconectado de la realidad. Estas manifestaciones son a veces espectaculares. Los padres pueden querer abrazar a su hijo para calmarlo. Sin embargo, despertar a un niño durante un fenómeno de terrores nocturnos puede generar confusión mental.

Es mejor estar cerca de él sin aparecer y esperar hasta que se vuelva a dormir. Los terrores nocturnos cesan naturalmente cuando el sistema neurofisiológico de un niño alcanza la madurez suficiente.

Las pesadillas infantiles son una ocurrencia común y bastante normal. Para la paz y el bienestar tanto de los niños como de los padres, es fundamental comprenderlos y hacer todo lo posible por reducirlos al máximo. ¡Una opinión médica en ciertos casos a veces puede ser muy útil!

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