Comorbilidad: definición, factores y riesgos

Cada vez más numerosas a medida que avanza la edad, las comorbilidades son fuente de dificultades en la elección de prescripciones y de factores de riesgo para el pronóstico de la enfermedad durante el tratamiento. La pandemia de Covid-2020 de 19 es un ejemplo de esto. Explicaciones.

Definición: ¿qué es una comorbilidad?

La “comorbilidad” se define por la presencia simultánea en la misma persona de varias enfermedades crónicas que requieren cuidados a largo plazo (Haute Autorité de santé HAS 2015 *). 

Este término a menudo se superpone con la definición de "pluripatología" que se refiere a un paciente que padece varias afecciones caracterizadas que dan como resultado un estado patológico general incapacitante que requiere atención continua. 

El Seguro Social define el término "Afectos a largo plazo" o ALD para la cobertura del 100% de la atención, de los cuales hay 30. 

Entre ellos, se encuentran:

  • diabetes
  • tumores malignos;
  • enfermedades cardiovasculares;
  • VIH;
  • asma severa;
  • Desórdenes psiquiátricos;
  • etc.

Una encuesta de Insee-Credes mostró que el 93% de las personas mayores de 70 años tenían al menos dos enfermedades al mismo tiempo y el 85% al ​​menos tres.

Factores de riesgo: ¿por qué es un riesgo la presencia de comorbilidades?

La presencia de comorbilidades se asocia a la polifarmacia (prescripción de varios fármacos al mismo tiempo) que pueden plantear un problema debido a las interacciones farmacológicas. 

Más del 10% de las personas mayores de 75 años toman entre 8 y 10 medicamentos al día. Estos son, con mayor frecuencia, pacientes con ALD y ancianos. 

Cabe destacar que determinadas patologías crónicas en ocasiones son provocadas por personas más jóvenes como la diabetes, los trastornos psiquiátricos o los tumores malignos. 

Las comorbilidades también constituyen un riesgo adicional de complicaciones en el caso de una enfermedad aguda como Covid-19 (SARS COV-2) o gripe estacional. En presencia de comorbilidades, el organismo es más vulnerable.

Comorbilidades y coronavirus

La presencia de comorbilidades es un factor de riesgo importante de complicaciones durante la infección por SARS COV-2 (COVID 19). Si bien la edad es un factor de riesgo significativo en sí mismo, la presencia de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, un historial de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular puede provocar un paro cardíaco o un nuevo accidente cerebrovascular debido a los recursos energéticos que necesita el cuerpo para luchar contra el coronavirus. La obesidad o la insuficiencia respiratoria también son comorbilidades que aumentan el riesgo de complicaciones de la infección por SARS COV-2 (COVID 19).

Comorbilidades y cáncer

Los tratamientos de quimioterapia implementados como parte de un tratamiento contra el cáncer promoverán la aparición de trombosis (coágulos de sangre) en la circulación sanguínea debido a un estado de inflamación de todo el organismo vinculado a la presencia del tumor. Estas trombosis pueden ser la causa de:

  • flebitis;
  • infarto cardiaco;
  • accidente cerebrovascular
  • embolia pulmonar 

Finalmente, la quimioterapia también puede afectar la función renal (purificación de la sangre) y hepática y la producción de glóbulos blancos y rojos, lo que puede causar complicaciones.

¿Qué abordaje terapéutico ante la presencia de comorbilidades?

El primer paso es priorizar los tratamientos, enfocándose en los medicamentos más efectivos y evitando las interacciones medicamentosas. Este es el papel del médico tratante que conoce bien a su paciente y cómo reacciona a cada tratamiento. También asegura la coordinación entre las distintas partes interesadas solicitando, cuando sea necesario, su asesoramiento y experiencia. 

También es necesario un seguimiento médico regular para adaptar los tratamientos a los cambios en las enfermedades y su contexto. El médico tratante también debe permanecer atento a las consecuencias psicosociales de estas comorbilidades como depresión, discapacidad o mala calidad de vida. 

Por último, cuando se presenta una enfermedad aguda, la hospitalización está indicada más fácilmente para un seguimiento más cercano de las funciones vitales (oxígeno en sangre, presión arterial, azúcar en sangre, temperatura) y poder remediarlo lo antes posible si es necesario.

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