Peluche perdido: ¿que hacer para evitar el llanto del bebé?

La manta es un objeto de comodidad y seguridad para el niño. A partir de los 5/6 meses, a los bebés les gusta agarrarse y acurrucarse contra una manta para dormirse o calmarse. Alrededor de los 8 meses, el apego es real. Es por eso que el niño a menudo está inconsolable y los padres se angustian cuando se pierde. Nuestro consejo para hacerse cargo de la situación sin entrar en pánico.

¿Por qué la manta es tan importante para el niño?

Has mirado por todos lados pero no encuentras la manta de tu hijo… El bebé llora y se siente abandonado porque su manta lo acompaña a todas partes. La pérdida de este objeto la vive el niño como un drama porque su manta es para él algo único, insustituible. El olor y la apariencia que ha adquirido a lo largo de los días, meses, incluso años, son elementos que tranquilizan al niño, muchas veces al instante. Algunas personas necesitan tener su manta con ellos todo el día, mientras que otras solo la piden cuando están durmiendo, cuando están de duelo o cuando se encuentran en un nuevo entorno.

Su pérdida puede perturbar al niño, especialmente si ocurre alrededor de los 2 años, cuando el niño comienza a afirmarse y a enojarse.

No le mientas

No es necesario mentirle a su hijo, no ayudará con la situación. Por el contrario, si le dices que su manta se ha ido, el bebé podría sentirse culpable. Sea honesto: “doudou está perdido pero estamos haciendo todo lo posible para encontrarlo. Es posible que se encuentre, pero también es posible que nunca se encuentre ”. Haz que participe en la investigación para encontrarlo. Sin embargo, no entre en pánico frente al niño porque esto solo acentuará su dolor. Al verlo entrar en pánico, su bebé puede pensar que la situación es grave cuando es bastante manejable.

Consultar sitios web especializados en edredones perdidos

No, esto no es una broma, de hecho hay sitios que ayudan a los padres a buscar una manta perdida.

Doudou y compañía

En su sección “¿Doudou estás dónde?”, Este sitio ofrece a los padres comprobar si el edredón de su hijo todavía está disponible para la venta ingresando su referencia. Si la manta ya no está disponible, se invita a los padres a completar un formulario para proporcionar la mayor cantidad de información posible sobre la manta perdida (foto, colores, tipo de manta, material, etc.) para que se les ofrezca una manta nueva. lo más similar posible.

Peluche

Este sitio enumera más de 7500 referencias de peluches, lo que aumenta sus posibilidades de encontrar el mismo que se perdió. Si no encuentra lo que busca entre todos los modelos que se ofrecen, puede intentar publicar una foto de la manta perdida en la página de Facebook del sitio para que los miembros puedan ayudarlo a encontrar la misma.

El sitio de Mille Doudou ofrece lo mismo, es decir, más de 4500 modelos de edredones con una clasificación de edredones por marca.

Compre la misma manta (o una manta que se parezca)

Intenta ofrecerle la misma manta, nueva. Es muy probable que el bebé no lo acepte porque obviamente el objeto no tendrá el mismo olor y la misma textura que su vieja manta. Para evitar el riesgo de que tu hijo rechace esta nueva manta, impregnala con tu esencia y el olor de la casa antes de dársela. Para ello, lava la manta con tu detergente habitual y colócala en tu cama o pégala contra tu piel.

Oferta para elegir una nueva manta

Comprar la misma manta o recuperar una casi idéntica no siempre funciona. Para ayudarlo a "llorar" la manta perdida, elegir una manta diferente puede ser una posibilidad. En lugar de obligarlo a elegir otro de sus peluches como su nueva manta, sugiérale que elija una nueva manta él mismo. El niño se sentirá libre y estará feliz de participar en esta búsqueda de una manta de repuesto.

Planifique con anticipación para evitar llorar

La pérdida de la manta es el miedo de los padres. Desafortunadamente, esto sucede a menudo. Así que es mejor planificar con anticipación:

  • Tenga varios peluches en reserva por si alguno de ellos se pierde en un paseo, en la guardería, con los amigos. Preferiblemente opta por el mismo modelo o haz que tu hijo se acostumbre a tener una manta diferente dependiendo de dónde se encuentre (en casa, en la guardería o en la niñera). Por lo tanto, el niño no se apega a una sola manta.
  • Lava la manta con regularidad. De esta manera, el bebé no rechazará una manta nueva que huela a ropa sucia. Antes de lavarlo, advierta siempre al niño diciéndole que su amada manta debe lavarse a máquina para deshacerse de los gérmenes y que después de eso ya no olerá igual.

¿Y por qué no ver el vaso medio lleno en este tipo de situaciones? La pérdida de una manta puede ser la ocasión para que el niño se separe de este hábito, como ocurre con el chupete. De hecho, si rechaza categóricamente otra manta, tal vez se sienta dispuesto a abandonarla por su cuenta. En este caso, anímelo mostrándole que existen otros consejos para conciliar el sueño o calmarse por su cuenta.

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