¡No te quedes quieto! ¡Mover!

Antes de saber que iba a ser mamá, era snowboarder profesional, practicaba kickboxing tres veces por semana y pasaba todo mi tiempo libre en el gimnasio. Estaba segura de que mi embarazo sería fácil, sin complicaciones y soñaba con que mi bebé y yo haríamos yoga juntas. ¡Iba a ser la madre más feliz y saludable del mundo! Bueno, o tenía muchas ganas… Sin embargo, la realidad resultó ser completamente diferente. Solo cuando mi hija tenía dos años tuve la energía y el tiempo para hacer al menos algo de ejercicio. No tenía idea de todas las dificultades de la maternidad y ni siquiera podía imaginar que todas las lesiones recibidas durante los entrenamientos y las competencias me recordarían a mí misma después del parto y llevaría un estilo de vida sedentario. Afortunadamente, este tiempo ya pasó, y ahora quiero compartir mi experiencia de cómo logré regresar a los deportes y a un estilo de vida activo. Aquí hay tres lecciones que aprendí (espero que sean útiles no solo para las nuevas madres): 1) Sé amable contigo mismo Antes del embarazo, me consideraba una súper atleta, era bastante ingenua, exigente y no me perdonaba ni a mí ni a los demás ninguna deficiencia. Mi idea de lo que significa estar en buena forma era férrea, pero mi cuerpo ha cambiado. Hasta que pudiera volver al gimnasio, tuve que aprender a dejar de pensar, vivir el presente y disfrutar el momento. 2) ¿No hay suficiente tiempo? ¡Intenta algo nuevo! No hacía deporte porque no tenía tiempo para ello. Esta convicción fue mi principal obstáculo. Cuanto más pensaba en cuánto tiempo debería pasar yendo al gimnasio, más excusas encontraba para no ir. Un día, en completa desesperación, decidí empezar a correr por la casa… Odiaba correr, pero mi cuerpo y mi mente requerían entrenamiento. ¿Y sabes lo que encontré? Lo que realmente me gusta correr! Y sigo corriendo, y en los últimos tres años he corrido dos medios maratones. Entonces, no es falta de tiempo, sino viejos hábitos y creencias. 3) Celebra tu vida: nunca sabes a quién inspiras Por supuesto, fue difícil para mí olvidar mis logros deportivos pasados ​​y comenzar todo desde cero. Mi progreso en la carrera no me parecía tan significativo. Sin embargo, noté que cuando les conté a mis amigos sobre ellos, los inspiré con mi ejemplo y también comenzaron a correr. ¡Y esta es una gran razón para regocijarse! ¡Y me di cuenta de que no importa lo que hagas, regocíjate en ello, comparte tu alegría con los demás y celebra tu vida! Fuente: zest.myvega.com Traducción: Lakshmi

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