Epididimitis — Síntomas y tratamiento de la epididimitis

La epididimitis es una lesión inflamatoria de una formación especial que parece un tubo angosto ubicado arriba y detrás del testículo y sirve para promover y madurar los espermatozoides: el epidídimo (epididymis).

La epididimitis más común en hombres de 19 a 35 años. La patología a esta edad es una causa común de hospitalización. Con algo menos de frecuencia, la enfermedad se registra en los ancianos y la epididimitis casi nunca ocurre en los niños.

Tipos y causas de la epididimitis

La enfermedad puede tener muchas causas diferentes, tanto infecciosas (debido a los efectos patógenos de virus, bacterias, hongos), como no infecciosas. La epididimitis bacteriana es la más común. Se cree que en jóvenes (15 – 35 años), la enfermedad suele ser provocada por infecciones de transmisión sexual (ITS), como clamidia, gonorrea, etc. En ancianos y niños, el problema está asociado a microorganismos que suelen causar enfermedades del sistema urinario (por ejemplo, enterobacterias). La causa de la epididimitis también pueden ser patologías específicas, como la tuberculosis (epididimitis tuberculosa), etc.

A veces, un hongo condicionalmente patógeno (constantemente presente en el cuerpo, pero que normalmente no conduce a una enfermedad) del género Candida se convierte en el agente causal de la patología, luego hablan de epididimitis candidiásica. En este caso, el uso irracional de antibióticos, una disminución de la inmunidad, puede provocar el desarrollo de la enfermedad.

Quizás la aparición de un proceso patológico en el epidídimo en el contexto de: • paperas ("paperas"): inflamación de las glándulas parótidas; • angina de pecho; • influenza; • neumonía; • especialmente a menudo infecciones de órganos cercanos – uretritis (patología inflamatoria del canal urinario), vesiculitis (vesículas seminales), prostatitis (glándula prostática), etc.

A veces, la infección también penetra en el apéndice como resultado de ciertas manipulaciones: endoscopia, cateterismo, dilatación de la uretra (un procedimiento de diagnóstico realizado mediante la introducción de un instrumento especial: una dilatación).

La epididimitis no infecciosa, por ejemplo, puede ocurrir: • cuando se trata con un medicamento como Amiodarona para las arritmias; • después de la esterilización por remoción/ligadura de los conductos deferentes (debido a la acumulación de espermatozoides no reabsorbidos) – epididimitis granulomatosa.

Hay epididimitis aguda (la duración de la enfermedad no supera las 6 semanas) y epididimitis crónica, que se caracteriza por una lesión predominante de ambos apéndices, a menudo se desarrolla con lesiones tuberculosas, sífilis (duración superior a los seis meses).

Dependiendo de la gravedad de las manifestaciones, se distingue la epididimitis leve, moderada y grave.

Factores de riesgo

Dado que la epididimitis suele ser consecuencia de las ITS, el principal factor de riesgo para el desarrollo de la patología es el sexo sin protección. Otros momentos provocativos: • lesiones de la pelvis, el perineo, el escroto, incluso como resultado de una cirugía (adenomectomía, etc.); • anomalías en el desarrollo del sistema urogenital; • trastornos estructurales del tracto urinario (tumores, hiperplasia prostática, etc.); • intervenciones quirúrgicas recientes en los órganos urinarios; • manipulaciones médicas: estimulación eléctrica (cuando ocurren contracciones multidireccionales de los conductos deferentes, que pueden provocar la “succión” de microbios de la uretra), infusión de medicamentos en la uretra, cateterismo, masajes, etc.; • hiperplasia de próstata; • hemorroides; • levantamiento de pesas, estrés físico; • frecuentes coitus interruptus, erecciones sin coito; • disminución de las defensas del organismo como consecuencia de una patología grave (diabetes, SIDA, etc.), hipotermia, sobrecalentamiento, etc.

Los síntomas de la epididimitis.

El inicio de la enfermedad se manifiesta como síntomas graves que, en ausencia de una terapia adecuada, tienden a empeorar. Con epididimitis, puede haber: • dolor sordo en un lado del escroto/en el testículo con posible irradiación a la ingle, sacro, perineo, espalda baja; • dolor agudo en el área afectada; • dolor pélvico; • enrojecimiento, aumento de la temperatura local del escroto; • hinchazón/aumento de tamaño, induración del apéndice; • formación similar a un tumor en el escroto; • escalofríos y fiebre (hasta 39 grados); • deterioro general de la salud (debilidad, pérdida de apetito, dolores de cabeza); • aumento de los ganglios linfáticos inguinales; • dolor al orinar, defecar; • aumento de la orina, urgencia repentina; • dolor durante el coito y la eyaculación; • la aparición de sangre en el semen; • secreción del pene.

Un signo diagnóstico específico es que la elevación del escroto puede conducir a un alivio sintomático (signo de Pren positivo).

En el curso crónico de la enfermedad, los signos del problema pueden ser menos pronunciados, pero persisten el dolor y el agrandamiento del escroto, ya menudo también la micción frecuente.

¡Importante! ¡El dolor agudo en los testículos es una indicación de atención médica inmediata!

Métodos para diagnosticar y detectar una enfermedad.

La primera medida diagnóstica para hacer un diagnóstico es un examen médico del lado afectado del testículo, los ganglios linfáticos en la ingle. Si se sospecha epididimitis por agrandamiento de la próstata, se realiza un examen rectal.

Además, se utilizan métodos de laboratorio: • frotis de la uretra para análisis microscópico y aislamiento del agente causal de las ITS; • Diagnóstico PCR (detección del patógeno por reacción en cadena de la polimerasa); • análisis clínicos y bioquímicos de sangre; • análisis de orina (general, “prueba de 3 tazas” con micción consecutiva en 3 tazas, estudio cultural, etc.); • análisis de líquido seminal.

El diagnóstico instrumental involucra lo siguiente: • Ultrasonido del escroto para determinar las lesiones, etapa de inflamación, procesos tumorales, evaluación de la velocidad del flujo sanguíneo (estudio Doppler); • exploración nuclear, en la que se inyecta una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva y se controla el flujo sanguíneo en los testículos mediante un equipo especial (permite diagnosticar epididimitis, torsión testicular); • cistouretroscopia: la introducción a través de la uretra de un instrumento óptico, un cistoscopio, para examinar las superficies internas del órgano.

La tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear se utilizan con menos frecuencia.

Tratamiento de la epididimitis

El tratamiento de la epididimitis se lleva a cabo estrictamente bajo la supervisión de un especialista: un urólogo. Después del examen, se prescribe la identificación del patógeno, un curso bastante largo, de hasta un mes o más, de terapia con antibióticos.

Las preparaciones se seleccionan teniendo en cuenta la sensibilidad del microorganismo patógeno, si no se puede establecer el tipo de patógeno, se usa un agente antibacteriano de amplio espectro. Los principales fármacos de elección para la epididimitis, especialmente en presencia de otras patologías del sistema urogenital y en personas jóvenes, son los antibióticos del grupo de las fluoroquinolonas. También se pueden prescribir tetraciclinas, penicilinas, macrólidos, cefalosporinas, sulfonamidas. En una situación en la que la enfermedad es causada por una ITS, se requiere el paso simultáneo de la terapia por parte de la pareja sexual del paciente.

Además, para aliviar el proceso inflamatorio y aliviar el dolor, el médico recomienda medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (como indometacina, nimesil, diclofenaco, etc.), con dolor intenso, se realiza un bloqueo del cordón espermático con novocaína. Se puede recomendar adicionalmente: • tomar vitaminas; • fisioterapia; • preparaciones enzimáticas, absorbibles (lidasa) y otras.

Con un curso leve de la enfermedad, no se requiere hospitalización, pero si la condición empeora (la temperatura sube por encima de los 39 grados, manifestaciones generales de intoxicación, un aumento significativo en el apéndice), el paciente es enviado al hospital. Si no hay efecto, se puede requerir un antibiótico diferente. Si la enfermedad es persistente, especialmente con lesiones bilaterales, se sospecha la naturaleza tuberculosa de la patología. En tal situación, se requiere la consulta con un fisiourólogo y, una vez confirmado el diagnóstico, el nombramiento de medicamentos antituberculosos específicos.

El tratamiento de la forma crónica se lleva a cabo de manera similar, pero lleva más tiempo.

Además de tomar medicamentos, el paciente debe cumplir con las siguientes reglas: • observar el reposo en cama; • para proporcionar una posición elevada del escroto, por ejemplo, por medio de una toalla enrollada en un rollo; • excluir el levantamiento de objetos pesados; • observar estrictamente el reposo sexual absoluto; • excluir el consumo de alimentos picantes y grasos; • asegurar una ingesta adecuada de líquidos; • aplicar compresas frías/hielo en el escroto para aliviar la inflamación; • use un suspensorio: un vendaje especial que sostiene el escroto, que asegura el resto del escroto, evita que se mueva al caminar; • usar pantalones cortos elásticos ajustados, bañadores (pueden usarse hasta que desaparezcan los síntomas del dolor).

A medida que mejora el estado, se permite la actividad física habitual ligera: caminar, correr, a excepción de la bicicleta. Es importante evitar la hipotermia general y local durante la fase de tratamiento y al final del mismo.

Después de completar el curso de la terapia con antibióticos, después de aproximadamente 3 semanas, debe consultar a un médico para volver a realizar la prueba (orina, eyaculación) para confirmar la eliminación completa de la infección.

La medicina tradicional solo puede usarse como complemento del curso terapéutico principal y solo después del permiso del médico tratante. Los curanderos tradicionales con epididimitis recomiendan usar decocciones de: • hoja de arándano rojo, flores de tanaceto, cola de caballo; • hojas de ortiga, menta, flor de tilo y otras preparaciones a base de hierbas.

Con el desarrollo de una complicación como un absceso purulento, se realiza una apertura quirúrgica de supuración. En situaciones graves, puede ser necesario extirpar parte o la totalidad del apéndice afectado. Además, se recurre a la operación para: • corregir anomalías físicas que provocan el desarrollo de epididimitis; • en caso de sospecha de torsión/fijación testicular (hidatidosis) del epidídimo; • en algunas situaciones con epididimitis tuberculosa.

Complicaciones

Como regla general, la epididimitis se trata bien con medicamentos antibacterianos. Sin embargo, en ausencia de una terapia adecuada, pueden desarrollarse las siguientes complicaciones: • transición de la patología a una forma crónica; • la aparición de una lesión bilateral; • orquiepididimitis – la extensión del proceso inflamatorio al testículo; • absceso testicular (inflamación purulenta y limitada de los tejidos del órgano); • desarrollo de adherencias entre el testículo y el escroto; • infarto testicular (necrosis tisular) como resultado de un suministro de sangre deteriorado; • atrofia (disminución de las dimensiones volumétricas, seguida de una violación de la producción de esperma y una disminución de la producción de testosterona) de los testículos; • formación de fístulas (canales patológicos estrechos con secreción purulenta) en el escroto; • La infertilidad es consecuencia tanto de una disminución en la producción de espermatozoides como de la formación de obstáculos para el desarrollo normal de estos últimos.

Prevención de la epididimitis

Las principales medidas para prevenir la epididimitis incluyen: • un estilo de vida saludable; • sexo seguro; • vida sexual ordenada; • detección oportuna y eliminación de infecciones recurrentes del tracto urinario; • prevención de lesiones en los testículos (uso de equipo de protección al practicar deportes traumáticos); • observancia de los requisitos de higiene personal; • exclusión de sobrecalentamiento, hipotermia; • prevención/terapia adecuada de enfermedades infecciosas (incluida la vacunación contra las paperas), etc.

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