Psicología

El mal es una categoría moral. Desde un punto de vista psicológico, las acciones “malas” tienen cinco razones principales: ignorancia, codicia, miedo, deseos obsesivos e indiferencia, dice el psicólogo Pavel Somov. Vamos a analizarlos con más detalle.

1. Ignorancia

La causa de la ignorancia puede ser una variedad de factores psicológicos y sociales, problemas en la educación o su falta. Las personas pueden ser engañadas por actitudes culturales que infectan con racismo, chovinismo y nacionalismo.

La ignorancia puede ser el resultado de lagunas en la educación ("la tierra es plana" e ideas similares), la falta de experiencia de vida o la incapacidad de comprender la psicología de otra persona. Sin embargo, la ignorancia no es mala.

2. Codicia

La codicia puede verse como un entrelazamiento de amor (por el dinero) y miedo (no conseguirlo). Aquí también se puede agregar la competitividad: el deseo de obtener más que los demás. Esto no es malo, sino simplemente un intento fallido de sentir el propio valor, de elevar la autoestima. Este es el hambre insaciable del narcisista, que constantemente necesita aprobación externa. Detrás del narcisismo hay un sentimiento de vacío interior, la ausencia de una imagen completa de uno mismo y los intentos de afirmarse a través de la aprobación de los demás.

La codicia también puede interpretarse como el amor dirigido en la dirección equivocada: «obsesión», la transferencia de la energía de la libido a los objetos materiales. El amor al dinero es más seguro que el amor a las personas, porque el dinero no nos abandona.

3. miedo

El miedo nos empuja muchas veces a hechos terribles, porque «la mejor defensa es un ataque». Cuando tenemos miedo, a menudo decidimos dar un «ataque preventivo» y tratamos de golpear más fuerte, más dolorosamente: de repente, un golpe débil no será suficiente. Por lo tanto, excesiva autodefensa y agresión. Pero esto no es malo, sino solo miedo fuera de control.

4. Deseos obsesivos y adicciones

A menudo desarrollamos adicciones muy antiestéticas. Pero tampoco son malos. Se trata del «centro del placer» de nuestro cerebro: es el responsable de lo que nos parecerá agradable y deseable. Si sus “ajustes” se extravían, surgen adicciones, adicciones dolorosas.

5. Indiferencia

La falta de empatía, la crueldad, la insensibilidad, la manipulación de las personas, la violencia descontrolada, todo esto nos asusta y nos hace estar constantemente en guardia para no convertirnos en víctimas.

Las raíces de la indiferencia están en la falta o ausencia de actividad de las neuronas espejo en el cerebro (de ellas depende nuestra capacidad de empatizar y empatizar). Aquellos en quienes estas neuronas funcionan incorrectamente desde el nacimiento se comportan de manera diferente, lo cual es bastante natural (su función de empatía simplemente está apagada o debilitada).

Además, cualquiera de nosotros puede experimentar fácilmente una disminución de la empatía; para esto, es suficiente tener mucha hambre (el hambre convierte a muchos de nosotros en irritables). Podemos perder temporal o permanentemente la capacidad de empatizar debido a la falta de sueño, el estrés o una enfermedad cerebral. Pero esto no es malo, sino uno de los aspectos de la psique humana.

¿Por qué nos dedicamos a la moralización y no al análisis psicológico? Quizás porque nos da la oportunidad de sentirnos superiores a los que juzgamos. Moralizar no es más que etiquetar. Es fácil llamar malvado a alguien, es mucho más difícil comenzar a pensar, ir más allá de las etiquetas primitivas, preguntarse constantemente «por qué», tener en cuenta el contexto.

Quizás, al analizar el comportamiento de los demás, veamos algo similar en nosotros mismos y ya no podamos menospreciarlos con un sentido de superioridad moral.

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