Gran trocánter

Gran trocánter

El trocánter mayor (del griego trokhantêr) constituye una de las partes del fémur, el único hueso del muslo ubicado entre la cadera y la rodilla.

Anatomía del trocánter mayor

Puesto de trabajo. El trocánter mayor se coloca en la parte superior de la conexión del cuello y la cabeza del fémur. De forma alargada, este último constituye el hueso más largo y representa en promedio una cuarta parte del tamaño del cuerpo. (1) También es el hueso más grande del cuerpo humano y se compone de tres partes:

  • un extremo proximal, situado en la cadera y formado por tres partes (1):

    - la cabeza del fémur, ubicada en el acetábulo, la cavidad articular del hueso coxal, que forma la cadera;

    - el cuello del fémur que conecta la cabeza con la diáfisis;

    - los trocánteres grande y pequeño, proyecciones óseas, que se colocan al nivel de la conexión del cuello y la cabeza.

  • un extremo distal, ubicado al nivel de la rodilla;
  • una diáfisis, o cuerpo, parte central del hueso ubicada entre los dos extremos.

Estructura . El trocánter mayor es una protuberancia ósea que constituye una zona de inserciones para muchos músculos (2):

  • el músculo piramidal en su superficie superior;
  • los músculos glúteo medio (o glúteo medio) y vasto lateral en su superficie lateral;
  • los músculos glúteo menor (o glúteo menor) y vasto lateral en su superficie anterior;
  • obturador y músculos gemelos en su superficie medial

Funciones del trocánter mayor

Transmisión de peso. Como parte integral del fémur, el trocánter mayor participa en la transmisión del peso corporal desde el hueso de la cadera hasta la tibia. (3)

Dinámica corporal. Dados los diferentes puntos de inserción de los músculos, el trocánter mayor contribuye a la capacidad del cuerpo para moverse y mantener la postura erguida. (3)

Patologías asociadas al trocánter mayor

Se puede sentir dolor en el trocánter mayor. Esto generalmente se conoce como síndrome doloroso del trocánter mayor (4). Las causas de este dolor son variadas pero en particular pueden ser de origen traumático, congénito o incluso tumoral.

Enfermedades de los huesos. El trocánter mayor puede verse afectado por patologías óseas.

  • Osteoporosis. Esta patología constituye una pérdida de densidad ósea que se da generalmente en personas mayores de 60 años. Acentúa la fragilidad ósea y promueve los picos. (5)
  • Cáncer de hueso. Pueden desarrollarse metástasis en los huesos. Estas células cancerosas generalmente se originan a partir de un cáncer primario en otro órgano. (6)

Fracturas femorales. Las fracturas de fémur más comunes son las del cuello del fémur, especialmente en personas mayores con osteoporosis. También pueden ocurrir en el trocánter mayor. Las fracturas del fémur se manifiestan por dolor en la cadera.

Coxartrosis. Esta patología corresponde al desgaste del cartílago de la articulación de la cadera.

Trominopatía de la enfermedad de la tiroides. Ocurriendo en los tendones, las tendinopatías pueden ocurrir en la región del trocánter mayor (4). Se manifiestan principalmente por dolor durante el esfuerzo. Las causas de estas patologías son variadas y pueden ser tanto de origen intrínseco con predisposiciones genéticas, como extrínsecas, con por ejemplo malas posiciones durante la práctica deportiva.

Tratamientos

Tratamiento médico. . Dependiendo de la afección diagnosticada, se pueden recetar ciertos medicamentos para regular o fortalecer el tejido óseo, así como para disminuir el dolor y la inflamación.

Tratamiento quirúrgico. Dependiendo del tipo de fractura, la cirugía se puede realizar con la colocación de clavos, una placa atornillada, un fijador externo o en algunos casos una prótesis.

Tratamiento ortopédico. Dependiendo del tipo de fractura se puede realizar la instalación de un yeso o una resina.

Tratamiento fisico. Se pueden prescribir terapias físicas, como fisioterapia o fisioterapia.

Tratamiento hormonal, radioterapia o quimioterapia.. Estos tratamientos se pueden recetar según el tipo y la etapa del cáncer.

Examen del trocánter mayor

Examen físico. El diagnóstico comienza con una valoración del dolor que percibe el paciente en el miembro inferior y la pelvis.

Examen de imágenes médicas. Dependiendo de la patología sospechada o comprobada, se pueden realizar exámenes adicionales como una radiografía, una ecografía, una tomografía computarizada, una resonancia magnética, una gammagrafía o incluso una densitometría ósea.

Análisis médico. Para identificar determinadas patologías se pueden realizar análisis de sangre u orina como, por ejemplo, la dosificación de fósforo o calcio.

Biopsia ósea. En algunos casos, se toma una muestra de hueso para confirmar un diagnóstico.

Historia

En diciembre de 2015, la revista PLOS ONE dio a conocer un artículo que relataba el descubrimiento de un fémur humano de una especie premoderna. (7) Descubierto en 1989 en China, este hueso no se estudió hasta 2012. Con 14 años de antigüedad, este hueso parece pertenecer a una especie que se acerca aHomo práctico orHomo erectus. Así, los humanos primitivos podrían haber sobrevivido hasta el final de la última Edad de Hielo, hace 10 años. Este descubrimiento podría sugerir la existencia de un nuevo linaje evolutivo (000).

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