Sellos dañinos: cuando la sinceridad y la consideración funcionan mejor

Las expresiones asentadas y trilladas hacen que el habla sea incolora y pobre. Pero, peor aún, a veces consideramos los clichés como sabiduría y tratamos de ajustar nuestro comportamiento y visión del mundo a ellos. Por supuesto, los sellos también contienen una pizca de verdad, pero qué pizca. Entonces, ¿por qué los necesitamos y cómo reemplazarlos?

Los sellos se han arraigado en el idioma precisamente porque originalmente contenían una pizca de verdad. Pero se repitieron tantas veces y en tantas ocasiones que se “borró” la verdad, sólo quedaron palabras en las que nadie pensó realmente. Entonces resulta que el sello es como un plato al que se le agregó un gramo de sal, pero no se volvió salado por eso. Los sellos están lejos de la verdad y, si se usan sin pensar, confunden los pensamientos y arruinan cualquier discusión.

Sellos “motivadores” que provocan adicción

Muchas personas usan estampillas para animarse, prepararlas para un nuevo día y motivarlas para lograrlo. Entre las más populares se encuentran las siguientes frases.

1. “Sé parte de algo más grande”

¿Por qué necesitamos palabras tan alentadoras, realmente ayudan a lograr algo? Hoy en día, las frases cansadas ocupan una gran parte del espacio de Internet y se convierten en eslóganes publicitarios, por lo que no se debe subestimar la dependencia de las personas con este tipo de motivación. La televisión, los medios impresos y las redes sociales se enfocan en servir a las llamadas futuras personas exitosas y mantener su creencia en el éxito instantáneo.

2. “Sé positivo, trabaja duro y todo saldrá bien”

A veces realmente parece que una frase motivadora, un consejo es exactamente lo que necesitamos. Pero tal necesidad puede asociarse con la duda y la inmadurez de la conciencia, con el deseo de obtener todo a la vez y lograr el éxito al instante. Muchos de nosotros queremos que alguien nos diga cómo y qué hacer. Entonces tenemos fe en que mañana haremos algo increíble y cambiaremos nuestras vidas.

Por desgracia, esto generalmente no sucede.

3. “Uno solo tiene que salir de la zona de confort, y luego…”

Es imposible decir inequívocamente qué es lo correcto para usted, qué "funciona" para usted y qué no. Usted sabe mejor que nadie cuándo desviarse del camino recto, cuándo cambiar su vida y cuándo pasar desapercibido y esperar. El problema de los sellos es que son para todo el mundo, pero tú no lo eres para todo el mundo.

Así que es hora de terminar con la adicción a una dosis diaria de frases motivadoras. En su lugar, lea buenos libros y tome sus metas en serio.

Sellos “motivadores” que nos engañan

Tenga en cuenta: algunos sellos no solo no benefician, sino que también perjudican, obligándolo a luchar por lo que es imposible o no es necesario lograr.

1. “Ocúpese de sus propios asuntos y no le importe lo que piensen los demás”

Puede encontrar muchas variaciones de esta expresión, completamente saturadas de ostentosa confianza en sí mismo. A menudo, para aquellos que usan este cliché, es solo una pose. A primera vista, la frase es buena, convincente: la independencia es digna de elogio. Pero si miras de cerca, algunos problemas se hacen evidentes.

El hecho es que una persona que ignora las opiniones de los demás y lo declara abiertamente está muy interesada en ser considerada independiente e independiente. Cualquiera que haga tal afirmación o va en contra de sus inclinaciones naturales o simplemente miente. Los humanos solo somos capaces de sobrevivir y desarrollarnos dentro de un grupo bien organizado. Debemos tener en cuenta lo que piensan los demás, porque dependemos de las relaciones con ellos.

Desde el nacimiento, dependemos del cuidado y la comprensión que nos brindan los adultos significativos. Comunicamos nuestros deseos y necesidades, necesitamos compañía e interacción, amor, amistad, apoyo. Incluso nuestro sentido del yo depende del entorno. Nuestra imagen de nosotros mismos nace a través del grupo, la comunidad, la familia.

2. “Puedes ser quien quieras. Puedes hacerlo todo"

Realmente no. Al contrario de lo que escuchamos de los fans de este sello, nadie puede ser nadie, lograr todo lo que quiera, o hacer lo que quiera. Si este cliché fuera cierto, tendríamos habilidades ilimitadas y ningún límite. Pero esto simplemente no puede ser: sin ciertos límites y un conjunto de cualidades, no hay personalidad.

Gracias a la genética, el medio ambiente y la crianza, obtenemos ciertas reacciones peculiares solo para nosotros. Podemos desarrollarnos “dentro” de ellos, pero somos incapaces de ir más allá de ellos. Nadie puede ser un jinete de primera clase y un boxeador campeón de peso pesado al mismo tiempo. Cualquiera puede soñar con convertirse en presidente, pero pocos se convierten en jefes de estado. Por lo tanto, vale la pena aprender a querer lo posible y luchar por metas reales.

3. “Si nuestros esfuerzos ayudan a salvar al menos a un niño, valen la pena”

A primera vista, esta afirmación parece humanista. Por supuesto, cada vida no tiene precio, pero la realidad hace sus propios ajustes: incluso si el deseo de ayudar no conoce límites, nuestros recursos no son ilimitados. Cuando invertimos en un proyecto, los demás se “hunden” automáticamente.

4. “Bien está lo que bien acaba”

Parte de nuestra personalidad es responsable del aquí y ahora, y parte de los recuerdos, procesamiento y acumulación de experiencia. Para la segunda parte, el resultado es más importante que el tiempo dedicado a ello. Por lo tanto, una larga experiencia dolorosa que terminó en placer es “mejor” para nosotros que un breve episodio doloroso que terminó mal.

Pero al mismo tiempo, muchas situaciones que acaban bien, en realidad, no llevan nada bueno en sí mismas. Nuestra parte responsable de la memoria no tiene en cuenta el tiempo que se ha perdido irremediablemente. Solo recordamos los buenos, pero mientras tanto los malos llevaron años que no se pueden devolver. Nuestro tiempo es limitado.

Por ejemplo, un hombre cumplió 30 años por un delito que no cometió, y cuando salió, recibió una indemnización. Parecía un final feliz para una historia infeliz. Pero 30 años han desaparecido, no los puedes recuperar.

Por lo tanto, lo que es bueno desde el principio es bueno, y un final feliz no siempre puede hacernos felices. Por el contrario, a veces lo que termina mal trae una experiencia tan valiosa que luego se percibe como algo bueno.

Frases para dejar de repetir a los niños

Muchos padres pueden recordar frases que les dijeron de niños que odiaban pero que continúan repitiendo cuando son adultos. Estos clichés son molestos, confusos o suenan como una orden. Pero, cuando estamos cansados, enojados o nos sentimos impotentes, estas frases memorizadas son las primeras que nos vienen a la mente: “¡Porque yo lo digo (a)!”, “Si tu amigo salta desde el noveno piso, ¿tú también saltarás?”. y muchos otros.

Intente abandonar el cliché; quizás esto lo ayude a establecer contacto con el niño.

1. "¿Cómo estuvo tu día?"

Quiere saber qué estaba haciendo el niño todo el tiempo que estuvo fuera porque está preocupado por él. Los padres hacen esta pregunta muy a menudo, pero muy rara vez reciben una respuesta inteligible.

La psicóloga clínica Wendy Mogel recuerda que el niño ya había vivido un día difícil antes de llegar a casa, y ahora debe rendir cuentas de todo lo que hizo. “Tal vez han sucedido muchos problemas y el niño no quiere recordarlos en absoluto. Exámenes escolares, peleas con amigos, hooligans en el patio: todo esto es agotador. “Informar” a los padres sobre cómo fue el día puede percibirse como otra tarea.

En lugar de "¿Cómo estuvo tu día"? decir: "Estaba pensando en ti cuando..."

Tal redacción, por extraño que parezca, será mucho más efectiva, ayudará a iniciar una conversación y aprender mucho. Muestras lo que pensabas sobre el niño cuando no estaba cerca, creas la atmósfera adecuada y te das la oportunidad de compartir algo importante.

2. “No estoy enojado, solo decepcionado”

Si tus padres te dijeron esto cuando eras niño (aunque sea en voz baja y tranquila), tú mismo sabes lo terrible que es escuchar esto. Además, hay mucha más ira escondida en esta frase que en el grito más fuerte. El miedo a decepcionar a tus padres puede ser una carga pesada.

En lugar de decir "No estoy enojado, solo estoy decepcionado", di "Es difícil para mí y para ti, pero juntos podemos lograrlo".

Con esta frase, demuestras que entiendes por qué el niño tomó la decisión equivocada, te solidarizas con él, te preocupas por él, pero quieres resolverlo todo con él. Tales palabras ayudarán al niño a abrirse, sin temor a ser culpable de todo.

Le ofreces un plan eficaz de acción conjunta, recordándole que sois un equipo, no un juez y un acusado. Busca encontrar una solución y no postergar el problema, ahogándose en el resentimiento y el dolor, lo que no beneficiará ni a usted ni al niño.

3. “¡Hasta que no comas todo, no te levantarás de la mesa!”

La actitud equivocada por parte de los padres hacia los problemas de nutrición puede conducir posteriormente a todo tipo de problemas en los hijos adultos: obesidad, bulimia, anorexia. El comportamiento alimentario saludable en los niños es una tarea difícil para los padres. Ellos, sin saberlo, le dan al niño las instrucciones equivocadas: exigen terminar todo lo que hay en el plato, consumir una cierta cantidad de calorías, masticar la comida 21 veces, en lugar de permitir que el niño se escuche a sí mismo y a su cuerpo.

En lugar de: "¡Hasta que no comas todo, no te levantarás de la mesa!" decir: “¿Estás lleno? ¿Quieren más?"

Dele a su hijo la oportunidad de aprender a prestar atención a sus propias necesidades. Luego, en la edad adulta, no comerá en exceso ni se morirá de hambre, porque se acostumbrará a escucharse a sí mismo y a controlar su cuerpo.

4. “El dinero no crece en los árboles”

La mayoría de los niños piden algo constantemente: un nuevo Lego, un pastel, el último teléfono. Con una declaración categórica, bloqueas el camino para el diálogo, te privas de la oportunidad de hablar sobre cómo se gana el dinero, cómo ahorrarlo, por qué se debe hacer.

En lugar de "El dinero no crece en los árboles", di "Planta una semilla, cuídala y tendrás una rica cosecha".

La actitud hacia el dinero se cría en la familia. Los niños lo ven manejar el dinero y lo copian. Explique que si el niño rechaza una dona ahora, puede poner este dinero en una alcancía y luego ahorrar para comprar una bicicleta.

5. “¡Bien hecho! ¡Gran trabajo!"

Parecería, ¿qué hay de malo en los elogios? Y el hecho de que tales palabras pueden formar en un niño la sensación de que es bueno solo cuando tiene éxito, e inculcarle el miedo a cualquier crítica, porque si te critican, entonces no les agradas.

Al mismo tiempo, los padres pueden abusar de este tipo de elogios y los niños generalmente dejarán de prestarles atención, percibiéndolos como palabras comunes.

En lugar de: “¡Bien hecho! ¡Gran trabajo!" solo demuestra que eres feliz.

A veces sincera alegría sin palabras: una sonrisa feliz, un abrazo significa mucho más. El psicólogo experto en crecimiento Kent Hoffman afirma que los niños son muy buenos para leer el lenguaje corporal y las expresiones faciales. “Las frases rutinarias y ensayadas no implican admiración genuina, y los niños la necesitan”, dice Hoffman. “Así que usa el lenguaje corporal para expresar admiración, orgullo y alegría, y deja que el niño asocie la emoción contigo, no con la situación”.

Sin duda, a veces los tópicos y tópicos ayudan: por ejemplo, cuando estamos preocupados, no sabemos cómo continuar el informe o iniciar una conversación. Pero recuerda: siempre es mejor hablar, si no suavemente, pero desde el corazón. Estas son las palabras que pueden tocar a quienes te escuchan.

No confíe en expresiones trilladas: piense por sí mismo, busque inspiración y motivación en libros, artículos útiles, consejos de profesionales experimentados, y no en frases generales y eslóganes vacíos.

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