Cómo se reproducen los hongos

Para muchos, esto será una sorpresa, pero lo que solíamos llamar un hongo es en realidad solo una parte de un organismo enorme. Y esta parte tiene su propia función: la producción de esporas. La parte principal de este organismo se encuentra bajo tierra y está entrelazada con hilos delgados llamados hifas, que forman el micelio del hongo. En algunos casos, las hifas pueden colgar en cordones densos o formaciones fibrosas que se pueden ver en detalle incluso a simple vista. Sin embargo, hay casos en los que solo se pueden ver con un microscopio.

El cuerpo fructífero nace solo cuando dos micelios primarios pertenecientes a la misma especie entran en contacto. Hay una combinación de micelio masculino y femenino, lo que da como resultado la formación de un micelio secundario que, en condiciones favorables, puede reproducir el cuerpo fructífero que, a su vez, se convertirá en el sitio de aparición de una gran cantidad de esporas. .

Sin embargo, los hongos no solo tienen un mecanismo de reproducción sexual. Se distinguen por la presencia de reproducción “asexual”, que se basa en la formación de células especiales a lo largo de las hifas, que se denominan conidios. En tales células, se desarrolla un micelio secundario, que también tiene la capacidad de dar frutos. También hay situaciones en las que el hongo crece como resultado de una simple división del micelio original en una gran cantidad de partes. La dispersión de las esporas ocurre principalmente debido al viento. Su pequeño peso les permite moverse con la ayuda del viento durante cientos de kilómetros en un período de tiempo relativamente corto.

Además, varios hongos pueden propagarse mediante la transferencia "pasiva" de esporas por parte de varios insectos, que pueden parasitar hongos y aparecer sobre ellos durante un período corto de tiempo. Las esporas también pueden ser propagadas por varios mamíferos, como los jabalíes, que accidentalmente pueden comerse el hongo. Las esporas en este caso se excretan junto con los excrementos del animal. Cada hongo durante su ciclo de vida tiene una gran cantidad de esporas, pero solo una pequeña cantidad de ellas cae en un entorno que afectaría favorablemente su posterior germinación.

Los hongos son el grupo más grande de organismos, con más de 100 mil especies, que tradicionalmente se consideran plantas. Hasta la fecha, los científicos han llegado a la conclusión de que los hongos son un grupo especial que ocupa su lugar entre las plantas y los animales, ya que en el proceso de su vida, son visibles las características inherentes tanto a los animales como a las plantas. La principal diferencia entre los hongos y las plantas es la ausencia total de clorofila, el pigmento que subyace a la fotosíntesis. Como resultado, los hongos no tienen la capacidad de producir azúcar y carbohidratos en la atmósfera. Los hongos, como los animales, consumen materia orgánica preparada que, por ejemplo, se libera en las plantas en descomposición. Además, la membrana de las células fúngicas incluye no solo micocelulosa, sino también quitina, que es característica de los esqueletos externos de los insectos.

Hay dos clases de hongos superiores: macromicetos: basidiomicetos y ascomicetos.

Esta división se basa en varias características anatómicas características de la formación de esporas. En los basidiomicetos, el himenóforo portador de esporas se basa en placas y túbulos, cuya conexión se realiza mediante pequeños poros. Como resultado de su actividad, se producen los basidios, formaciones características que tienen forma cilíndrica o en forma de maza. En los extremos superiores del basidio, se forman esporas, que se asocian con el himenio con la ayuda de los hilos más delgados.

Para el crecimiento de las esporas de ascomicetos se utilizan formaciones cilíndricas o en forma de saco, que se denominan bolsas. Cuando tales bolsas maduran, revientan y las esporas son expulsadas.

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