Cómo convertir a los pequeños quisquillosos en vegetales

Según el USDA, las verduras deben ser la base de nuestra dieta. Sin embargo, a los niños a menudo no les gustan las verduras por varias razones: no les gusta su sabor, textura o incluso color. En tal situación, aquí hay algunos consejos simples sobre cómo ayudar a sus comedores quisquillosos a establecer una relación saludable con los alimentos y las verduras.

Sirva las verduras primero. Si su familia no termina sus verduras a la hora de comer, considere comerlas como la primera comida del día: es más probable que los hogares hambrientos terminen todo lo que ponen en su plato primero. Luego pasa a otros alimentos y, de postre, ¡disfruta de un poco de fruta!

Añade verduras a tus meriendas. ¡La hora de la merienda es otra oportunidad para comer más vegetales! Trate de empacar almuerzos de bocadillos de vegetales y corte los vegetales en formas divertidas con cortadores de galletas para que sean más divertidos para los niños. Los dinosaurios se pueden tallar con pepinos y las estrellas se pueden hacer con pimientos dulces. Hay bastantes opciones de refrigerios saludables para los niños, y la fruta es otra excelente manera de llenar sus refrigerios con vitaminas y nutrientes.

Desayuno vegetal. El desayuno no es necesariamente solo cereal. Las frutas y verduras también son un gran desayuno. Considere servir verduras para el desayuno, como tostadas con puré de aguacate y tomates tibios.

Haga que su hijo se interese. Los niños a menudo son reacios a comer alimentos nuevos porque piensan que todo lo que no les es familiar es extraño. Enséñeles a sus quisquillosos a ver nuevos alimentos como parte de una emocionante aventura y deje que los niños se diviertan en la mesa mientras exploran el aspecto y el sabor de nuevas verduras y frutas. ¡Fomente la curiosidad!

Dígales a los niños de dónde viene la comida. A menudo, cuando los niños aprenden de dónde provienen los alimentos y cómo cultivarlos y prepararlos, se interesan y entusiasman más. Visitar granjas y mercados de agricultores donde puede comprar productos locales y permitir que los niños participen en la recolección y preparación de alimentos aumentará la probabilidad de que quieran comer verduras.

No se deje engañar por las verduras falsas. Las papas fritas y las galletas a menudo tienen colores, sabores artificiales y se etiquetan como refrigerios saludables con vegetales agregados, pero en realidad carecen de beneficios nutricionales y para la salud, y con frecuencia informan mal a los niños sobre el color, el sabor y la textura de los vegetales.

Hacer preguntas. Averigüe por qué a su hijo no le gustan ciertos alimentos. ¿Problema en apariencia, textura o sabor? Puede ser suficiente cortar, mezclar o limpiar algo, y el problema desaparece. Hablar de comida es una gran idea, porque a veces cuando los niños aprenden cuánto esfuerzo pones en preparar la comida y lo importante que es cada elemento de un plato para su organismo, es más probable que coman incluso lo que no les gusta.

Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para enseñar a los niños a comer sano y mejorar sus hábitos nutricionales. Para obtener los mejores resultados, también puede consultar a un nutricionista con su médico.

¡Coma vegetales con toda la familia y sea saludable!

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