Mejorar la autoestima para mantenerse saludable

Cómo nos tratamos a nosotros mismos afecta cómo nos sentimos. La autodegradación, la autocrítica excesiva pueden conducir a la depresión, crisis nerviosas e incluso enfermedades físicas. Comprueba: ¿Estás haciendo por ti mismo lo que harías por tu mejor amigo?

Todos merecemos ser tratados con comprensión y respeto. Esto es lo que esperamos de los demás. ¡Pero deberías empezar por ti mismo! Curiosamente, muy a menudo nos tratamos (y hablamos) con nosotros mismos de una manera que nunca lo haríamos con familiares, amigos e incluso conocidos: despiadadamente y de manera crítica.

Para muchos es más fácil admitir sus errores que sus méritos. Y no es seguro: la baja autoestima crea requisitos previos para la depresión y los trastornos de ansiedad. ¿No es hora de cambiar tu actitud hacia ti mismo para mejor?

1. Considere la realidad

No podemos cambiar lo que no vemos. La autoobservación es una condición previa necesaria para la acción. Si queremos dejar de devaluarnos, debemos entender cómo lo hacemos. Es fácil tomar por una valoración objetiva la opinión de esa voz interior que menosprecia nuestros méritos y señala las carencias.

Sin embargo, esta voz es solo una expresión de baja autoestima. Y tiene que ver con todo menos con la realidad. Al aprender a reconocer y evaluar correctamente estas declaraciones, puedes cambiar la forma en que te sientes contigo mismo.

2. Habla de ti mismo con respeto

Minimizar constantemente tus talentos y logros, hablar despectivamente de ti mismo, evitar cualquier atención, cultivar la modestia... Esta es una gran manera de mantener baja la autoestima. Las palabras importan, afectan profundamente nuestra percepción y la impresión que causamos en los demás.

Por lo tanto, empieza a hablar de ti mismo y de tus asuntos, evitando cualquier cosa que te retrate como una víctima o un perdedor crónico. Aceptar cumplidos sin poner excusas o negar el mérito. Reconocer la autoría de las buenas ideas.

Todo lo que se escribe sobre el perdón generalmente se refiere primero a los demás. Pero es igualmente importante aprender a perdonarse a uno mismo.

Felicítese por su éxito. Cuidado con el hábito de pensar mal de ti mismo y decir “¡Miente!” a tales pensamientos. cada vez que surgen. Desplazarlos pensando en su propia imagen favorable.

3. Descubre la estrella que llevas dentro

Albert Einstein creía que todo el mundo es un genio en su campo. Cantar, cocinar, correr, escribir libros, apoyar a los demás... Cuando mostramos talento, liberamos el resplandor de la estrella que vive dentro de nosotros e irradia confianza, encanto, confianza y conocimiento.

Cuanto más nos damos cuenta de nuestro talento especial, más lo expresamos (generalmente sin dificultad, porque es placentero) y la zona interior de confianza se expande. Determina cuál es tu verdadero talento y reserva tiempo en tu agenda para dedicarlo.

4. Perdónate

Todo lo que se escribe sobre el perdón generalmente se refiere primero a los demás. Pero es igualmente importante aprender a perdonarse a uno mismo. Al hacer esto, recuperamos nuestro valor ante nuestros propios ojos y nos sentimos más cómodos bajo la mirada de los demás.

Recuerda un evento que te haga arrepentirte. Revívala en la memoria junto con el contexto, incluido el lugar, la hora, el entorno y sus propios sentimientos y estado de ánimo en ese momento. Separe lo que pueda atribuirse a las circunstancias y otros participantes en los hechos de lo que realmente dependía de usted.

Saca las conclusiones necesarias de esto para el futuro y luego perdónate a ti mismo desde el fondo de tu corazón, tan sinceramente como perdonarías a alguien que te importa. Hiciste lo que pudiste en ese momento, y no hay necesidad de llevar la carga del pasado.

5. Ayuda a otros

Sentirse necesitado es extremadamente beneficioso para aumentar la autoestima. Responsabilizarse temporalmente del bienestar de quienes se encuentran en una situación difícil, ser voluntario o compartir experiencias, transferir conocimientos…

Es beneficioso para la autoestima reconocer que nuestra empatía activa, el altruismo, las palabras y la presencia misma calman y ayudan a los demás. Sobre todo si no subestimamos el valor de nuestras acciones y no actuamos desde la posición de un “siervo devoto”. Ofrecer ayuda, tiempo y consejo de igual a igual, con sencillez y dignidad.

6. Practica deportes

Una gran cantidad de estudios han confirmado el vínculo entre la autoestima y el ejercicio. Correr, caminar a paso ligero, nadar, montar a caballo, patinar sobre hielo, bailar, boxear… Todo esto nos devuelve al cuerpo y nos ayuda a sentirnos ágiles y fuertes.

El Ser es la parte densa y concentrada de nuestro ser, el corazón de la humanidad.

La autoestima sube y nos sentimos capaces de respetar nuestro territorio. Por no hablar de que practicar deporte regula el estado emocional y mejora la calidad del sueño. Y luego nos sentimos mejor “en nuestra propia piel” y nos volvemos más seguros.

7. Valora tu esencia

Hay hechos, resultados (errores y aciertos), circunstancias, eventos de la vida, y hay algo que es mucho más profundo. Hay superficie y hay profundidad. Está el “Yo” (temporal, incompleto, sujeto a la influencia de las circunstancias), y está el “Ser”: según Jung, esta es la suma de todas nuestras manifestaciones particulares.

El Ser es la parte densa y concentrada de nuestro ser, el corazón de la humanidad. Este es su valor, por lo que hay que cuidarlo y respetarlo. Despreciar, descuidar y devaluar la propia esencia sería maltratar la propia naturaleza humana. Comienza a escuchar tus necesidades, interesate en los deseos, respétalos y luego los demás los respetarán.


En la preparación del artículo, los materiales fueron utilizados por Allison Abrams, psicoterapeuta, autora de la columna "Caring for Self-Compassion" en Psychologytoday.com, y Glenn Shiraldi, psicólogo, autor de Ten Solutions for Improving Self-Esteem (Dix Solutions pour accroître l'estime de soi, Broquet, 2009).

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