¿Es más saludable la carne de pavo o jamón?

¿Es más saludable la carne de pavo o jamón?

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Es importante observar el porcentaje de carne en el producto, así como su cantidad de azúcar y la longitud de la lista de ingredientes.

¿Es más saludable la carne de pavo o jamón?

Si pensamos en alimentos procesados, rápidamente vienen a la mente productos como pizzas precocinadas, patatas fritas o refrescos. Pero, cuando salimos del espectro de lo que se denomina 'comida chatarra', seguimos encontrando una gran cantidad de alimentos procesados ​​aunque al principio no lo creamos.

Uno de estos ejemplos son los embutidos, un producto que 'damos por sentado' y que, por supuesto, se procesa. Dentro de estos encontramos los típicos Jamón de York y también las rodajas de pavo. ¿Son, entonces, un alimento saludable? Para empezar, es importante saber de qué están hechos estos alimentos. Jamón York, que por normativa se denomina jamón cocido, comenta Laura I. Arranz, doctora en nutrición, farmacéutica y dietista-nutricionista, que es un derivado cárnico de la pata trasera del cerdo sometido a un tratamiento de pasteurización térmica.

Dentro del jamón cocido, explica el profesional, se distinguen dos productos: la paleta cocida, “que es igual al jamón cocido pero procedente de la pata delantera del cerdo” y la fiambres de jamón cocido, así denominado “cuando el producto se elabora con una mezcla de carne de cerdo con almidones (almidones)”.

¿Es el pavo más saludable?

Si hablamos de carne de pavo, explica la dietista-nutricionista María Eugenia Fernández (@ m.eugenianutri) que nuevamente estamos ante un producto cárnico procesado en el que, esta vez, la base es la carne de pavo, «una especie de carnes blancas con alto contenido proteico y bajo en grasas.

A la hora de elegir la opción más saludable, la principal recomendación de Laura I. Arranz es fijarse en la etiqueta que está denominados jamón o pavo y no «embutidos de…», porque en este caso será un producto más procesado, con menos proteínas y con más carbohidratos. Además, le insta a que elija el que tenga la lista de ingredientes más corta posible. “Normalmente tienen algún aditivo para facilitar la conservación, pero cuanto menos mejor”, advierte. Por su parte, María Eugenia Fernández recomienda que la cantidad de azúcar en el producto sea baja (menos del 1,5%) y que el porcentaje de carne que contiene el producto esté entre el 80-90%.

El porcentaje de carne en estos productos debe ser al menos del 80%

En general, Laura I. Arranz comenta que no debemos consumir con frecuencia este tipo de productos, «para no quitarle espacio a otros productos de proteína fresca como el huevo o poco procesados ​​como el queso». Asimismo, si hablamos de elegir entre su versión 'normal' o la versión con 'aliño' (como las finas hierbas), la recomendación de María Eugenia Fernández es “añadir nosotras mismas el sabor y comprar el producto lo menos procesado posible”, como comenta que los aderezos muchas veces implican productos de menor calidad y una buena lista de aditivos. Arranz añade que en el caso concreto de los fiambres 'braseados', muchas veces lo único que incorporan son aditivos “del tipo sabor” y el producto ni siquiera está braseado.

Jamón York o Serrano

Para terminar, ambos profesionales debaten si es mejor opción optar por un tipo de embutido crudo, como los aquí analizados, o un embutido curado, como el jamón serrano o el lomo. Fernández dice que ambas opciones tienen pros y contras. “Con los embutidos curados nos aseguramos que la materia prima sea la carne, pero son más altos en sodio. Los crudos, por otro lado, tienen muchos aditivos. Por su parte, Arranz apunta que “son opciones similares”; El jamón y el lomo serranos pueden quedar bastante magros si no comemos la grasa, “pero pueden tener un poco más de sal y no hay opciones bajas en sal, como las hay entre los cocidos”. Como punto de cierre, es muy importante tener en cuenta qué porción se toma, y ​​que debe estar entre 30 y 50 gramos. “También es bueno combinarlos con otros alimentos, especialmente vegetales, como el tomate o el aguacate”, concluye.

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