Niños, padres y dispositivos: cómo establecer reglas y mantener buenas relaciones

Los dispositivos electrónicos se han convertido en parte de nuestras vidas, y esto no se puede cancelar. Por lo tanto, debe enseñarle a su hijo a vivir en el mundo digital y, tal vez, aprenderlo usted mismo. ¿Cómo hacer esto para mantener una relación cálida y evitar interminables disputas y resentimientos?

“¡Qué encontraron en estos artilugios! Aquí estamos en la infancia … ”- dicen a menudo los padres, olvidando que sus hijos crecen en un mundo nuevo y diferente, y pueden tener otros intereses. Además, los juegos de computadora no son solo un mimo, sino una oportunidad adicional para comunicarse con sus compañeros y ganar un cierto estatus en su sociedad.

Si le prohíbe completamente a su hijo usar aparatos y jugar juegos de computadora, lo hará en la casa de un amigo o en un descanso en la escuela. En lugar de una prohibición categórica, vale la pena discutir con el niño las reglas para usar dispositivos y las reglas de comportamiento en el espacio digital: el libro de Justin Patchin e Hinduja Sameer lo ayudará con esto, “Escrito permanece. Cómo hacer que la comunicación por Internet sea segura.

Sí, tus hijos no eres tú, y sus clases pueden parecerte incomprensibles e incluso aburridas. Pero es mejor apoyar el interés del niño, descubrir qué le gusta en este o aquel juego y por qué. Después de todo, lo más importante en su relación es la confianza y el respeto mutuo. Y no una lucha, control estricto y prohibiciones.

Mitos sobre gadgets y juegos

1. Las computadoras te vuelven adicto a las apuestas

De hecho, el uso descontrolado de dispositivos puede tener malas consecuencias: sobrecarga emocional, dificultades de socialización, falta de actividad física, problemas de salud y adicción al juego. Esto último se expresa en la sustitución de la vida real por una virtual. Una persona que padece tal adicción se olvida de satisfacer las necesidades de comida, agua y sueño, se olvida de otros intereses y valores, y deja de aprender.

¿Qué se debe recordar? En primer lugar, no son los aparatos en sí mismos los que son dañinos, sino su uso descontrolado. Y en segundo lugar, la adicción al juego no suele ocurrir debido a su presencia.

No confundas causa y efecto: si un niño pasa mucho tiempo en el mundo virtual, significa que se esconde allí por problemas y dificultades en la escuela, la familia o las relaciones. Si no se siente exitoso, inteligente y confiado en el mundo real, lo buscará en el juego. Por lo tanto, antes que nada, debe prestar atención a la relación con el niño. Y si se trata de una adicción con todos sus síntomas inherentes, póngase en contacto con un especialista.

2. Los juegos de computadora hacen que los niños sean agresivos

Numerosos estudios han demostrado que no existe un vínculo entre los videojuegos y la violencia adolescente más adelante en la vida. Los preadolescentes que jugaban mucho a juegos violentos no mostraron un comportamiento más agresivo más tarde que los que jugaban poco o nada. Por el contrario, al luchar en el juego, el niño aprende a sacar la ira de forma ecológica.

¿Cómo establecer reglas para el uso de gadgets?

  • Sobre todo, sea coherente y lógico en sus requisitos. Formule su posición interna y sus reglas. Si decide que el niño no juega más de 2 horas al día, entonces no debería haber excepciones para esto. Si te desvías del marco establecido, será difícil volver a ellos.
  • Cuando prohíba algo, confíe en los hechos y no en el miedo, la ansiedad y la incomprensión. Por ejemplo, hable sobre el hecho de que la luz de la pantalla y la necesidad de mirar en los pequeños detalles reduce la visión. Pero debe tener confianza en su conocimiento: si no tiene una posición estable sobre el tema, la información contradictoria hará que el niño dude.

Gadgets: ¡tiempo!

  • Acuerde con el niño a qué hora y cuánto puede jugar. Como opción, después de completar las lecciones. Lo principal es determinar el tiempo del juego no por prohibiciones ("es imposible por más de una hora"), sino por la rutina diaria. Para hacer esto, debe evaluar qué está haciendo la vida real del niño: ¿hay lugar para pasatiempos, deportes, pasatiempos, sueños e incluso dificultades?
  • También decida cuándo usar dispositivos es extremadamente indeseable: por ejemplo, durante las comidas y una hora antes de acostarse.
  • Enséñele a su hijo a llevar la cuenta del tiempo. Los niños mayores pueden poner un cronómetro, y los más pequeños avisar con 5-10 minutos de antelación que se acaba el tiempo. Entonces podrán controlar la situación: por ejemplo, a veces necesitas completar una ronda importante en el juego y no defraudar a tus compañeros con una salida inesperada de la red.
  • Para motivar a un niño a terminar el juego con tranquilidad, utiliza la regla de los 10 minutos: si pasado el tiempo guarda el aparato sin caprichos ni resentimientos innecesarios, al día siguiente podrá jugar 10 minutos más.

¿Qué no se puede hacer?

  • No reemplace la comunicación en vivo con su hijo con dispositivos. A veces es suficiente seguir su comportamiento para comprender por qué el niño se comporta de una forma u otra. Mira cuánto tiempo pasas frente a la pantalla. ¿Usted y su hijo tienen intereses comunes y tiempo juntos?
  • ¡No castigue ni anime a su hijo con aparatos y juegos de computadora! Así que tú mismo formarás en él la sensación de que están sobrevalorados. ¿Cómo puedes desvincularte del juego, si mañana por el castigo no puede ser?
  • No distraiga al niño con la ayuda de un dispositivo de experiencias negativas.
  • No uses frases como “Deja de jugar, ve a hacer tu tarea” como palanca principal. Puede ser difícil para un adulto motivarse y cambiar la atención, pero aquí se requiere que el niño se controle regularmente. Además, esta habilidad también se ve reforzada por la motivación negativa: “Si no haces los deberes, me quedo con la pastilla durante una semana”. La corteza prefrontal del cerebro, responsable del autocontrol y la fuerza de voluntad, se forma antes de los 25 años. Por lo tanto, ayude al niño y no le exija lo que un adulto no siempre puede hacer.

Si está negociando y estableciendo nuevas reglas, prepárese para el hecho de que estos cambios no ocurrirán de la noche a la mañana. Tomará tiempo. Y no olvide que el niño tiene derecho a estar en desacuerdo, estar enojado y molesto. Es tarea de un adulto soportar los sentimientos del niño y ayudarlo a vivir.

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