Pequeñas lecciones de simplicidad

Siempre hay suficientes personas que quieren hacernos la vida difícil. Pero los expertos, psicoterapeutas y entrenadores te ayudarán a hacerlo más fácil. Algunos consejos sobre cómo deshacerse de la basura emocional y limpiar la casa y los pensamientos.

Las relaciones con un ser querido están a punto de romperse, las cosas se caen de un armario abarrotado, una docena de extraños llaman a "amigos" en las redes sociales, no queda espacio libre en una hoja de papel con una tarea pendiente lista… Cuando las manos caen frente a muchas tareas, y la ansiedad y el estrés abruman, compitiendo con el flujo de información, es hora de darle vida a la simplicidad y la claridad, a revisar y deshacerse de todo lo superfluo.

Hacerte la vida un poco más fácil no significa dejar que todo siga su curso, mostrando despreocupación y frivolidad. Esto significa liberar espacio personal, externo e interno, para finalmente llenarlo con lo realmente costoso, para enfocarte en tus necesidades, metas y valores. Tal puesta en orden le permite salir de un estado pasivo y asumir la responsabilidad de la vida.

Algunos consejos sobre cómo ganar poder sobre las cosas, los sentimientos, las relaciones.

1. Usa el “piloto automático”

Parecería que cuantas más acciones conscientes realicemos, mejor. Pero no lo es. La necesidad de gestionar deliberadamente cada paso provoca fatiga en las decisiones. El término fue acuñado por el psicólogo Roy Baumeister de la Universidad de Florida. Si la energía que gastamos en planificar acciones se está agotando, el cerebro intenta por todos los medios evitar tomar nuevas decisiones. Esto conduce a la elusión, la fatiga y la enfermedad.

La salida es convertir la mayoría de las actividades diarias en una rutina, dice la artista y bloguera Yana Frank, autora del libro “La musa y la bestia”. Cómo organizar el trabajo creativo” (Mann, Ivanov y Ferber, 2017). Todo lo que nos es familiar, lo hacemos sin la participación de las emociones y con un gasto mínimo de energía. No decida si hacer ejercicios por la mañana y hacer las compras el sábado, simplemente hágalo. Cuantos más hábitos diarios desarrolle, más hará y menos estrés experimentará. Y para que la tarea se convierta en una rutina, debe hacerlo regularmente, aproximadamente a la misma hora. En veinte días, cambiará al piloto automático, liberando su fuerza para la creatividad, la comunicación, el amor.

2. Desafía tus creencias irracionales

Las emociones malsanas y destructivas a menudo nos impiden vivir: parecen cegarnos, nos privan del control sobre la situación y la capacidad de seguir nuestras metas. "¿Qué hacer? Descubra qué creencias irracionales causaron esta emoción, cámbielas por otras racionales y solo entonces actúe”, explica el psicoterapeuta cognitivo Dmitry Frolov. Una de estas creencias es exigir expectativas de uno mismo, de los demás y del mundo (“Siempre debo complacer a la gente porque quiero”). Desafiarlo significa comprender que ni nosotros mismos, ni otras personas, ni el mundo estamos obligados a conformarnos a nuestros deseos. Pero podemos intentar influir en todo esto para que los deseos se hagan realidad.

Hay muchos fenómenos complejos en el mundo, pero casi nada puede llamarse verdaderamente insoportable.

Otra creencia es la desvalorización o idealización de uno mismo y de los demás (“Soy un fracasado si no me agradan” o “Soy un tipo duro si me agradan”). Cuestionarlo significa comprender que todos tienen ventajas y desventajas, cuya escala es subjetiva y relativa. Para desafiar la tercera creencia, "catástrofe" (la percepción de los problemas como un horror universal), le ayudará recordar que los eventos verdaderamente terribles son raros y tenemos formas de lidiar con ellos.

Finalmente, al desafiar la intolerancia a la frustración, el tratamiento de las cosas complejas como insoportablemente complejas, llegaremos a la idea de que hay muchos fenómenos complejos en el mundo, pero casi nada puede llamarse verdaderamente insoportable. Como resultado de ese trabajo, experimentaremos emociones saludables con más frecuencia, disfrutaremos más de la vida y enfrentaremos las dificultades con mayor facilidad.

3. Deshazte de la basura regularmente

Ropa, utensilios, souvenirs, medicamentos viejos se acumulan imperceptiblemente en armarios y estantes, abarrotando el espacio y perturbando la tranquilidad. “Guarda solo lo que trae alegría a la casa”, insta Marie Kondo, autora del Método KonMari y del libro Limpieza Mágica (E, 2015). ¿Cómo? Saque todas las cosas de los estantes, sostenga cada una en sus manos. Escuche para ver si ella evoca sentimientos cálidos. Si esto te hace feliz, quédatelo. El que decidas deshacerte, gracias por el buen servicio.

Los elementos que son queridos como recuerdo de los acontecimientos del pasado son a veces la principal fuente de desorden. Kondo se ofrece a pasar un tiempo con algo valioso para nosotros, tomarle una foto y aceptar el hecho de que ya no pertenece a la vida actual.

Tirando todo lo superfluo, puede comenzar a restaurar la limpieza. “Cuando limpias, tienes una comprensión muy clara de lo que necesitas y no necesitas en la vida, lo que debes y no debes hacer”, concluye. "Y deshazte de la secundaria por el bien de la principal".

4. Vuelta al presente

¿Por qué esto facilita las cosas? “Porque solo a partir del momento actual podemos influir en la vida real y construir relaciones saludables”, dice la entrenadora Natalia Mozhzhanova. A veces, al comunicarnos con una persona, experimentamos sentimientos por ella que son inconmensurablemente más fuertes que la situación que supuestamente los causó.

Haz un ejercicio sencillo. Escribe en un papel el nombre de esta persona y los sentimientos que tienes por ella. Recuerda a quién te recuerda, preferiblemente a alguien de la infancia. Piense en cómo estas dos personas son similares: apariencia, edad, movimientos, acciones, rasgos de carácter: escriba de 5 a 10 puntos.

Es importante separar al interlocutor de la “imagen del pasado” y darnos cuenta de que ahora tenemos una persona diferente frente a nosotros

“Por la similitud, parecías “poner” la imagen de una persona en otra y trasladarle esos sentimientos”, explica la experta. Para volver a la realidad, piensa en cómo estas personas son diferentes. Aunque esto no es fácil, concéntrese en las diferencias tanto como sea posible y anote de 5 a 10 puntos.

El ejercicio ayuda a separar al interlocutor de la “imagen del pasado” ya darse cuenta de que con quien nos encontramos ahora es una persona diferente. Esto reduce el estrés y permite una comunicación efectiva.

5. Conviértete en un “arco”

“Si queremos descargar nuestra vida, debemos cargarla con algo fantásticamente útil”, dice la logoterapeuta Svetlana Shtukareva. – En la antigüedad, para que el arco se mantuviera firme, se colocaba una carga encima. Pero carga no es sinónimo de basura. Esta es la meta a realizar, esta es la exigencia del momento a la que damos a la vida una respuesta significativa. Lo más simple que se puede hacer para fortalecer el "arco" es mirar cuidadosamente a su alrededor: ¿qué es exactamente lo que nos requiere en este momento en mayor medida? Pueden ser cosas muy sencillas, pero necesarias en el momento: pedir perdón, hacer un pastel, cambiarle el pañal a un enfermo, mirar al cielo…

“Si no respondes, entonces la oportunidad de cumplir con la demanda del momento morirá”, explica el experto. “La inmortalidad de algo importante depende de nosotros, ya sea una palabra o un hecho: podemos dar vida a algo al realizarlo en el espacio”. Necesitamos tales desafíos de sentido, que no compliquen el ser, sino que, por el contrario, llenen el “vacío existencial” (expresión de Viktor Frankl) con lo que realmente nos es querido.

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