Miofascitis por macrófagos

Miofascitis por macrófagos

Qué es ?

La miofascitis por macrófagos se caracteriza por lesiones histopatológicas (enfermedad que afecta a los tejidos). Se trata de consecuencias miopatológicas, es decir que impactan en el tejido muscular.

Esta enfermedad se ha descrito tras una biopsia humana, de un paciente adulto y en 3 niños. Se ha destacado el daño dentro de las fibras musculares sin la presencia de necrosis. El examen de estas lesiones (microsondas nucleares, microanálisis radiográficos, espectrometría de absorción atómica) permitió comprender que este daño estaba compuesto por sales de aluminio. Estas sustancias se utilizan ampliamente en un gran número de vacunas administradas por vía intramuscular. También se ha demostrado que ninguna razón subyacente estaba causando la enfermedad. De hecho, las personas sanas (no enfermas, que tengan un estilo de vida saludable, etc.) pueden verse afectadas por la enfermedad después de una vacuna. (1)

Inicialmente, se desconocía el origen exacto de la enfermedad. Se habían suscitado sospechas sobre una causa medioambiental, infecciosa y de otro tipo. El trabajo científico realizado entre 1998 y 2001 determinó que la causa exacta de la enfermedad fue la absorción del hidróxido de aluminio presente en las vacunas. Exámenes de imágenes microscópicas de componentes internos: los macrófagos han mostrado la presencia constante de inclusiones causadas por estas sales de aluminio. Estos compuestos se utilizan como adyuvantes en vacunas. La miofascitis por macrófagos se encuentra exclusivamente en el deltoides en adultos y en el cuádriceps en niños.

Síntomas

Los principales síntomas asociados a la enfermedad son los siguientes:

- Dolor crónico en los músculos: el desarrollo del cual es bastante lento (durante un período de algunos meses). Estos síntomas afectan entre el 55 y el 96% de los pacientes afectados por la enfermedad. Se ha demostrado que estas manifestaciones clínicas generalmente se desarrollan a distancia de las pequeñas costillas y se extienden gradualmente por todo el cuerpo. Para una minoría de pacientes, este dolor muscular conduce a complicaciones funcionales. Además, con frecuencia se identifica dolor en la columna. Estos dolores a menudo se sienten tan pronto como la persona se despierta y se acentúan durante los ejercicios físicos y las actividades diarias;

- fatiga crónica, que afecta entre el 36 y el 100% de los pacientes. Esta intensa fatiga suele provocar una reducción de las actividades diarias de la persona, tanto mentales como físicas;

- Anomalías cognitivas, consecuencias olvidadas durante mucho tiempo en la enfermedad. Estas manifestaciones resultan en depresión, disminución del rendimiento cognitivo e intelectual, trastornos de atención, etc.

Otros signos característicos también pueden estar asociados con la enfermedad. Estos incluyen manifestaciones psiquiátricas, particularmente trastornos del estado de ánimo.

En algunos pacientes también se han notificado disnea (dificultad para respirar) y dolores de cabeza.

Los orígenes de la enfermedad

El origen de la enfermedad es la presencia de hidróxidos de aluminio en vacunas inyectadas a pacientes por vía intramuscular.

La miofascitis por macrófagos afecta tanto a hombres como a mujeres, adultos y niños, sin una afección subyacente específica, después de la vacunación. Los adultos generalmente se ven afectados después de una vacuna en el deltoides, mientras que los niños se ven afectados después de una inyección en el cuádriceps.


Las vacunas más afectadas por la presencia de sales de aluminio como adyuvante son:

1. vacuna contra la hepatitis B: 84%;

2. la vacuna contra el tétanos: 58%;

3. vacuna contra la hepatitis A: 19%.

Además, se ha demostrado que la presencia de sales de aluminio en el organismo es persistente. O que la realización de una biopsia de tejido muscular pueda atestiguar la presencia de estos compuestos cuyo origen es una vacuna que se remonta a varios años. (3)

También parecería que existen predisposiciones en algunas personas, no permitiéndoles eliminar adecuadamente las sales de aluminio que se encuentran en las vacunas y en este sentido, verlas acumularse en el tejido muscular.

Los factores de riesgo

Los factores de riesgo individuales para el desarrollo de la enfermedad no se han demostrado claramente.

Se ha demostrado un vínculo entre los síntomas sistémicos y el desarrollo de la enfermedad en una pequeña proporción de casos de miofascitis por macrófagos.

Además, se han sospechado predisposiciones genéticas, particularmente en casos repetidos de la enfermedad dentro de los mismos hermanos. Algunas investigaciones científicas han demostrado que una herencia genética particular podría tener un impacto en la persistencia de las sales de aluminio en el tejido muscular. La patología se caracteriza por un aumento de CCL2 / MCP-1 circulante, una citoquina involucrada en la penetración de nanopartículas en el cerebro. Los cambios genéticos en los genes que codifican esta molécula podrían ser un factor de riesgo adicional para desarrollar la enfermedad.

Prevención y tratamiento.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza según varios signos clínicos más o menos visibles. De hecho, el primero se refiere a la presencia de sales de aluminio, a partir de una inyección de vacuna, en el tejido muscular.

Además, la presencia de mialgia (dolor muscular) en el deltoides asociada con la identificación de hidróxidos de aluminio dentro de este tejido y evidencia del desarrollo de la patología en adultos.

La determinación de las manifestaciones clínicas (dolor muscular crónico, fatiga crónica y alteraciones cognitivas) también permite establecer o no el diagnóstico de la enfermedad.

Un diagnóstico positivo de la enfermedad implica la detección de lesiones en los macrófagos deltoides en adultos y en los cuádriceps en niños.

En 1/3 de los casos, un aumento en el nivel de creatincinasa plasmática es característico de la patología. Sin embargo, este nivel de citocinas anormalmente alto puede estar relacionado con otras enfermedades inflamatorias o del sistema inmunológico. En este sentido, se deben realizar exámenes adicionales para eliminar cualquier sospecha de otra causa.

El electrodiagnóstico, MRI (Magnetic Resonance Imaging) de los músculos generalmente permite aprobar o no las primeras opiniones.

Deje un comentario