Mi hijo come mucho. ¿Come demasiado?

Cómo ayudarlo a comer menos: hacer que su hijo coma a una hora determinada

¡Difícil a esta edad durar hasta las 13 pm o las 20:30 pm! Consecuencia: mordisqueará antes de sentarse a comer y así aumentará su ingesta ya que, a diferencia de un niño que tiene poco apetito y objeciones una vez que llega a la mesa, seguirá teniendo hambre delante de su plato.

Nunca alimente a su hijo frente al televisor

Cuando está cautivado por la pantalla, es incapaz de reconocer el señales de saciedad que su organismo le envía naturalmente. Combine sistemáticamente verduras y almidones. Los primeros dan volumen al plato, mientras que los segundos favorecen la saciedad. Y aquellos que no se centran especialmente en los tomates o la coliflor los comen más fácilmente cuando se sirven con papas o pasta.

Evite que su hijo coma bocadillos y limite el azúcar

 

La repetición de pequeñas ingestas de alimentos altera su percepción del hambre. Pero a veces un niño que dice 'tengo hambre' en realidad tiene hambre y no solo anhela una galleta extra. Luego, dele a elegir entre fruta o yogur, preferiblemente natural. Rico en proteína, los productos lácteos tienen la ventaja de cuajar bien. La rebanada de pan, satanizada durante demasiado tiempo, también está permitida, incluso para quienes tienen un ligero sobrepeso. Por otro lado, limite los alimentos demasiado dulces, que aportan poca nutrición. 

Anime a su hijo a practicar deportes

Compense su buen tenedor animándolo a muévete más. Es cierto que a esta edad, en ocasiones, es difícil inscribirlo en una actividad deportiva propiamente dicha. Pero ir a la escuela de vez en cuando a pie, correr en el parque, saltar la cuerda o subir uno o dos pisos también es bueno. Para toda la familia.

El instinto alimenticio de su hijo

A esta edad, su instinto para comer todavía es relativamente seguro. A diferencia de lo que sucede en los adultos, los mecanismos del hambre en él aún no se han visto alterados por dietas repetidas, refrigerios o horarios de comida escalonados. Resultado: su sensación de hambre suele coincidir con sus necesidades reales. Y así como es común decir que un niño sano nunca se dejará morir de hambre, se puede decir que si un niño tiene buen apetito, su cuerpo realmente necesita estas calorías. Porque se esfuerza mucho, porque está creciendo o simplemente porque tiene un metabolismo que naturalmente quema mucha energía.

Consultar al pediatra

Antes de decretar que come demasiado y de poner en marcha una serie de medidas para limitar su ingesta alimentaria, es fundamental contar con su curvas de peso y tamaño por un médico. Estas nociones de "comer en exceso" o "comer muy poco" son demasiado subjetivas. Y las consecuencias de una dieta innecesaria o inapropiada en un niño en crecimiento son demasiado graves para basarse únicamente en los sentimientos.

En video: Mi hijo es un poco redondo

Deje un comentario