osteosclerosis

osteosclerosis

La osteosclerosis es un aumento, localizado o difuso, de la densidad ósea. El diagnóstico generalmente se basa en síntomas y una serie de exámenes de rayos X. Los síntomas más comunes son fragilidad ósea, anomalías morfológicas y sanguíneas. No existe un tratamiento para la osteosclerosis, que generalmente es irreversible, pero la dieta y la actividad física regular pueden prevenir su aparición y desarrollo. 

Osteosclerosis, ¿qué es?

Definición

La osteosclerosis se caracteriza por el engrosamiento del hueso trabecular que resulta en un aumento de la densidad ósea. También llamado hueso esponjoso, el hueso trabecular es la parte central de los huesos. Consiste en vanos en forma de placas o columnas conectadas entre sí y rodeadas de tejido compuesto por grasas y células madre, y muy vascularizado. El hueso esponjoso representa solo el 20% del esqueleto adulto, principalmente forma los huesos pequeños (vértebras).

Tipos

Hay dos tipos de osteosclerosis:

  • Localizado, al nivel de una pequeña porción del esqueleto;
  • Difuso, cuando afecta a una gran área del esqueleto (por ejemplo, toda la columna).

Causas

Lesiones óseas

La osteosclerosis puede ocurrir como una reacción al daño óseo, como una fractura ósea, inflamación ósea, cáncer óseo u osteoartritis.

La osteopetrosis

La osteopetrosis es la forma más conocida de osteoclerosis. La osteopetrosis es una enfermedad hereditaria poco frecuente debida principalmente a la disfunción de los osteoclastos, las células encargadas de destruir el hueso viejo. Como el cuerpo no recicla las células óseas viejas, aumenta la densidad ósea y la forma de los huesos se altera. Existen diferentes formas de osteopetrosis que varían en el curso desde la muerte en el útero hasta la forma que permanece completamente asintomática.

Displasias óseas

La osteosclerosis puede ocurrir durante la displasia ósea, un trastorno del desarrollo del hueso que da como resultado una anomalía en la forma, el volumen o la función. La displasia ósea puede afectar los huesos del cráneo, la cara, los huesos largos del cuerpo o todo el esqueleto. 

La osteosclerosis también puede manifestarse en el contexto de patologías más amplias que también involucran displasia ósea, en particular hiperostosis (enfermedad de Caffey, melorreositis), síndrome de Worth, enanismo hiperostótico de Lenz-Majewski, enfermedad de Pyle, enfermedad de Engelmann o picnodisostosis, una patología caracterizada por osteosclerosis del esqueleto, baja estatura y fragilidad ósea.

Las enfermedades metabólicas

La osteosclerosis también puede manifestarse en ciertas enfermedades metabólicas como:

  • Envenenamiento con plomo, arsénico, berilio o bismuto;
  • Una cantidad excesiva de vitamina A y D;
  • Osteosclerosis asociada con el virus de la hepatitis C;
  • Fluorosis, patología ligada a un exceso de fluoruros;
  • Pseudohipoparatiroidismo, un grupo de enfermedades muy raras caracterizadas por un defecto en la expresión de la hormona paratiroidea, una hormona que regula el nivel de calcio en la sangre;
  • Osteomalacia, una osteopatía generalizada en adultos, principalmente relacionada con la deficiencia de vitamina D y caracterizada por un defecto en la mineralización ósea;
  • Insuficiencia renal
  • Raquitismo, enfermedades que se caracterizan por una calcificación insuficiente de huesos y cartílagos y por deficiencia de vitamina D y calcio.

     

Otras causas

La osteosclerosis puede manifestarse en otros casos:

  • Ionización por radiación o intoxicación por drogas intravenosas;
  • Los linfomas
  • Leucemias;
  • Sarcoidosis, una enfermedad inflamatoria sistémica de causa desconocida; 
  • La enfermedad de Paget, una enfermedad ósea benigna y localizada caracterizada por un recambio óseo acelerado;
  • Ciertos cánceres de la sangre (enfermedad de Vaquez) o de la médula espinal (mielofibrosis);
  • anemias;
  • Osteomielitis, una infección del hueso causada con mayor frecuencia por bacterias;

Diagnóstico

El diagnóstico generalmente se basa en síntomas y una serie de exámenes de rayos X:

  • La radiología convencional permite resaltar huesos densos y deformados;
  • La tomografía computarizada permite diagnosticar posibles compresiones nerviosas en el cráneo;
  • La resonancia magnética (MRI) mide la actividad de la médula ósea;
  • La gammagrafía ósea puede identificar las áreas más densas que aparecen más opacas en las imágenes.

En algunos casos, es posible que se necesiten análisis de sangre y pruebas de coagulación de la sangre para hacer un diagnóstico. La osteosclerosis puede ocurrir a todas las edades, tanto en hombres como en mujeres.

Los síntomas de la osteosclerosis.

La osteosclerosis puede ser asintomática, pero también puede conducir al desarrollo de diferentes síntomas según su causa.

Fragilidad ósea

El engrosamiento de los huesos debilita la estructura ósea, los huesos se fracturan más fácilmente.

Anomalías morfológicas

Cuando tiene un origen genético, la osteosclerosis puede provocar una anomalía en el crecimiento óseo provocando una deformación morfológica de las estructuras óseas (frente prominente; retraso del crecimiento; aumento del volumen del cráneo, manos o pies, etc.)

Anomalías de la sangre

El aumento de la densidad ósea conduce a una disminución de la cantidad de médula ósea, lo que puede provocar una disminución de la producción de células sanguíneas y provocar anemia (causa fatiga intensa), infecciones o hemorragias.

Aumento de la presión intracraneal

Cuando la osteosclerosis afecta los huesos del cráneo, especialmente en algunas osteopetrosis, puede conducir a un aumento de la presión intracraneal y comprimir los nervios craneales causando parálisis facial, disminución de la visión y / o audición.

Tratamientos para la osteosclerosis

No existe ningún tratamiento para la osteosclerosis, que suele ser irreversible. Sin embargo, es posible considerar:

  • Tomar corticosteroides para fortalecer los huesos;
  • Trasplante de médula ósea para la osteopetrosis que se manifiesta en la infancia;
  • Cirugía plástica para corregir deformidades óseas graves, especialmente de la cara y la mandíbula.

Además, las fracturas, anemia, hemorragias, deficiencias (calcio y vitamina) e infecciones deben tratarse caso por caso. Bajar de peso ayuda a limitar la carga sobre los huesos. 

Prevenir la osteosclerosis

Dieta

Las deficiencias de vitaminas y calcio se pueden prevenir con dietas basadas en:

  • Alimentos ricos en calcio: lácteos, verduras, ciertas frutas, frutos secos y conservas de pescado como las sardinas;
  • Alimentos ricos en vitamina D como pescado graso, huevos e hígado

Actividad física

Los ejercicios con pesas como caminar, correr, bailar, jugar a la pelota y caminar a paso ligero se asocian con un riesgo reducido de osteoporosis. El entrenamiento de fuerza también es útil. Finalmente, el yoga y el pilates mejoran la fuerza y ​​el equilibrio. 

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