La fascitis plantar

La fascitis plantar

La fascia es un dolor resultante de un traumatismo en la membrana fibrosa gruesa denominada aponeurosis plantar: ubicada debajo del pie, se extiende desde el talón hasta la base de los dedos. La fascia afecta con mayor frecuencia a los deportistas y a los ancianos. En el 95% de los casos se puede tratar sin recurrir a la cirugía.

¿Qué es la aponeurosis?

Definición de fascitis

La fascia es un dolor resultante de un traumatismo en la membrana fibrosa gruesa denominada aponeurosis plantar: ubicada debajo del pie, se extiende desde el talón hasta la base de los dedos. Gracias a su rigidez, la fascia plantar juega un papel de soporte para el pie. Absorbe los golpes cuando se apoya en el suelo y luego cuando el pie se desenrolla. Por otro lado, esta falta de elasticidad la hace poco resistente a tensiones repetidas o inusuales.

La fascia se presenta principalmente como un alargamiento agudo o crónico de la fascia plantar y, más raramente, su desgarro. No debe confundirse con la fascitis plantar que resulta de la inflamación de la fascia plantar.

Tipos de fascitis

Se pueden distinguir tres tipos de fascitis:

  • Fascia relacionada con la afectación de la parte posterior de la fascia plantar, que causa dolor debajo del hueso del talón;
  • Fascia relacionada con la afectación del cuerpo de la fascia plantar, que causa dolor debajo del pie;
  • La ruptura de la aponeurosis plantar, que puede ocurrir repentinamente luego de un esfuerzo violento (arrancar, empujar, recibir un salto) sobre una aponeurosis plantar sana o debilitada.

Causas de la fascia

La causa más común de fascitis es un acortamiento o retracción de los músculos de la pantorrilla, lo que provoca una tensión mecánica excesiva en la fascia plantar.

Diagnóstico de fascia

El médico tratante puede hacer el primer diagnóstico de fascitis al examinar el pie. Se confirma cuando el dolor se desencadena por una fuerte presión del pulgar debajo del talón en la parte posterior del pie, cuando está en hiperextensión. El dolor también puede estar en el borde interno del pie.

La radiografía, que no es obligatoria, puede revelar la presencia de una columna del calcáneo o de la columna de Lenoir, una excrecencia calcificada debajo del hueso del talón. Si contrariamente a la idea comúnmente aceptada, no es responsable del dolor, atestigua en cambio el exceso de trabajo crónico de la región de inserción de la aponeurosis plantar.

Es posible que se necesiten otras pruebas, como la resonancia magnética (IRM), si se sospecha la rotura de la fascia plantar.

Personas afectadas por la fascia

La fascia representa aproximadamente del 11 al 15% de los motivos de consulta por dolor de pie. Los deportistas y los ancianos son los primeros afectados.

Factores que favorecen la fascia

Muchos factores de riesgo son responsables de la fascitis. Entre los más comunes se encuentran:

  • Desequilibrios mecánicos del pie como pies huecos o planos;
  • Músculos delgados de la pantorrilla;
  • Un tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón, rígido;
  • Usar zapatos que no tengan un buen soporte, como chanclas o tacones altos;
  • Aumento de peso repentino, por ejemplo durante el embarazo o sobrepeso;
  • Un aumento repentino en el número de pasos que caminó o corrió;
  • Mala postura de los pies en corredores o bailarines habituales;
  • Peso excesivo en el pie debido a la bipedestación prolongada y recurrente.

Los síntomas de la fascia

Sensación de "uñas en el talón"

Los pacientes describen dolor en la base del talón, especialmente al levantarse por la mañana, al ponerse de pie. Descrito como una sensación de "clavo en el talón", por lo general desaparecen después de cinco a diez minutos y regresan más tarde en el día. Algunos pacientes pueden experimentar dolor en el costado del pie al caminar.

Dolor intermitente

El dolor puede empeorar a veces. Los síntomas empeoran especialmente al caminar, durante períodos prolongados de pie o después de períodos de descanso.

Dolor agudo en el talón

El dolor agudo en el talón, a veces acompañado de una ligera hinchazón local, puede indicar un desgarro.

Tratamientos para la fascia

Primero, se trata de poner los pies en reposo y cuidarlos:

  • Da pasos más cortos;
  • Reducir las actividades, especialmente las que causan dolor;
  • Evite caminar descalzo;
  • Hacer masajes;
  • Aplique hielo en el punto dolorido, diez minutos cada hora;
  • Estire los pies con una toalla;
  • Haga rodar una pelota debajo de las plantas de los pies sin causar dolor;
  • Coloca un pañuelo en el suelo e intenta agarrarlo con los dedos de los pies.
  • Al mismo tiempo, los tratamientos para la fascitis pueden consistir en:
  • Use correas adhesivas o vendajes que apoyen el arco del pie;
  • Use tacones acolchados deslizados en los zapatos;
  • Realizar ejercicios de estiramiento de pantorrillas que se puedan asociar a entablillados que tengan el mismo efecto que usar por la noche;
  • Use aparatos ortopédicos para los pies que pueden aliviar la tensión y los síntomas de la fascia.

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides pueden proporcionar un alivio del dolor inconstante y transitorio. Con frecuencia se prescriben ondas de choque extracorpóreas, pero los resultados varían. Las infiltraciones (esteroides) suelen ser eficaces siempre que las actividades físicas responsables se reduzcan a largo plazo.

En caso de rotura importante, se propone la inmovilización en yeso durante un período de 3 a 4 semanas.

Si estas medidas no son efectivas, puede ser necesaria una cirugía para aliviar parcialmente la presión sobre la fascia y quitar las espinas del talón cuando parezcan contribuir al dolor.

Prevenir diadema

Para prevenir la fascitis plantar o evitar la recurrencia, es bueno seguir algunos consejos:

  • Detenga las actividades que aumentan el dolor;
  • Recuperarse entre las diferentes actividades físicas practicadas;
  • Estírese y obtenga el equipo adecuado para nuevas actividades;
  • Mantenga su línea;
  • Empiece a caminar o correr de nuevo gradualmente;
  • Haga ejercicios de flexibilidad después de las actividades;
  • Reemplaza el calzado deportivo con regularidad y asegúrate de adaptar su calidad en función de la actividad practicada.

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