Psicología

La motivación juega un papel central en nuestras vidas, pero ¿qué sabemos realmente al respecto? ¿Entendemos cómo ocurre? Se suele suponer que estamos motivados por la oportunidad de recibir algún tipo de recompensa externa o de beneficiar a otros. De hecho, todo es mucho más delgado y complejo. En el Día del Trabajo, averiguamos qué le da sentido a nuestras actividades.

¿Qué nos motiva a perseguir metas que son difíciles, peligrosas y potencialmente dolorosas de alcanzar? Podríamos disfrutar de la vida sentados en la playa y tomando mojitos, y si pudiéramos pasar todos los días así, siempre seríamos felices. Pero aunque a veces es bueno dedicar unos días al hedonismo, no puedo imaginar que estés satisfecho con tu vida pasando días, semanas, meses, años o incluso toda tu vida de esta manera. El hedonismo sin fin no nos traerá satisfacción.

Los estudios que han estudiado los problemas de la felicidad y el sentido de la vida han demostrado que lo que da sentido a nuestra vida no siempre nos aporta la felicidad. Las personas que afirman tener sentido en sus vidas suelen estar más interesadas en ayudar a los demás que en buscar placer para ellos mismos.

Pero aquellos que primero se cuidan a sí mismos a menudo son solo superficialmente felices.

Por supuesto, el significado es un concepto bastante vago, pero se pueden distinguir sus características principales: la sensación de que vives por algo, tu vida tiene valor y cambia el mundo para mejor. Todo se reduce a sentir que eres parte de algo más grande que tú mismo.

Friedrich Nietzsche argumentó que todas las cosas más valiosas e importantes de la vida las obtenemos de la lucha con las dificultades y la superación de obstáculos. Todos conocemos personas que encuentran un significado profundo en la vida, incluso en las circunstancias más adversas. Un amigo mío es voluntario en un hospicio y ha estado apoyando a personas hasta el final de sus vidas durante muchos años. “Esto es lo opuesto al nacimiento. Me alegro de haber tenido la oportunidad de ayudarlos a cruzar esa puerta”, dice.

Otros voluntarios lavan la sustancia pegajosa de las aves después de los derrames de petróleo. Muchas personas pasan parte de sus vidas en peligrosas zonas de guerra, tratando de salvar a los civiles de enfermedades y muerte, o enseñando a leer a los huérfanos.

Realmente lo pasan mal, pero al mismo tiempo ven un significado profundo en lo que hacen.

Con su ejemplo, demuestran cómo nuestra profunda necesidad de creer que el sentido de nuestras actividades no se limita a los límites de nuestra propia vida puede hacernos trabajar duro e incluso sacrificar nuestra comodidad y bienestar.

Tales consideraciones aparentemente extrañas e irracionales nos motivan a realizar tareas complejas y desagradables. No se trata solo de ayudar a los necesitados. Esta motivación está presente en todos los aspectos de nuestra vida: en las relaciones con los demás, el trabajo, nuestras aficiones e intereses.

El hecho es que la motivación generalmente opera durante largos períodos de tiempo, a veces incluso más largos que nuestra vida. En el fondo, es muy importante para nosotros que nuestra vida y nuestras acciones tengan sentido. Esto se vuelve especialmente importante cuando tomamos conciencia de nuestra propia mortalidad, y aunque en busca de sentido tengamos que atravesar todos los círculos del infierno, los atravesaremos y en el proceso sentiremos una verdadera satisfacción con la vida.


Sobre el autor: Dan Ariely es profesor de psicología en la Universidad de Duke y el autor más vendido de Predictable Irrationality, Behavioral Economics, and The Whole Truth About Lies.

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