PMA: ¿cómo preservar su matrimonio?

Primer consejo: habla, habla siempre

Cuanto más intercambie la pareja, mejor superará este difícil camino de reproducción asistida (procreación médicamente asistida), haya o no un hijo en juego. Tienes que decir lo que sientes en tu cuerpo y en tu cabeza, aunque sea doloroso. No importa si genera un conflicto, solo se puede resolver mejor. El hombre tiene su palabra: mostrarle a su compañera que está a su lado, que lideran esta lucha juntos y que él está ahí para apoyarla. Las mujeres, en cambio, deben ayudar a su compañero a expresar sus sentimientos. Preguntándola o empezando por decirle cómo se sienten. Esta escucha, este intercambio y este deseo común por el que nos movilizamos juntos sólo puede acercar a los dos socios.

Segundo consejo: sigue viviendo normalmente

Primera realidad ineludible: no controlamos la fertilidad como controlamos la anticoncepción. Idealmente, todas las parejas deberían saber, incluso antes de decidir tener un hijo, que probablemente tendrán que esperar uno o dos años antes de quedar embarazadas. Por supuesto, siempre habrá mujeres que, justo después de haber terminado su paquete de píldoras, se quedan embarazadas. Pero es raro, muy raro. Según el Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED), una pareja tarda un promedio de siete meses en concebir un bebé. En cada ciclo menstrual, las posibilidades de embarazo son de alrededor del 25% y esta cifra desciende a partir de los 35 años. Por tanto, quedar embarazada no es inmediato. Durante este tiempo, por tanto, es fundamental seguir viviendo con normalidad, salir, tener otros centros de interés. Y sobre todo no obsesionarse con este bebé.

Tercer consejo: acuerde ver a un especialista en infertilidad

Si no se ha declarado ningún embarazo 18 meses después (o un año para las mujeres mayores de 35), la pareja debe dar un paso a menudo difícil: llorar por un hijo concebido de forma natural y pedir ayuda. No es fácil, porque en nuestro inconsciente, el bebé es siempre fruto de un encuentro carnal, de un tête-à-tête romántico. Pero hay, la pareja debe aceptar que un médico entre en su intimidad, les cuestiona, les aconseja. A veces se abusa de la modestia y del ego. Sin embargo, esta primera consulta médica, denominada evaluación de la infertilidad, es necesaria antes de iniciar un curso de reproducción asistida.

Pero el juego vale la pena. Según el último informe de la Agencia de Biomedicina, más de 23 bebés nacieron gracias a la procreación médicamente asistida (ART) en 000. Y tantos padres felices y satisfechos con la llegada de su hijo.

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Cuarto consejo: sigan siendo amantes a pesar de todo

Para muchas parejas, el curso PMA sigue siendo una prueba, tanto física como mentalmente. Las ecografías repetidas, el cansancio, las limitaciones del tratamiento y los cambios en el cuerpo de la mujer no predisponen al reencuentro en la almohada. Y sin embargo, es fundamental que la pareja consiga mantener una sexualidad lúdica, atemporal y alejada de sus preocupaciones. Así que no dudes en multiplicar las cenas a la luz de las velas, escapadas románticas, masajes, etc. Todo lo que te acerca, despierta tus sentidos y agudiza tu deseo.

Quinto consejo: aliviar la culpa

En el caso de reproducción asistida (ya disponible desde julio de 2021 para parejas heterosexuales pero también para parejas femeninas y solteras), la pareja será sometida a multitud de exámenes para intentar identificar la causa de esta infertilidad. Debemos luchar contra la idea de que esta causa es una "falla" en la mente de uno u otro. De ahí a pensar que uno es menos hombre o menos mujer porque no puede concebir un hijo, solo hay un paso ... Cuando no se identifica la causa (en el 10% de los casos), c t es a veces incluso peor ya que la mujer suele tomar la infertilidad por su cuenta, convencida de que está en su cabeza. Los problemas de fertilidad pueden provocar conflictos en la pareja y, en algunos casos, conducen al divorcio. Por eso debemos intentar, en la medida de lo posible, tranquilizarnos mutuamente. A veces, las palabras de un psiquiatra o un psicoanalista pueden ser de gran ayuda para aliviar tensiones y analizar los bloqueos físicos y psíquicos de la fertilidad.

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