Psicología

Para responder a la pregunta «¿Quién soy yo?» a menudo recurrimos a pruebas y tipologías. Este enfoque implica que nuestra personalidad no cambia y está moldeada en cierta forma. El psicólogo Brian Little opina lo contrario: además del “núcleo” biológico sólido, también tenemos más capas móviles. Trabajar con ellos es la clave del éxito.

Al crecer, llegamos a conocer el mundo y tratamos de entender cómo podemos existir en él: qué hacer, a quién amar, con quién hacer amigos. Intentamos reconocernos en personajes literarios y cinematográficos, para seguir el ejemplo de los personajes ilustres. Las tipologías de personalidad creadas por psicólogos y sociólogos tienden a facilitarnos la tarea: si cada uno de nosotros pertenece a uno de los dieciséis tipos, solo queda encontrarnos y seguir las “instrucciones”.

¿Qué significa ser uno mismo?

Según el psicólogo Brian Little, este enfoque no tiene en cuenta la dinámica personal. A lo largo de la vida, experimentamos crisis, aprendemos a superar dificultades y pérdidas, cambiamos orientaciones y prioridades. Cuando nos acostumbramos a asociar cualquier situación de la vida con un determinado patrón de comportamiento, podemos perder la capacidad de resolver problemas de forma creativa y convertirnos en esclavos de un rol.

Pero si podemos cambiar, ¿hasta qué punto? Brian Little propone ver la personalidad como una construcción de múltiples capas, organizada de acuerdo con el principio de "matryoshka".

La primera capa, la más profunda y la menos móvil, es biogénica. Este es nuestro marco genético, al cual todo lo demás está sintonizado. Digamos que si nuestro cerebro es poco receptivo a la dopamina, necesitamos más estimulación. De ahí la inquietud, la sed de novedad y el riesgo.

A lo largo de la vida, experimentamos crisis, aprendemos a superar dificultades y pérdidas, cambiamos orientaciones y prioridades

La siguiente capa es sociogénica. Está formado por la cultura y la educación. Diferentes pueblos, en diferentes estratos sociales, seguidores de diferentes sistemas religiosos tienen sus propias ideas sobre lo que es deseable, aceptable e inaceptable. La capa sociogénica nos ayuda a navegar en el entorno que nos es familiar, leer las señales y evitar errores.

La tercera capa exterior, Brian Little la llama ideogénica. Incluye todo lo que nos hace únicos: aquellas ideas, valores y reglas que hemos formulado conscientemente para nosotros mismos y a los que nos adherimos en la vida.

Recurso para el cambio

Las relaciones entre estas capas no siempre (y no necesariamente) son armoniosas. En la práctica, esto puede conducir a contradicciones internas. “La propensión biológica al liderazgo y la terquedad pueden entrar en conflicto con la actitud social de conformidad y respeto por los mayores”, Brian Little cita un ejemplo.

Por eso, quizás, la mayoría sueña tanto con escapar de la custodia familiar. es una oportunidad largamente esperada para adaptar la superestructura sociogénica a la base biogénica, para ganar integridad interna. Y aquí es donde nuestro “yo” creativo viene en nuestra ayuda.

No debemos identificarnos con ningún rasgo de personalidad, dice la psicóloga. Si usa solo una matriz de comportamiento (por ejemplo, introvertido) para todas las situaciones posibles, reduce su campo de posibilidades. Digamos que puedes negarte a hablar en público porque crees que «no es lo tuyo» y eres mejor en el trabajo de oficina tranquilo.

Nuestras características de personalidad son modificables

Involucrando nuestra esfera ideogénica, recurrimos a características personales que se pueden cambiar. Sí, si eres introvertido, es poco probable que se produzca en tu cerebro la misma cascada de reacciones que un extrovertido cuando decides conocer a tantos conocidos como sea posible en una fiesta. Pero aún puede lograr este objetivo si es importante para usted.

Por supuesto, debemos tener en cuenta nuestras limitaciones. La tarea es calcular tu fuerza para no desviarte. Según Brian Little, es muy importante darse tiempo para relajarse y recargar energías, especialmente cuando está haciendo algo que es inusual para usted. Con la ayuda de tales "paradas en boxes" (puede ser un trote matutino en silencio, escuchando su canción favorita o hablando con un ser querido), nos damos un descanso y acumulamos fuerza para nuevos idiotas.

En lugar de adaptar nuestros deseos a la rígida construcción de nuestro «tipo», podemos buscar en nosotros mismos los recursos para su realización.

Ver más en ONLINE Ciencia de Nosotros.

Deje un comentario