Reglas de seguridad en el camino a la escuela.

Distinguir entre espacios públicos y privados

Cuando el niño comienza a caminar, todos lo animan y felicitan. Por lo tanto, le resulta difícil entender por qué estas mismas personas se preocupan cuando él hace lo mismo (caminar) fuera de la casa. Por tanto, es fundamental explicarle en primer lugar que no puede comportarse de la misma manera en un espacio privado, como en casa o en el patio de recreo donde puede jugar y correr, y en un espacio público, es decir. es decir, en la calle por donde circulan carros, bicicletas, cochecitos, etc.

Considere sus habilidades

Debido a su pequeño tamaño, el niño apenas es visible para los conductores y él mismo tiene un panorama visual limitado, ya que está oculto por vehículos estacionados o mobiliario urbano. Agáchese de vez en cuando para ponerse a su nivel y así comprender mejor cómo percibe la calle. Hasta los 7 años aproximadamente, solo tiene en cuenta lo que tiene frente a él. Por lo tanto, es necesario hacerle girar la cabeza a cada lado antes de cruzar un paso de peatones y especificarle qué mirar. Además, no distingue entre ver y ser visto, tiene dificultad para juzgar las distancias y la velocidad, y solo puede concentrarse en una cosa a la vez (¡como atrapar su pelota sin prestar atención!).

Identificar lugares peligrosos

El viaje diario de la casa a la escuela es el lugar perfecto para aprender sobre las reglas de seguridad. Al repetir el mismo recorrido, integrará aún mejor los lugares que puedan suponer un peligro y que habrás divisado con él como entradas y salidas de garaje, coches aparcados en la acera, aparcamientos, etc. A medida que van pasando las estaciones, también podrás presentarle ciertos peligros por el cambio de tiempo como el pavimento resbaladizo por la lluvia, la nieve o las hojas muertas, problemas de visibilidad al caer la noche…

Para echar una mano en la calle

Como peatón, es imperativo ayudar a su hijo en todas las circunstancias en la calle y hacer que camine por el costado de las casas para mantenerlo alejado de los automóviles y no al borde de la acera. Dos reglas simples que deben estar lo suficientemente arraigadas en su mente como para que las reclame cuando las olvide. Asegúrese siempre de explicar las razones de estas reglas de seguridad y verifique que las hayan entendido correctamente pidiéndoles que las repitan. Solo este largo aprendizaje le permitirá ganar una relativa autonomía en la calle, pero no antes de los 7 u 8 años.

Abróchate el cinturón en coche

Desde los primeros viajes en automóvil, explíquele a su hijo que todos deben abrocharse el cinturón, todo el tiempo, incluso en viajes cortos, porque un freno brusco en el freno es suficiente para caerse del asiento. Enséñele a hacerlo por su cuenta en cuanto pase de la silla de auto al elevador, para entrar al jardín de infancia, pero recuerde comprobar que lo ha hecho bien. Asimismo, explíqueles por qué siempre debe bajar por el costado de la acera y no abrir la puerta demasiado de repente. Los niños son auténticas esponjas, de ahí la importancia de mostrarlos con el ejemplo respetando cada una de estas reglas de seguridad, incluso si tienes prisa.

Deje un comentario