Psicología

Solíamos creer que la suerte es algo esquivo y muy selectivo. Supuestamente, algunos de nosotros somos naturalmente más afortunados que otros. Pero los psicólogos creen que se puede desarrollar la capacidad de sacar boletos ganadores.

Algunos creen en la suerte y siguen un complejo sistema de reglas y rituales para atraerla y conservarla. Alguien, por el contrario, cree solo en los resultados de los esfuerzos conscientes y considera que la suerte es una superstición. Pero también hay un tercer enfoque. Sus partidarios creen que la suerte no existe como una fuerza independiente y separada de nosotros. El punto está en nosotros mismos: cuando pensamos deliberadamente en algo, todo lo que está en consonancia con nuestros pensamientos cae en nuestro campo de visión. La idea de serendipia se basa en esto.

El principio principal de la serendipia es sentir, captar un giro exitoso de los acontecimientos.

La palabra en sí fue acuñada en el siglo XIX por Horace Walpool. “Lo usó para describir el arte del descubrimiento que se alimenta de sí mismo”, explica Sylvie Satellan, científica cultural y autora de Serendipity – From Fairy Tale to Concept. "El nombre proviene del cuento de hadas "Tres príncipes de Serendip", en el que tres hermanos pudieron describir correctamente los signos de un camello perdido a partir de una escasa huella gracias a su perspicacia".

Cómo saber el afortunado

Todos hemos tenido situaciones en nuestra vida en las que la suerte se volvió hacia nosotros. Pero, ¿podemos decir que la suerte favorece a unos más que a otros? “Un estudio de la Universidad de Hertfordshire en el Reino Unido destacó los rasgos característicos de esos “afortunados”, dice Eric Tieri, autor de El pequeño libro de la suerte.

Esto es lo que hace que estas personas sean diferentes:

  • Tienden a aceptar lo que les sucede como una experiencia de aprendizaje y ven a las personas y los eventos como oportunidades de desarrollo.

  • Escuchan su intuición y actúan sin demora.

  • Son optimistas y nunca abandonan lo que empiezan, incluso si las posibilidades de éxito son pequeñas.

  • Pueden ser flexibles y aprender de sus errores.

5 claves de la serendipia

Indique su intención

Para montar un radar interno es necesario fijarse un objetivo claro o centrarse en un deseo concreto: encontrar el camino, conocer a “tu” persona, conseguir un nuevo trabajo… Cuando todos nuestros sentidos, como un localizador, están afinados para captar la información correcta, comenzaremos a notar que las personas y opciones adecuadas están cerca. Al mismo tiempo, no te aísles de todo lo «irrelevante»: a veces las mejores ideas vienen «por la puerta de atrás».

Estar abierto a la novedad

Para ver buenas oportunidades, debe mantener la mente abierta. Para hacer esto, debe empujarse constantemente fuera del círculo habitual de normas y conceptos, cuestionar las creencias que nos limitan. Por ejemplo, si te enfrentas a un problema, no tengas miedo de dar un paso atrás, míralo desde un ángulo diferente, para ampliar el campo de posibilidades. A veces, para salir del callejón sin salida, necesitas poner la situación en un contexto diferente y darte cuenta de los límites de tu poder sobre ella.

Confia en tu intuicion

Tratamos de frenar la intuición en nombre de actuar racionalmente. Esto lleva al hecho de que perdemos información importante y no notamos mensajes ocultos. Restaurar el contacto con la intuición significa aceptar la magia que nos rodea, ver lo extraordinario dentro de lo ordinario. Practica la meditación de mente clara: te ayuda a sintonizar tus propias sensaciones y agudizar tus percepciones.

No caigas en el fatalismo

Hay un viejo dicho japonés que dice que no tiene sentido disparar una flecha sin un blanco, pero tampoco es prudente usar todas las flechas en un solo blanco. Si fallamos, cerramos solo una oportunidad para nosotros. Pero si no conservamos nuestras fuerzas y no miramos a nuestro alrededor de vez en cuando, el fracaso puede debilitarnos y privarnos de voluntad.

No te alejes de la suerte

Incluso si no podemos predecir cuándo llegará nuestra oportunidad, podemos crear las condiciones para que aparezca. Suéltate, acepta lo que te está pasando, vive el momento presente, esperando un milagro. En lugar de resistirte, forzarte u obsesionarte con algo, mira el mundo con los ojos abiertos y siente.

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