Dominación sexual: todo sobre el suave SM

El sadomasoquismo (o SM) es una práctica sexual marcada por relaciones dominantes / dominadas. ¿Quieres aprender bondage, integrar esposas o azotes en tus actividades sexuales? Aquí tienes una guía para descubrir paso a paso las técnicas del SM conocido como suave y de la dominación sexual.

¿Qué es el SM suave?

El sadomasoquismo es una práctica sexual basada en roles, donde un socio es el dominante y el otro es el dominado. No hay roles de género predefinidos, y la persona sumisa puede ser tanto hombre como mujer, y viceversa para el dominante. Por lo tanto, se produce una lucha de poder en la sexualidad entre los dos socios, y es este juego de roles el que despierta la excitación sexual. El dominante toma el poder sobre el dominado y le impone prácticas sexuales donde tiene el predominio sobre él.

Existe, por tanto, una noción de violencia y dolor (moderada y consensuada por supuesto). De hecho, una de las cosas más importantes en la práctica de la EM es el consentimiento. Debemos marcar la diferencia entre el juego y la violencia real que sería inapropiada. Por lo tanto, es imperativo establecer un límite entre los socios, que nunca se cruzará. Todo se basa en la confianza: si uno de los socios dice detenerse o no se siente cómodo, el juego debe detenerse. 

¿Por qué SM nos da placer?

El sadomasoquismo se basa en un sistema de sumisión y dominación. Son estos roles y el simbolismo asociado los que proporcionan placer sexual a las parejas. Por parte del sumiso, esta sumisión consentida es sinónimo de opresión y servidumbre. Es esta docilidad la que le permite soltarse y entregarse a la soberanía de su pareja.

En el lado dominante, ejercer un tipo de dominación tiránica da una sensación de poder y poder. Al igual que la sumisión, esta dominación no tiene nada de perverso: es simplemente una cuestión, el momento de una relación sexual, de meterse en la piel del otro. Si usted es por naturaleza alguien tímido o que se considera dócil, esta puede ser una oportunidad para experimentar con un nuevo comportamiento. 

Látigo y veloz: cuando el látigo da placer

Una de las prácticas más comunes en SM es probablemente el vencejo. El vencejo es una especie de látigo hecho de correas de ante o cuero. Existen varios modelos con más o menos correas, y que son más o menos sensibles. Para empezar, basta con acariciar las zonas erógenas del cuerpo (senos, glúteos, etc.). Luego, puede aumentar la intensidad dando pequeños golpes ligeros en áreas carnosas, como las nalgas o los muslos, donde el dolor será menor.

Si a tu pareja le gusta, aumenta la intensidad de los golpes y varía las zonas del cuerpo. Puedes ir más allá ajustando la intensidad de los golpes, siempre en función de las reacciones de tu pareja. Finalmente, para una versión más suave, puede intercambiar el swift contra su mano y así experimentar el clásico azote, menos impresionante si es nuevo en SM. 

¿Qué es la servidumbre?

El bondage es otra práctica muy conocida del sadomasoquismo. Consiste en sujetar a tu pareja a sí mismo mediante una cuerda, cadenas, etc. Estos nudos se pueden hacer en las muñecas o en los tobillos, sin que quede demasiado apretado para evitar lesiones. Se realizan con el objetivo de restringir los movimientos de la persona atada, que luego se ve atormentada por los contactos de su pareja.

Asimismo, las esposas te permiten sujetar a tu pareja a una cama o silla, por ejemplo. Así tienes acceso a todo su cuerpo, que se convierte en un espacio libre para tus caricias. También hay clips que se adhieren a los senos, que estimulan los pezones, que son una zona erógena tanto en hombres como en mujeres.

Déjate tentar por los disfraces

El SM te permite meterte en la piel de un personaje. Por lo tanto, a menudo se utilizan disfraces. Estos pueden ser trajes de cuero o látex, máscaras, mordazas o incluso pasamontañas. Los materiales que más surgen suelen ser materiales fríos, como el metal o el cuero negro.

La mordaza (tejido en la boca) permite acentuar el papel de dominado: con ella, tus llantos quedan ahogados y solo puedes dirigirte a tu pareja mediante señas. Así, este último se apodera del dominado privándolo de una de sus habilidades. También puedes imaginar un escenario donde uno de los personajes tiene una función autoritaria sobre el segundo. Esto fortalecerá las nociones de poder y control. 

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